Los cambios inesperados y las adversidades son ineludibles; por ello, trabajar en el desarrollo de la resiliencia es muy necesario... y no hay mejor espacio para hacerlo que la familia. Aquí unos pequeños consejos
En la vida, es inevitable que surjan circunstancias de gran adversidad que conllevan un profundo dolor. Puede ser una enfermedad, una muerte o un largo período de desempleo. La manera en la que se afrontan y se sale de ellas es la que describe la fortaleza de una familia y su capacidad para encontrar, en este proceso, un fortalecimiento personal y espiritual.
La clave para la resiliencia familiar según Jacques Philippe, consta en que “si tenemos la fe suficiente en Dios para creer que Él es capaz de extraer un bien de todo lo que nos ocurre, así lo hará”.
La familia resiliente
En el Instituto para la Resiliencia y Desarrollo Emocional IRYDE, su presidenta, Reyes Rite, explicó que la adversidad y el cambio son inherentes a la condición humana y afrontar los distintos retos de la vida “con actitud positiva y de aprendizaje enriquece a la persona, inspira a los suyos y contribuye aportando a la sociedad”.
“La familia resiliente es una familia creativa, que decide ser feliz a pesar de los pesares, que tiene un proyecto común y se une para alcanzarlo, disfrutando en la medida de sus posibilidades del camino, sin depender de otros. La familia resiliente cambia la queja por el compromiso y tiene un propósito de vida”, argumenta Rite.
Jesús, el primer ejemplo de resiliencia
Claro que como ejemplo a seguir para todos los miembros de una familia que quieran superar cualquier adversidad se encuentra Jesucristo.
Él es el modelo de persona plena y el modelo de persona resiliente. Cada uno de nosotros puede ver su comportamiento e inspirarse en él”.
La resiliencia tiene mucho que ver con la fe católica, ya que es una virtud sobrenatural, que se apoya en las virtudes humanas y en hombres plenos y capaces.
Ayuda al ser humano a tener armonía a nivel físico y psíquico, que favorecen al crecimiento interior, al duelo y al perdón.
Estos son unos consejos de Reyes Rite para ejercitar la resiliencia:
1
ACEPTAR LA REALIDAD
Acepta la realidad como es, no como tú crees que debería ser, y con ello, trabajar la adaptación y la flexibilidad.
2
¿PARA QUÉ?
Intenta pasar del “¿por qué a mí?” al “¿para qué a mí?”, entrando así de lleno en el primer nivel de sentido de lo que estás pasando.
3
PENSAMIENTO CRÍTICO Y POSITIVO
Desarrolla el pensamiento positivo, planteándote: ¿Qué voy a hacer para salir de esto bien parado y con integridad, respetando los propios valores?
4
PIENSA EN TU LEGADO
Si tienes hijos, ten claro que “de padres resilientes, hijos con modelos asequibles a seguir”, según Reyes Rite. Si le habituamos a ser resiliente desde pequeño tendrá una mayor adaptabilidad, así como flexibilidad, pensamiento lateral, valores, sentido del humor, trascendencia, integridad, sociabilidad y sana autoestima.
Invertir tiempo y esfuerzo en hacer de nuestra familia un “equipo” que trabaje unido para superar adversidades mirando siempre hacia Dios es sin duda un éxito asegurado.
Sofía Gonzalo, Aleteia
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