Trabajó con grandes artistas de la música como Lucio Dalla y Ron pero Dios tenía otros planes para ella, y dijo sí
Dajana D’Ippolito cultivó su amor por la música desde muy pequeña persiguiendo su sueño hasta convertirse en una talentosa cantautora de fama internacional desde muy joven. Decidió emprender el camino de la música jazz y participó en un sin fin de programas de televisión de rama internacional. Fue galardonada en varios festivales de música como el Area de Sanremo y ganó el Premio Lunezia.
Sin embargo un acontecimiento muy fuerte la empujó a dar un giro en su vida y entregarla completamente al servicio de Dios a través de la música sacra. La cantante italiana reconoce que antes de encontrarse con la fe, no era una persona muy creyente, sin embargo, envidiaba la fe que su madre tenía.
«No iba a la iglesia con regularidad, aunque a menudo las homilías me invitaban a profundas reflexiones. Al contrario que mi madre, una católica devota. Puedo decir que, de cierta forma, estaba celosa de su fe…»
Antes de que se encontrara con la fe trabajó con grandes artistas de la música como Lucio Dalla y Ron, pero Dios tenía otros planes para ella, y dijo sí.
Una conversión profunda
La profunda conversión de Dajana es marcada por dos momentos impactantes. El primero se trata de un encuentro emocionante con il pintor Giuseppe Afrune o el pintor de la luz, retratista oficial de Juan Pablo II, quien a través de su testimonio de fe la cautivó y emocionó. Y el segundo fue la intervención de Natuzza Evolo en un momento crucial de su vida, a quien dedicó una canción llamada Madre dell’Amore. La cantante quedó embarazada y con tan solo 26 semanas de gestación fue trasladada al hospital de emergencia. Las probabilidades de supervivencia de su bebé eran muy bajas. Sin embargo, ella se aferró a la esperanza y se encomendó a Evolo suplicándole, con un pañuelo de la vidente en mano, que interviniera a favor de su bebé Gabriele Pio.
Para ella fue un auténtico milagro que su bebé saliera adelante y está dispuesta a ofrecer su testimonio ante la comisión eclesiástica en el proceso de beatificación de Natuzza.
Tras su cambio de rumbo Dajana empieza a componer y a interpretar música sacra y litúrgica ganando la admiración de la audiencia y, finalmente, es premiada como mejor cantautora religiosa del año por su interpretación del Ave Maria de Gounod y recibió en España el Premio David como mejor publicación de música cristiana del año.
La humildad del papa Francisco
De esta manera, la famosa cantante italiana deja el jazz para cantarle a Dios a través de la música sacra y litúrgica y empezar así un camino nuevo.
Dajana fue recibida por el papa Francisco en el Vaticano donde pudo regalarle personalmente su disco de oraciones, Madre dell’Amore. Un encuentro conmovedor con el pontífice que define así:
«Me sorprendió su gran humildad – dice la cantautora – es realmente un hombre muy humilde. Bromeó y jugó con los niños y quiso darle la mano a cada uno. Se me ha quedado una emoción imborrable. Presentar el disco «Madre dell’Amore» al Santo Padre fue como recibir una bendición para mi proyecto.»
Señor estoy Aquí
Aunque normalmente su música es en italiano, busca abrirse camino entre la audiencia hispano hablante, demostrando así que los caminos de Dios no tienen idioma definido e incursionando así en la música en español.
Recientemente ha sacado una canción llamada Señor estoy Aquí; una canción que habla de entrega, de abandono en los brazos del Padre y de disponibilidad total a hacer Su voluntad. El videoclip habla por si solo en un ambiente sereno, sencillo, lleno de Dios y de paz.
Claudia Soberón, Aleteia
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