AMANDA, la organización que previene de las consecuencias irreversibles de los tratamientos trans destaca el alarmante crecimiento de estos tratamientos en menores de edad
AMANDA (Agrupación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada), es una organización española de familias con hijos con disforia de género que alertan de "las soluciones médicas y quirúrgicas irreversibles" que pueden suponer en los menores las operaciones de cambio de género.
Nuria Coronado, periodista del diario Republica, se ha hecho eco del alarmante crecimiento de los tratamientos de género sobre menores surgidos como consecuencia del "bombardeo" del "lobbie transgenerista". Lo han denunciado integrantes de AMANDA, que también advierten de las "alarmantes" consecuencias que tiene sobre niños y jóvenes.
"El empeño del lobby trans está provocando que miles de menores de edad, al confundir género con sexo, manifiesten Disforia de Género de Inicio Rápido. De todos ellos, un 80% son niñas", detallan.
La atención trans aumenta un 500% en pocos años
Las cifras podrían parecer una exageración, pero responden a la cruda realidad.
Ángeles Álvarez, portavoz de Contra el borrado de las mujeres, cuenta que mientras que la disforia de género clásica tiene una incidencia de 0,3 de cada 10.000 mujeres y 1 de cada 10.000 hombres, la de Inicio Rápido "insólita hasta hace pocos años" afecta a 7 de cada 10 niñas. En muchos casos, añade, está aparejada a "problemas subyacentes sin tratar" como pueden ser el autismo, TDAH, TOC o trastornos alimenticios.
“Se está amenazando peligrosamente el sano desarrollo y la salud de niñas y niños. A través de la ideología de la identidad de género se están desempolvando ideas de que existen cosas, gustos, actitudes, preferencias, etc., femeninas y masculinas, que si son opuestas al sexo indican que se nació en el cuerpo equivocado y se es trans”, recalca Álvarez.
Todo ello está fomentando que el número de menores derivados a las clínicas "haya aumentado alarmantemente", debido especialmente a "la propaganda social".
En Madrid, la Unidad de Identidad de Género ha visto un incremento de solicitudes de atención del 500% entre 2017 y 2019, un aumento de por sí desorbitado que en menos de 10 años ha ascendido al 4000% en algunas clínicas de Reino Unido, como es el caso de Tavistock.
Keira Bell es solo una de las miles de jóvenes británicas tratadas en la clínica Tavistock, donde, como Bell, cientos de menores de edad son tratados ilegalmente y diagnosticados erróneamente cada año. No hace mucho que Bell ha ganado el juicio contra la clínica acusada de asumir que era transexual sin una evaluación previa.
¿A qué se debe este incremento?
Según recoge Coronado, "tiene mucho que ver con el bombardeo de lo trans por tierra, mar y aire": cerca del 87% de los casos coinciden con un "aumento del uso de redes sociales por parte del o la joven, que además pertenecía a grupos de amistades en que una o varias personas se identifican como transgénero", como comparten no pocas familias, padres y madres que comentaron el hashtag #RompeElGéneroNoSuCuerpo.
La española Puri Lop es solo una de las muchas madres que sufren al ver estas consecuencias en su familia.
“Mi hija ha cambiado cinco veces de género en los últimos 10 meses. Durante toda su infancia se sintió niña, a los 12 años y medio nos anunció que era agénero. Mes y medio después, tras el verano, nos dijo que volvía a ser una chica. En las navidades fue demiboy, y ya, en febrero, nos contó que es un chico. Mi hija es adolescente y, por tanto, voluble. Está sufriendo mucho. Y nosotros con ella. Necesita ayuda, no afirmación de género. Pero las leyes trans lo prohíben”, denuncia.
Pero esta madre es sabe perfectamente que la situación de su hija no tiene nada que ver con ser transexual, sino con otras condiciones y problemáticas asociadas
“Ella tiene dificultades de encaje social debido a sus altas capacidades. Una charla en el instituto hizo el resto. En esa charla, la gran mentira de los tiempos actuales y sustentada en que una persona no es lo que es sino lo que siente ser la convenció. La mentira que se salta la biología y les dice que si se hormonan y amputan se solucionarán sus problemas psicológicos les oculta la parte de que se convertirán en enfermas crónicas (osteoporosis, anorgasmia, infertilidad, problemas cardiovasculares, dolor articular...)”, añade.
No es el único caso del que Lop tiene constancia: “En mi entorno conozco otros seis casos, cinco chicas y un chico, todos menores de edad. Dos de las chicas hormonadas y con la mastectomía hecha. A una de ellas, que empezó con bloqueadores puberales se le detuvo el crecimiento. Mide 1,45 y tiene osteoporosis, con 17 años. Pero eso le da igual a los lobbies que se están forrando gracias a la gran mentira. Nadie les dice que el sexo es inmutable y que, si algo es el género es una imposición”, añade.
ReL
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