¿Tu matrimonio -tu consagración, tu vocación- ya no te ilusiona? ¿Te cuesta afrontar tareas que antes estaban llenas de sentido?
Muchas pueden ser las causas y muchas las cosas que puedes hacer para recuperar el sentido de tu llamada; el libro Re-ilusiónate de Jaime Sanz Santacruz recoge 30.
¿Crees que con el paso de los años es inevitable perder la lozanía del primer amor? Imagina que te encuentras cara a cara con Dios y te dice estas palabras: «Tengo contra ti que has perdido el fervor de la primera caridad» (Apocalipsis 2,3).
Necesitas mantener siempre viva la llama que ardía cuando dijiste sí a tu camino de vida. Y hay muchas cosas que pueden debilitarla y apagarla.
La clave: el amor
La desilusión «se presenta de manera progresiva y gradual, avanza con el tiempo y cuando comienza, como no se afrente a tiempo, puede convertirse en un proceso casi irreversible y que difícilmente podremos parar», advierte Sanz.
Se muestra, por ejemplo, en la pérdida de la capacidad de iniciativa, en un cansancio crónico para hacer las cosas de siempre, en un espíritu crítico negativo ante todo lo que, hasta entonces, parecía normal y positivo…
Pero si no reconoces el mal, no le pondrás remedio. ¿La clave de la solución? El amor, (no podía ser otra). Escribe Sanz:
Solo las personas enamoradas se entusiasman con su vocación y son capaces de llevar a cabo la misión para la que Dios les llama»
«Las personas enamoradas no se cansan, todo les parece bien, tienen un entusiasmo que les desborda», constata.
Causas y remedios
El sacerdote concreta y explica en su libro 30 posibles causas de la desilusión y -atención- 30 posibles remedios.
Entre las causas destaca: actuar solo por interés, desarraigo, dudar constantemente si te has equivocado de vocación, pensar que los que la abandonaron son más felices, el desgaste del paso del tiempo sin entrega, no descansar, encerrarse en uno mismo, la inmadurez, dejarse llevar por fantasías o por una sensualidad desatada…
Y entre las soluciones: preocuparse más por los demás, vincularse a las personas, crecer en la confianza en Dios, descansar, medir el éxito y el fracaso con una visión sobrenatural, ser prudente y humilde, poner el corazón en todo, contar con que lo bueno cuesta…
Sanz invita a redescubrir la vocación que un día tanto nos ilusionó. «La ilusión nos provoca felicidad», afirma, «el mundo está necesitado de nuestra ilusión, los demás la necesitan y la esperan».
«Olvidarse de la llamada divina y buscar la felicidad en otra parte es casi una reacción lógica pero errónea», advierte. Y explica que en el recorrido vital del desánimo a la re-ilusión ayuda recordar cómo se vivió el primer amor y cuándo se perdió.
Reilusiónate forma parte de una trilogía que se pondrá a la venta próximamente de manera conjunta. Junto con los libros Aprender a querer y Llevarlo a todas partes, Jaime Sanz Santacruz ofrece un interesante enfoque de la fe, la esperanza y la caridad.
Patricia Navas, Aleteia
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