que era un mal indeseable, marginando a quien no se casaba, pero, ¿es una vocación?
El soltero vive una etapa de espera en lo que decide qué hacer con su vida, pero cuando pasan los años y no sale de ese estado, ¿se puede decir que vive una vocación?
Vemos por partes de qué se trata.
La vocación es un llamado de Dios
Entendemos por vocación al llamado que Dios nos hace a cada uno, primero a la vida y en seguida, a ser cristianos mediante en Bautismo. Es ahí cuando recibimos la vocación específica, que puede ser al matrimonio, la vida consagrada o el sacerdocio ministerial.
Pero, ¿a la soltería también somos llamados por Dios?, bien, para algunas mujeres, hay estado de vida muy especial: el Ordo Virginum.
En este estado de vida, las mujeres solteras se consagran a Dios de manera voluntaria y siguen viviendo en el mundo, por eso se les conoce como "vírgenes consagradas", distintas de las religiosas que viven en comunidad:
"...La consagración las reserva para Dios sin hacerlas ajenas al ambiente donde viven y están llamadas a realizar su propio testimonio.
Pueden vivir solas, en familia, junto a otras consagradas o en otras situaciones favorables a la expresión de su vocación, que les permitan vivir concretamente su proyecto de vida. Se procuran su sustento con los frutos de su trabajo y los recursos personales" .
Números 36 y 37
Bueno, ¿y qué pasa con los hombres?
Hombres y mujeres que no decidieron ser solteros
En los primeros siglos del cristianismo, tenemos testimonios de que hombres y mujeres permanecían solteros toda su vida para permanecer más unidos a Dios:
"Atenágoras de Atenas, en el año 177, escribía a Marco Aurelio: 'Podrás encontrar muchos de los nuestros, hombres y mujeres, que encanecen sin casarse, con la esperanza de unirse más estrechamente con Dios!'" (Instrucción Ecclesiae Sponsae Imago sobre el Ordo Virginum, no 2 [2])
Entonces, ¿qué pasa con los que no decidieron la virginidad o el celibato por propia voluntad? Abundan los hombres y las mujeres que desean una pareja, y sin saber realmente por qué, no lo consiguen.
¿Se le puede llamar vocación?
Dice el Catecismo de la Iglesia católica al respecto:
"Es preciso recordar asimismo a un gran número de personas que permanecen solteras a causa de las concretas condiciones en que deben vivir, a menudo sin haberlo querido ellas mismas. Estas personas se encuentran particularmente cercanas al corazón de Jesús; y, por ello, merecen afecto y solicitud diligentes de la Iglesia, particularmente de sus pastores".
(CEC 1658)
Es necesario alimentar la vida con la oración y los sacramentos para discernir el designio de Dios y pedir al Espíritu Santo su luz para entender qué quiere el Señor, si tú eres de estas personas.
San Juan Pablo II lo expresó magníficamente durante la audiencia del 24 de marzo de 1982:
Así, pues, la continencia "por el reino de los cielos" lleva sobre todo la impronta de la semejanza con Cristo, que, en la obra de la redención, hizo Él mismo esta opción "por el reino de los cielos".
Así es que, ten la seguridad de que si eres soltero o soltera que vive sirviendo a Dios desde donde te ha tocado vivir, fiel al Señor y en castidad, serás feliz y pleno, entendiendo que no vives un sacrificio sino una donación a Dios y al prójimo.
Disfruta tu vida, ten amistades, viaja, cultívate, disfruta la compañía de tus sobrinos y de tus padres, si aún los tienes. Eres soltero como Cristo y feliz como san Pablo.
¡Dios te ha elegido a ti para Él!
Mónica Muñoz, Aleteia
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