A mi hijo pequeño los Reyes le han traído este año un maletín con cientos de piezas LEGO para que él invente, construya, diseñe y haga lo que se le ocurra con ellas. Los Reyes han acertado. Se pasa grandes ratos en su habitación montando y desmontando. Y cuando ha creado algo viene a enseñárnoslo con gran orgullo.
Pero hoy estoy contento porque hablé con él de algo de lo que me he ido percatando a lo largo de estas últimas semanas, viéndole jugar con sus piezas. Me he dado cuenta de que todos los diseños que hace son transportes. No construye casas, ni lugares ni personajes… mi pequeño Juan construye una y otra vez… transportes. Coches, naves, trenes, aviones, lanchas, etc, etc, etc… Y se lo dije.
¿Por qué estoy contento? Sencillamente por haberme dado cuenta. No es un detalle banal. Claro que no tiene por qué ser definitivo en nada pero si es algo que llama la atención. Cuando uno observa, ve. Es tarea de los padres, observar, mirar a sus hijos y sacar conclusiones.
Cuando hablamos de vocación, de tendencias, de lo mejor de cada uno… a veces pensamos que son temas que llegan con la adolescencia pero no es así. Desde que son pequeños, uno se da cuenta de que cada hijo tiene un temperamento, construye un carácter y una personalidad y tiene a unas cosas y no frecuenta otras. Yo podría decir aspectos peculiares de cada uno de mis tres hijos. Y, ya digo, sin que esto signifique nada definitivo y sin que esto tenga que marcar obligatoriamente una línea. Pero así como uno es un gran lector y pensador y discutido, alejado de rompecabezas, puzles y cosas de estas; otro práctica poco la lectura pero se pasa horas creando con sus manos manualidades, detalles, regalos… le encanta probar tipos de letra, dibujo, utilizar materiales reciclables, etc. y a otro le encanta construir transportes con sus lego, pensando en cada detalle de su diseño. Y uno es más espiritual y otro disfruta un concierto y otro es más casero y otro es más sensible y otro más tecnológico…
En fin, a lo que me refiero es a que tenemos que estar atentos. No es fácil. Se nos pasa el día haciendo tantas cosas que muchas veces uno no cae en estos pequeños detalles, tan importantes. Ojalá miremos con atención. ¡Y luego que orientemos también! Lo hablemos con ellos, les hagamos hacer en la cuenta de algunas cosas, de algunas capacidades, de algunas peculiaridades propias… Sin imponer, sin manipular… sólo reflejando lo que vemos, devolviéndoselo.
Sigue diseñando transportes hijo. Que tu padre seguirá pendiente de esa evolución que sólo Dios sabe adónde te llevará…
Un abrazo fraterno – Santi Casanova
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