Legalizado lo Trans, la pedofilia es lo siguiente
la hoja de ruta de la «Ventana de Overton», desarrollaron una actividad
frenética, organizando congresos y seminarios, publicando artículos en los
periódicos o revistas científicas y, provocando, por fin, el debate.
Evgueni Gorjaltsán publicó en 2014 un artículo que se titulaba: ¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo? Gorjaltsán afirmaba que es relativamente fácil manipular socialmente a los ciudadanos, y legalizar cualquier fenómeno dentro del marco de la llamada «Ventana de Overton».
Y es lo que estamos viviendo desde hace varias décadas con cambios acelerados en nuestro modelo de sociedad: feminismo radical, aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, vientres de alquiler, ideología de género, transexualidad… y lo que está por venir: legalización de la pedofilia, transhumanismo, abolición de la propiedad privada, redefinición de los derechos humanos… todo ello lo acaban legislando los políticos de turno, dando carta de naturaleza y aceptándolos sin más, pero no son ellos los que promueven esas revoluciones.
Joseph P. Overton, ex vicepresidente del Centro Mackinac de Políticas Públicas de Michigan (EE. UU), dio a conocer en los años noventa su teoría, conocida popularmente como la «Ventana de Overton», en la que exponía la limitación de los políticos a la hora de transformar la opinión pública en favor de inéditos cambios sociales.
Para Overton, los políticos suelen apoyar ideas que están dentro de un marco, de una ventana, y rara vez se lanzan a sostener políticas que no están apoyadas socialmente.
Capacidad limitada de los políticos
En definitiva, Overton consideraba que los gobernantes tenían una capacidad limitadísima a la hora de influir en la opinión de sus ciudadanos, y que para conseguir legalizar un asunto que estuviera fuera de la «Ventana de Overton», no había que perder el tiempo en presionar a los políticos para que lo asumieran, sino que había que convencer a los votantes para que esas cuestiones estuvieran dentro de ella.
De esta manera, Overton asumía la teoría de Gramsci de lanzarse a la batalla cultural, comenzando desde la base, trabajando los medios de comunicación, los líderes de opinión, las comunidades educativas, las series de televisión, las organizaciones religiosas… publicando ensayos, novelas…
Joseph Paul Overton, politólogo estadounidense y vicepresidente senior del Centro Mackinac para Políticas Públicas, conocido por su desarrollo de la ventana de Overton.
Tenía claro que había que convencer a los ciudadanos de que ciertas políticas que estaban fuera de la ventana… deberían estar dentro de ella. Y si se lograba crear ese clima de opinión favorable hacia esa nueva idea, los políticos acabarían asumiéndola como propia, para a continuación legalizarla.
La hoja de ruta para legalizar la pedofilia
Las cinco etapas para la aceptación social, y posterior legalización de la pedofilia, las expuse en el libro Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida (LibrosLibres) y, a continuación, hago un resumen de esa hoja de ruta que ya está en marcha:
1. De lo impensable a lo radical
Como sugiere Gorjaltsán, los partidarios de la legalización de la pedofilia comienzan por introducir este debate en la opinión pública apelando a cuestiones científicas. El primero en hacerlo fue el holandés Frits Bernard, psicólogo y sexólogo, allá por los años cincuenta, publicando un gran número de obras científicas en defensa de la pedofilia. Quizás la más destacada fue el libro Sex met kinderen (Sexo con niños), el primer estudio exhaustivo sobre la pedofilia y la historia del activismo pedófilo, escrita en colaboración con Edward Brongersma, Sengers, Peter van Eeten e Ids Haagsma.
Los activistas pro-pedofilia, con Bernard a la cabeza, siguiendo la hoja de ruta de la «Ventana de Overton», desarrollaron una actividad frenética, organizando congresos y seminarios, publicando artículos en los periódicos o revistas científicas y, provocando, por fin, el debate. No conseguían mucho eco en favor de sus tesis, pero el primer objetivo estaba logrado: dejar que la pedofilia se considerara como un tema tabú del que no se podía hablar.
Frits Bernard fue el precursos de organizaciones pedófilas como Paedophile Information Exchange en Reino Unido; DPA en Dinamarca o la NAMBLA en Estados Unidos.
El mismo Frits Bernard fundó la primera organización dedicada al estudio y la defensa de la pedofilia: Enclave Kring, que fue la precursora de otras asociaciones que nacerían más tarde como la Paedophile Information Exchange en Reino Unido; DPA en Dinamarca o la NAMBLA en Estados Unidos.
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Lo impensable había desaparecido. Los medios de todo el mundo reclamaban que Bernard explicara sus atrevidas teorías. Y el éxito de audiencia llegó cuando apareció como invitado especial en el programa The Phil Donahue Show en la NBC, retransmitido en Estados Unidos y Canadá, donde defendió abiertamente la legalización de la pedofilia durante una hora, y sin apenas interpelaciones, y con el apoyo del testimonio de un chico de veintitrés años que explicaba las relaciones sexuales que había mantenido con un adulto durante su infancia.
2. De lo radical a lo aceptable
En la segunda fase de la «Ventana de Overton» hay que construir un marco mental que pueda ser aceptado por la opinión pública, limando expresiones y lenguajes que provocan rechazo.
Para ello, ya que la palabra pedofilia tiene connotaciones negativas, poco a poco, los «destructores sociales» que están detrás de esta campaña logran introducir en los mass-media un sinónimo que dulcificaría ese concepto: «Personas atraídas por menores» que viene del inglés minor-attracted person, y su sigla MAP.
Pero los cambios no se circunscriben solo a ese concepto. Como las palabras que rodean el mundo de la pedofilia crean repulsión y chirrían en la opinión pública, los intelectuales de la oscuridad se implican en dar una nueva vuelta de tuerca en la manipulación del lenguaje para lograr desterrar ciertas palabras difíciles de disfrazar.
En este sentido, según indica la socióloga Mary de Young, sustituir las palabras ‘violación’ o ‘abuso sexual’ por ‘contacto sexual adulto-infante’ o ‘sexo intergeneracional’. También ponen empeño en que las palabras ‘niño’ o ‘niña’ se reemplacen por ‘púberes’ (adolescentes), ‘prepúberes’ (niños) o ‘neonatos’ (bebés). Y los términos ‘manosear’ se intenta desterrar por ‘caricia sexual’; mientras que la palabra pedófilo se puede transmutar en ‘amante de niños varones’ o ‘amante de niñas’».
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Además, argumentan que hay que distinguir los conceptos de pedófilo y pederasta. «Los primeros sólo son portadores de un deseo, mientras que los segundos son los hombres perversos que sí abusan de los niños», señala la periodista venezolana Yesenia Chapeta.
3. De lo aceptable a lo sensato
En esta fase, como señala el analista ruso Gorjaltsán, hay que dar argumentos que puedan ser replicados desde los altavoces mediáticos. Para ello la North American Man/Boy Love Association (NAMBLA) o Asociación norteamericana de hombres amantes de niños varones, se convierte en la principal fábrica de difusión de eslóganes y argumentarios pro-pedofilia.
Uno de ellos es que «las relaciones estrechas e íntimas entre adultos y jóvenes son intrínsecas a los seres humanos, así como a otros primates. Ocurren espontáneamente dentro de una sociedad sana y son tan normales como cualquier otra relación».
David Thorstad, activista gay y cofundador de NAMBLA.
Otra de las argumentaciones de la Nambla es que «las relaciones hombre/niño brindan afecto, protección y orientación para el miembro de la pareja más joven, así como expresión sexual y afectiva, y compañía para ambos. Este punto de vista es ampliamente sostenido por muchos antropólogos, conductistas, historiadores y otros expertos».
4. De lo sensato a lo popular
En esta fase de la «Ventana de Overton» hay que especificar las demandas concretas que hay que conseguir. En este sentido, la principal reivindicación de la Nambla es que la pedofilia sea una «orientación sexual», y por lo tanto sea redefinida como tal por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés) que realiza la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Asimismo, reclaman que la pedofilia deje de ser considerada como una aberración sexual por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y esa misma percepción sea suprimida en las diversas asociaciones de psiquiatría de todo el mundo. También reclaman que sean reconocidos como parte de la comunidad LGBT, y que se deroguen las leyes que tipifican como delito la relación sexual entre un adulto y un niño.
5. De lo popular a lo político
El trabajo de campo ya está hecho. Ahora es el turno de los políticos. Y como en los Países Bajos el deterioro social es tan alarmante, no es casual que hasta hace poco existiese un partido político que aspiraba a legalizar la pedofilia: Partij voor Naastenliefde, Vrijheid en Diversiteit (PNVD), disuelto en 2022. Que traducido sería algo así como «Partido Amor al prójimo, la libertad y la diversidad». El programa político del PNVD se basa en reducir a los doce años la edad de madurez sexual, permitir la participación de niños en películas pornográficas, autorizar las relaciones sexuales entre adultos y niños, y legalizar la posesión de material pornográfico en el que aparezcan menores.
Nelson “N”, uno de los fundadores del Partido para la Familia, el Amor, la Libertad y la Diversidad (PNVD), fue detenido en Ciudad de México en 2022, acusado de delitos de pornografía infantil y tráfico de personas en los Países Bajos.
Ante ciertos requerimientos de la Unión Europea por señalar al PNVD como un partido potencialmente peligroso para la sociedad, el tribunal «HFM Hofhuis» de La Haya, ha destacado la ausencia de motivos de fondo que permitan su prohibición «toda vez que las actividades de este partido no alteran el orden público».
Los impulsores de la legalización de la pedofilia han conseguido acortar extraordinariamente, en las últimas cinco décadas, la descomunal distancia que los impedía estar cerca de los límites razonables de la llamada «Ventana de Overton».
Todavía les queda un trecho para que la pedofilia pueda ser plenamente aceptada por la sociedad y legalizada por los políticos. Pero el trabajo más difícil ya está hecho, y la hoja de ruta señalada sigue más viva que nunca.
Alex Rosal, ReL
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