La simpatía de Jesús por los que se dedican a los negocios
No son pocos los textos evangélicos que tratan de la actividad económica, “nobilísima en sí misma cuando es ejercitada por personas honradas”, afirmaba el que fue prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría: San Mateo (Mt 13, 44-50), antes de ser apóstol, era recaudador de impuestos. San Lucas relata la historia del publicano Zaqueo (Lc 19, 1-10).
“Jesús muestra su aprecio por quienes hacen rendir con rectitud los medios materiales, tan necesarios para que los hombres lleven una vida digna”, reconocía este obispo madrileño.
El segundo sucesor de san Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei creía que “quienes se dedican a la empresa, naturalmente, han de buscar obtener ganancias económicas razonables, como justa retribución de sus esfuerzos y del servicio que prestan a la sociedad. Pero han de evitar la tentación de buscar el dinero, el poder o el éxito personal por encima de todo.
“El dinero –como el poder o el prestigio- es sólo un instrumento”, advertía.
La empresa alberga una comunidad de personas “llamadas a crecer en su humanidad, como hombres y como hijos de Dios”, consideraba. Una especial responsabilidad compete a los directivos para hacer realidad ese reto, de modo que cada uno alcance esa meta en su propio puesto.
Uno de los consejos a directivos católicos era que es importante “ser coherentes con las propias convicciones, ejemplares en la conducta, amables en el modo de tratar a los subordinados, solícitos en la formación de los colaboradores, justos a la hora de organizar el trabajo y de valorar la actividad realizada, prudentes para resolver los problemas que se presenten y fuertes para afrontar las dificultades”.
“Más allá de los proyectos ambiciosos y de la consecución de grandes beneficios, lo más importante en una empresa se concreta en promover el bien de las personas que allí despliegan su actividad o mantienen relaciones más o menos estrechas con esa iniciativa”, pedía el prelado del Opus Dei.
Monseñor Javier Echevarría (1932-2016) ha sido el Prelado del Opus Dei del 1994 hasta su muerte. Escribió varios libros de espiritualidad. La recuperación del papel primordial de la empresa y del empresario en la sociedad, y la superación de muchas disfuncionalidades actuales, requiere una nueva noción de la empresa y de la tarea de empresarios y directivos, ha motivado a la editorial Eunsa a reunir tres de sus charlas sobre directivos cristianos en un volumen.
Jordi Canals, director general del IESE (2001-2016), destaca en el libro la importancia de defender la dignidad radical de la persona y su primacía sobre los medios y bienes materiales. Para este directivo, “una perspectiva cristiana de la persona, de la empresa y de la sociedad constituye el mejor fundamento para construir una comunidad de hombres y mujeres dinámica, justa, próspera y orientada a facilitar oportunidades de desarrollo y mejora para cada persona”.
Espiritualidad del trabajo directivo
“Saberse y vivir como un hijo de Dios, santificarse en la profesión, actuar con unidad de vida y mantener una actitud permanente de talente de servicio”, son la invitación en cambio de Domènec Melé, titular de la Cátedra de Ética Empresaria del IESE.
En la visión de estos directivos y del sucesor del fundador del Opus Dei, la empresa es un lugar donde los cristianos pueden y deben santificarse. Siendo la actividad empresarial algo noble, quienes ejercen la dirección de empresas y el gobierno corporativo están llamados a santificarse a través del cometido laboral.
Antonio Argandoña, profesor emérito de Economía y titular de la Cátedra La Caixa de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo del IESE se plantea si existe un empresario o directivo cristiano. Y responde que “sí, los hay, y muchos, que tratan de ser coherentes con las propias convicciones y tienen una visión de la persona coherente con las enseñanzas de Cristo”.
Estas reflexiones forman parte del libro de Eunsa Dirigir Empresas con sentido cristiano de Javier Echevarría que quiere poner luz sobre “el aprecio de Jesús por los emprendedores” y reflexiona sobre el “humanismo cristiano en la empresa”.
Miriam Díez Bosch, aleteia
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