sábado, 13 de agosto de 2022

Sexo: ¿Es un problema no llegar al orgasmo?


 

¿La calidad de la vida sexual de una pareja depende de si se alcanza o no el orgasmo?

¡Cuántas películas, revistas y comentarios nos aseguran que una buena vida sexual se alcanza únicamente cuando la pareja llega simultáneamente al orgasmo! Según los últimos estudios, hay pocas parejas que realmente lo experimentan. ¿El orgasmo simultáneo es un simple mito? ¿Cómo hablar de eso en pareja? ¿Es una condición esencial para tener una vida sexual plena?

La cuestión del placer sexual es un tabú para muchas parejas. Los cónyuges no hablan de eso, o hablan poco, y sufren, debido a esta falta de diálogo, una doble presión: lograr que su pareja llegue al orgasmo y lograr su propio orgasmo siguiendo así los postulados impuestos por la sociedad.

Esta presión puede provocar por un lado la inseguridad en el hombre que teme fracasar sexualmente (considerando fracaso lo que muestran las películas) y, por otro lado, a la mujer le puede llevar a fingir un placer que no está sintiendo realmente. Y es que, según señala François Kraus, del Ifop (Institut d’Études d’Opinion), los resultados de un estudio realizado por el departamento de Género, sexualidad y salud sexual indican que «la importancia otorgada al orgasmo a la hora de valorar el éxito sexual de una pareja frena la autenticidad y la libertad de expresión de la persona, sobre todo de aquellas que están en la fase de construcción de su sexualidad y/o al principio de una relación».

Las cifras reales

La perfecta armonía sexual es una ilusión.  «El 30% de las mujeres no llega al orgasmo», asegura Olivier Florant, sexólogo y autor de Ne gâchez pas votre plaisir, il est sacré [«No estropees tu placer, es sagrado»]. Este dato estadístico está corroborado por las cifras del estudio del Ifop: el 26% de las mujeres y el 14% de los hombres reconocen que no experimentaron placer en su última relación sexual. Por otra parte, el 58% de las mujeres admite haber fingido alguna vez un orgasmo.

Para tranquilizar a las parejas, especialmente a los matrimonios jóvenes, la consejera matrimonial Bénédicte Lucereau comenta:«Durante la primera relación sexual es raro que las mujeres experimenten placer. El placer en las mujeres se construye con el tiempo ”.

Por eso, es muy bueno expresar lo que uno siente en los encuentros íntimos, cuando se vive un momento especialmente placentero, de esos que únicamente se alcanzan cuando un hombre y una mujer hacen el amor. «¡Ha sido maravilloso!», comenta una mujer a su marido. De esta manera se construye la relación sexual comentando lo que a uno y al otro le ha gustado. «El ajuste amoroso ha de ser continuo», subraya Olivier Florant.

Es importantísimo hablar de deseos, de frustraciones, de ser consciente de las heridas del pasado y de las primeras veces para que la pareja logre una sexualidad en la que cada cónyuge se sienta atendido, satisfecho y amado, con o sin orgasmo. «Construir la sexualidad es encontrar este equilibrio entre los deseos y los miedos de cada uno», explica el sexólogo.

Por eso, la sexualidad de una pareja ha de desarrollarse en el diálogo íntimo entre los esposos. Los sexólogos consideran fundamental que la pareja ponga especial interés en la que llaman «fase de elaboración». Es la última de las ocho fases del ciclo de respuesta sexual: interés, deseo, excitación, meseta, orgasmo, resolución, periodo refractario y elaboración.

Esta «última fase del ciclo, llamada elaboración, es el momento en el que la personas adquiere perspectiva para evaluar lo que acaba de experimentar, una vez pasado el fogoso deseo. Esta fase no debe subestimarse porque condicionará el inicio del próximo ciclo sexual», indica Florant. Uno en ese momento puede preguntarse: «¿Era eso lo que quería? ¿Era eso lo que quería mi cónyuge? «. Las respuestas a estas preguntas ayudarán a los cónyuges a adaptarse a los deseos y frenos de cada uno durante el próximo abrazo romántico para así lograr gradualmente la alegría de la armonía sexual.

¿Es el orgasmo condición sine qua non para una vida sexual plena?

«Llegar al mismo tiempo al orgasmo es una alegría rara. La pareja no debe preocuparse si no lo alcanza ni obligarse a realizar inútiles esfuerzo para lograrlo«, asegura Olivier Florant. Si se llega el orgasmo, ¡qué alegría!. «El hombre y la mujer están hechos para tener orgasmos», asegura, pero el orgasmo debe de ser recibido como un regalo, como un bonus. «El orgasmo es un fruto, no un fin», resumió en día el periodista Luc Adrian.

El orgasmo tampoco es la «prueba» de una perfecta relación sexual ni de una buena relación conyugal. «Los orgasmos pueden dar la ilusión de una floreciente intimidad, cuando el diálogo se corta o no existe», señala Bénédicte Lucereau. Por el contrario, una relación sexual puede ser satisfactoria sin necesariamente tener un orgasmo.  La relación sexual es cuando tienen lugar las mayores muestras de ternura, las caricias eróticas, los besos apasionados…

Para el consejero matrimonial, el mundo occidental está marcado por la idea, transmitida por la pornografía, de que el hombre debe ser dominante y que las relaciones sexuales entre los hombres y las mujeres han de adquirir ciertas connotaciones de violencia. Una visión que da una falsa imagen de la sexualidad.

«La sexualidad es ante todo un lenguaje», recuerda Bénédicte Lucereau. Es una forma de expresar su amor, de vivir en su cuerpo la comunión de los cónyuges, una forma de entregarse completamente el uno al otro. Es la culminación de una relación de amor que se experimenta a diario. Y es eso, y no la presencia o no de un orgasmo, lo que le da todo su significado.

Mathilde De Robien, Aleteia

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