En vez de dejar la ropa favorita para ocasiones especiales, las mujeres visten lo mejor que tienen, es la actitud del movimiento #worthyofwearing
Nicole Caruso ha pasado años trabajando en las industrias de la moda y la belleza —como especialista en maquillaje, escritora y editora de belleza y fundadora de la revista Verily Magazine, entre otras cosas— y disfrutó enormemente de la diversión y la confianza que da probar distintos estilos de ropa y maquillaje. Sin embargo, cuando se hizo madre, algo cambió.
“Convertirme en madre y ama de casa cuando nació mi hija supuso un gran ajuste para mí”, explica Caruso, “no solo porque había dejado el trabajo y dedicaba mucho tiempo al hogar, sino también porque mi cuerpo había cambiado.
Mucha de la ropa que me encantaba vestir antes del bebé ahora era demasiado pequeña y me parecía una pena llevarla ante la posibilidad de que se manchara de vómito o comida”.
Es un sentimiento que muchas madres conocen bien. Cuando tu recién nacido acaba de lanzar un proyectil de vómito sobre tu blusa mientras el niño pequeño se engancha para limpiarse los mocos de la nariz en tu manga, es difícil no sentirse como un trapo de limpieza andante. ¿Para qué molestarse en ponerse una camisa bonita si va ponerse perdida en una hora igualmente?
Pero solo porque sea un sentimiento común no quiere decir que las mujeres quieran sentirse así. La mayoría de las mujeres no quieren verse desaliñadas, pero puede ser difícil romper el ciclo una vez te has acostumbrado a mantener el pelo, la ropa y el maquillaje a un nivel de atención mínimo.
Caruso se percató de que se sintió mucho mejor cuando empezó a esforzarse un poco más por su aspecto, como solía hacer antes de tener hijos.
“Después de cierto tiempo sintiéndome realmente desconectada de mí misma y de sucumbir a la vida de los leggings, supe que necesitaba un cambio. Encontré unas cuantas prendas nuevas que se ajustaban a mi cuerpo de posparto y empecé a divertirme más otra vez con la ropa, los accesorios y el maquillaje, como solía hacer antes”.
Sacarle un poco de tiempo al día para refrescarse y vestir las cosas que le gustaban le dio a Caruso un maravilloso y necesario empuje a su vocación:
Por fin había resuelto cómo unir mi “vieja” vida antes de ser madre y mi nueva vida cuidando de mis pequeños. Entonces fue cuando sentí un cambio. Empecé a sentirme más segura de mí misma a la hora de salir de casa, lo cual condujo a más interacción social con los amigos y a una revitalización de mis objetivos creativos.
Tras aprender de su propia experiencia, a Caruso le encanta animar a otras mujeres a vestir lo que les haga sentir hermosas. Lejos de la vanidad o del egoísmo, dedicar ese tiempo para nosotras mismas ayuda ciertamente a las mujeres a sentirse mejor y más seguras:
Cuando adornamos nuestro cuerpo con ropa que conecta con nuestra dignidad inherente, brillamos. Cuando nuestra intención es ser una trabajadora mejor, mejor estudiante o mejor madre, la ropa hermosa puede ayudar a santificar nuestro esfuerzo porque nos centramos menos en nuestras inseguridades y más en servir a los demás.
Ahora Caruso está convirtiendo su ánimo amistoso en un movimiento que está ganando fuerza rápidamente. Todas las mujeres son hijas de Dios y son “dignas de vestir” ropa bonita todos los días y no solo en ocasiones especiales:
Eres digna de vestir ropa planchada, limpia y lustrosa, ya sean prendas de segunda mano o diseños especiales (…). Esas prendas que parecen “demasiado bonitas” para la ocasión, son en realidad Dignas de Vestir [#WorthyOfWearing]. Somos dignas porque fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios.
Caruso está alentando a las mujeres a compartir sus publicaciones de Instagram en las que sacan sus prendas favoritas para vestirlas a diario, y les dice:
“Por favor, etiquetadme en Instagram @nmcaruso y usad el hashtag #worthyofwearing para que pueda compartir cómo este movimiento nos afecta a todas”. Ha declarado todo el mes de febrero para el desafío #worthyofwearing y ha compartido algunos consejos para poner en práctica el movimiento.
Aunque Caruso se haya inspirado en su experiencia como madre redescubriendo el amor por la moda y la belleza para iniciar #worthyofwearing, se apresura a añadir que el movimiento no es solo para las madres sino para “cualquier mujer de cualquier edad, ya sea una niña de 7 años que le guste ponerse su vestido más elegante porque le hace sentir como una princesa o una mujer de 77 que se recoja el pelo en un sofisticado moño a diario”.
Por encima de todo, Caruso confía en que el desafío #worthyofwearing sea una bendición para todas las mujeres que se unan, que les recuerde su belleza única e inherente recibida de Dios para que puedan bendecir a otras personas a cambio. Después de todo, dice, “la alegría y la confianza son contagiosas”.
Theresa Civantos Barber, Aleteia
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