La sexualidad humana es un tema complejo. Abarca todo en el ser humano, influye en su manera de ser, de relacionarse con los demás y también en el rol que cada uno juega en la familia y en la sociedad. Hace poco leí un artículo, «Designed for Sex. What We Loose When We Forget What Sex Is For. By J. Budziszewski»(Diseñados para el sexo. Lo que perdemos cuando olvidamos para qué es el sexo, por J. Budziszewski, profesor de Gobierno y Filosofía de la Universidad de Texas). El artículo presenta un ejemplo muy claro y útil para este tema. Aquí la traducción: «Supongamos que existe un joven que está más interesado en utilizar sus pulmones para drogarse oliendo goma. Qué pensarías de mi si te digo, “esto es interesante –yo creo que el propósito de mis pulmones es oxigenar mi sangre– pero, el propósito de sus pulmones es ¿drogarse? Pensarás de mi que soy un tonto y con razón”. El propósito de los pulmones está en el diseño de los mismos. Él no cambia el propósito al utilizarlos para drogarse; simplemente lo viola».
Entonces, ¿para qué han sido diseñadas las relaciones sexuales? El diseño natural, biológico de éstas es la procreación. Esto es indiscutible y quien las tenga debe saberlo y tenerlo presente siempre. Involucrarse en una relación sexual con otra persona debería implicar el aceptar la posible paternidad y maternidad del uno y del otro. Simple naturaleza. Otro propósito de la sexualidad, un propósito más psicológico y espiritual, es el de la unión (de los esposos) en un marco de amor. Es una verdad que esta unión viene acompañada de un gran placer, pero no confundamos: el propósito no es el placer que otorga. Así como el joven que prefiere utilizar sus pulmones para drogarse, de la misma manera estamos cayendo en la locura de querer eliminar el propósito de las relaciones sexuales y simplemente centrarnos en el placer que producen. Llegados a este punto podemos preguntarnos: ¿cuáles han sido y son las consecuencias de hacer esto? El video es muy claro y muy duro a la vez. Muchos nos podemos sentir identificados con su contenido: haz que no parezca amor,porque efectivamente tener una relación sexual por simple placer, no es amor. Por el contrario dista bastante de serlo y las heridas que produce son por demás, muy profundas.
*Advertencia el video contiene un lenguaje fuerte y explícito. No apto para menores.
La revolución sexual y el feminismo celebran que cada uno sea dueño de su propio cuerpo y haga con él lo que le plazca.Ingenuamente muchos nos hemos comido ese cuento y hemos caído. Utilizamos nuestro cuerpo simplemente por placer en una falsa búsqueda del amor. Las relaciones modernas no necesitan ataduras, si siento deseo puedo calmarlo con cualquiera. Es irónico pero mientras por un lado celebramos la libertad de tener «amigos con derecho», por el otro lado las mujeres sufrimos los dolores de un corazón herido cuando ese «amigo con derecho» no quiere serlo más. Y los hombres se vuelven incapaces de entablar relaciones comprometidas y serias. El efecto en los hombres es grave, al no poder llevar relaciones a largo plazo, su capacidad para ser padres, para sostener y formar familia va desapareciendo.
«(…) Hoy tantos jóvenes comienzan su amor diciéndose: “Y si las cosas no van bien, nos separamos y tan amigos”. Esto, dicen, es más civilizado. Pero yo no estoy nada seguro de que ese amor con reserva sea verdadero amor» (José Luis Martin Descalzo).
No es una locura pues que las uniones sexuales sean destinadas para vivirse dentro del matrimonio. Solo dentro de este compromiso la unión plena y por amor es efectiva. En el matrimonio aceptamos la potencial maternidad y paternidad del uno y del otro y no solo vivimos de apetencias y gustos. En ese contexto elegimos voluntaria y libremente amar. Fuera de él, esto es inexistente. Como nos dice de nuevo Descalzo: «un amor condicionado es un amor putrefacto. Un amor “a ver cómo funciona” es un brutal engaño entre dos. Un amor sin condiciones puede fracasar; pero un amor con condiciones no solo es que nazca fracasado, es que no llega a nacer».
En estos tiempos es una necesidad el ser valientes y enfrentarnos a un mundo que nos ha hecho creer una locura, cuyas consecuencias vemos día a día. No solo emocionales y espirituales como el video nos lo muestra, pensemos un poco en la cantidad de abortos por embarazos no deseados, en la proliferación de enfermedades de transmisión sexual y en el desarraigo e individualismo de la juventud.
«Hace falta una cruzada de virilidad y de pureza que contrarreste y anule la labor salvaje de quienes creen que el hombre es una bestia, y esa cruzada es obra vuestra»(San José María Escrivá).
Silvana Ramos, catholic-link
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