En el mensaje para la Cuaresma 2018, el Pontífice desea ayudar a vivir con “gozo“ y con “verdad” estos tiempos amenazados por “falsos profetas” que apagan la “caridad en los corazones”.
“Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, es el titulo del mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2018 difundido este martes 6 de febrero de 2018 por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En el mensaje anual, Francisco indicó que la Cuaresma es un tiempo de preparación y conversión “con todo el corazón” y “con toda la vida”.
El Papa además invita, no solo a los fieles católicos, a reflexionar sobre aquellas cosas que enfrían el corazón. Y se dirige a las personas de buena voluntad “dispuestos a escuchar a Dios”.
“Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros”, expresó.
Así instó a “invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos”.
Falsos profetas
El Papa como lo hizo Jesús, denunció las formas que asumen los falsos profetas hoy, que comparó a “encantadores de serpientes” que se aprovechan de las “emociones humanas para esclavizar” y llevan a el “placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad”.
Denunció el encanto de la “ilusión del dinero”, que hace “esclavos del lucro” o de “intereses mezquinos”. Y reflexionó sobre “cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad”.
1. Oración
El Papa en nombre de la Iglesia ofreció en este tiempo de Cuaresma “el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno”.
“El hecho de dedicar más tiempo a la oraciónhace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida”.
2. Limosna
“El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida”.
Bajo el ejemplo de los Apóstoles, invitó a “compartir nuestros bienes con los demás”. Esto vale especialmente “en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades”.
“Y – continuó- cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?”.
3. Ayuno
El ayuno, “por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre”.
Por otro lado, indicó que el ayuno, expresa “la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre”.
Otros falsos profetas
Otros falsos profetas – continuó – “ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles”.
En este sentido, se presentan las drogas para los jóvenes, la relaciones de «usar y tirar», las “ganancias fáciles pero deshonestas”, una “vida completamente virtual”, entre otras falsas promesas.
Los estafadores “que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar”. Es el “engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás”.
Los falsos profetas presentan “el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre”.
El Papa invita a cada uno a “discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas”.
“Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien”.
¿Cuales son las señales de un corazón frío?
El Papa cita a Dante Alighieri, en su descripción del infierno, quien “se imagina al diablo sentado en un trono de hielo;[2] su morada es el hielo del amor extinguido”. ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?, preguntó.
El amor se enfría- según el Papa y citando el Evangelio – cuando hay avidez por el dinero; a esta “le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él”.
Igualmente esto se “transforma en violencia que se dirige contra “el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas”.
La caridad se enfría contra la Tierra. “La tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés”.
El amor se enfría también en nuestras comunidades debido a “la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero”.
La Iglesia recuerda en Cuaresma, los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto invitando a imitar al Mesías en el ayuno y la oración. La Cuaresma, es periodo de cuarenta seis días, desde el miércoles de ceniza hasta la Víspera de la Resurrección.
Ary Waldir Ramos Díaz, aleteia
No hay comentarios:
Publicar un comentario