domingo, 1 de enero de 2023

Cinco consejos de san Benito al comenzar el año nuevo

 

Detail of stained glass window depicting face of St. Benedict of Nursia         


El fundador de la orden benedictina dejó en su Regla consejos esenciales para todo cristiano que quiere hacer del año que comienza un camino hacia la unión con Dios

San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina en el siglo VI, patrono de Europa, ofrece cinco consejos esenciales para dar sentido a la propia vida en el nuevo año que comienza.

Su Regla, conjunto de orientaciones que ha guiado la vida de miles y miles de contemplativas y contemplativos a lo largo de la historia, es también motivo de inspiración para cualquier persona que quiera crecer en su relación con Dios, con los demás y con la creación. 

A continuación, presentamos algunos consejos de san Benito para vivir con sentido el año que comienza:

1BUSCA LA VERDAD

“Decir la verdad con el corazón y con la boca”

Este es el consejo que san Benito dejaba a todo cristiano: buscar la verdad en todo lo que hacemos y decimos, y ser siempre sinceros con nosotros mismos. 

El inicio de año nos ofrece la oportunidad de hacer una reflexión honesta sobre uno mismo.  Es un momento privilegiado para hacer balance de lo que me acerca a Dios y a los demás, y lo que no. A partir de esta reflexión, es posible establecer metas y objetivos que me ayuden a crecer y mejorar en este año,

2CON HUMILDAD

“Cuando viere en sí algo bueno, atribúyalo a Dios, no a sí mismo”.

Pero atención. San Benito advierte ante el peligro del voluntarismo: pensar que es posible lograr la santidad con el propio esfuerzo. Ese modelo crea cristianos puros como ángeles, ciertamente, pero orgullosos como demonios.

En vez de confiar en los propios méritos, Benito invita a reconocer nuestras limitaciones y, de este modo, depender de Dios en todo momento. 

“Por la gracia de Dios soy lo que soy”, escribe Benito en la Regla citando a san Pablo (1 Co 15,10). Y añade: “El que se gloría, gloríese en el Señor” (2 Co 10,17).

3ALEGRAR AL POBRE

“Alegrar a los pobres, vestir al desnudo, visitar al enfermo…”.

San Benito no se limita a pedir ayuda para los pobres, va más allá, exhorta en la Regla a “alegrar a los pobres”. Su exhortación es particularmente significativa, pues muchos monjes veían en su consagración a Dios una manera de huir del mundo, de los demás, incluidos los pobres.

“Cuide con toda solicitud de los enfermos, niños, huéspedes y pobres, sabiendo que, sin duda, de todos estos ha de dar cuenta en el día del juicio”, escribía san Benito.

“Al recibir a pobres”, añade el fundador del monaquismo occidental, “se tendrá el máximo de cuidado y solicitud, porque en ellos se recibe especialmente a Cristo”.

En nuestras relaciones con los demás, Benito deja su consejo más práctico: “reconciliarse antes de la puesta del sol con quien se haya tenido alguna discordia”.

4TRABAJO

“La ociosidad es enemiga del alma”. 

Según la regla de San Benito, el trabajo constituye una forma de adoración y una manera de imitar a Jesús, quien se dedicó al trabajo manual como carpintero. 

El eslogan inspirado en san Benito, “ora y trabaja”, como descripción de la vida del monje, significa que el trabajo es una forma de oración y la oración una forma de trabajo. 

Eso significa que trabajar es tan importante como orar. La meta para el cristiano, la santidad, se puede alcanzar siguiendo esta doble senda. Y el trabajo, conviene subrayarlo, es además uno de los principales espacios de socialización. 

Orar y trabajar, por tanto, unen tierra y cielo, sacro y profano, inmanencia y trascendencia, unen a las personas y las vinculan.

5ORACIÓN FRECUENTE

“Darse frecuentemente a la oración”

Para san Benito de Nursia, la oración constante es una forma de mantenerse en una relación continua con Dios y buscar su guía y su gracia en todo momento. Por este motivo, en su Regla, recomienda dedicar tiempo a la oración en todo momento, incluso mientras se trabaja. 

Por este motivo, el patrono de Europa considera que los momentos de oración no tienen por qué ser interminables. Es más, explica en la Regla, “la oración debe ser breve y pura, a no ser que se prolongue por un afecto inspirado por la gracia divina”.

Benito de Nursia subrayó, en particular, la importancia de la oración personal y la meditación, recomendando, en particular, la lectura meditada en oración de la Biblia.

Además, atribuye gran importancia a la participación en la liturgia, en  particular la Misa, parte central de la vida de la Iglesia, con la que los creyentes expresan su fe en Dios y su unión entre sí. 

Conclusión

“No desesperar nunca de la misericordia de Dios”.

Y, si durante el año desfallecemos o no estamos a la altura de nuestros propósitos, san Benito deja su consejo más precioso en la misma Regla: “No desesperar nunca de la misericordia de Dios”. 

Matilde Latorre, Aleteia

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