viernes, 13 de mayo de 2022

4 horas conectados a pantallas fuera del aula. ¿Cuándo se convierte en adicción?

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Un estudio revela que los menores pasan 1.500 horas al año frente a una pantalla, la mitad del tiempo que dedican a dormir. Los expertos desconocen aún los efectos a largo plazo de la dependencia tecnológica adquirida durante la pandemia. ¿Cómo podemos detectar que los menores tienen una adicción? ¿Cómo podemos tratarla?

Conectados a las pantallas. El tiempo que los menores dedican a las pantallas ha bajado tras la pandemia y el confinamiento. Pero aún pasan 4 horas de media conectados a las pantallas fuera de las aulas. Son datos de un estudio elaborado por Qustodio, una plataforma especializada en seguridad y control digital para las familias que muestra las tendencias y el uso digital durante 2021 en España, Estados Unidos y Reino Unido.

Utilizan sobre todo Youtube, Prime Video y Netflix como plataformas de video, WhatsApp, Zoom y Discord como aplicaciones de comunicación, Tik Tok, Instagram y Snapchat como redes sociales mientras que los videojuegos más populares son Roblox y Brawl Stars.

Hay que hacer notar que el informe incluye las horas que los pequeños pasan ante la pantalla haciendo deberes.

Efectos del uso

Los expertos reconocen que aún es pronto para saber los efectos a largo plazo de la dependencia tecnológica y los hábitos que han adquirido estas generaciones desde que comenzó la crisis sanitaria. Por lo que las consecuencias llegarán en un futuro, algo que inquieta a padres y profesionales.

La principal consecuencia negativa de esta conexión es la reducción de la actividad física, el aislamiento y la alteración de las rutinas del sueño

La mayoría de las familias con menores afirman que la principal consecuencia negativa de esta conexión es la reducción de la actividad física, el aislamiento y la alteración de las rutinas del sueño mientras que sitúan como consecuencias positivas la autonomía para investigar y la exploración de nuevas ideas.

Aplicaciones educativas

Este estudio muestra la caída de las plataformas educativas tan usadas en pandemia. En España el uso diario actual es de 9 minutos frente a los 12 que emplearon durante la pandemia.

Sin embargo, este uso se mantiene igual en Estados Unidos y en el Reino Unido, donde los menores siguen utilizando el mismo tiempo estas plataformas.

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Tik Tok es una de las redes que absorbe más tiempo.

¿Cómo detectar la adicción?

El problema surge cuando aparece la dependencia a estas pantallas. Actualmente el 21,3% de los adolescentes en España son adictos a la red. Cifra que duplica la media europea que se sitúa en los 12,7%.

Actualmente el 21,3% de los adolescentes en España son adictos a la red.

Como explica Marc Masip, psicólogo y experto en adicciones tecnológicas, «el principal indicador de que los chavales tienen un problema con las pantallas es su aislamiento social».

Principales síntomas

  • Síndrome de abstinencia. Darnos cuenta de que los menores tienen “mono” de pantallas, que las necesitan. Esta adicción, la de las pantallas, no está considerada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sí que reconoce la adicción , por ejemplo, a los videojuegos.
  • Dejar de hacer cosas para ponerse delante de una pantalla. Esto debe hace saltar las alarmas. Ser capaces de detectar que los niños no leen, no juegan, no comen o no duermen porque prefieren estar conectados.
  • Una bajada del rendimiento escolar o cambios de comportamiento o humor son señales claras también de que los menores tienen un problema.

Cómo desengancharse

Como explica Masip, «los menores de 0 a 2 años no deberían tener contacto con las pantallas y esa restricción pasa en primer lugar por los padres

Las familias deben vigilar el tiempo que sus hijos pasan con un móvil o una tableta  y controlar lo que ven.

VIOLENCE
¿Sabes realmente qué ven tus hijos y cómo les afecta?

Formar a los padres es el primer paso. Estamos equivocándonos de pleno si dejamos a los niños un móvil para que se entretengan en un restaurante para poder comer tranquilos.

El segundo paso sería tener unas buena legislación al respecto. Leyes que regulen el buen uso de la tecnología para los menores.

Usarlo como moneda de cambio, si el niño se porta bien, también es un error. Los dispositivos deben usarse de forma correcta y sobre todo para lo que se necesitan realmente.

Poner un control al uso de aplicaciones o plataformas también está bien, hay que saber lo que ven, pero, como insiste Masip, «los controles en los dispositivos no rehabilitan a nuestros chavales. Si detectamos el problema, debemos acudir cuanto antes a un especialista.«

Violeta Tejera, Aleteia 

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