sábado, 3 de febrero de 2018

Novena por la Pureza 7

castidad conyugal




¡Gloria a Jesucristo!

Hoy, démosle a Jesús nuestros corazones y pídamosle que los bendiga.

"La gente debería cultivar [la castidad] de manera que se adapte a su estado de vida. Algunos profesan la virginidad o el celibato consagrado que les permite entregarse sólo a Dios con un corazón indiviso de una manera notable. Otros viven en la forma prescrita para todos por la ley moral, ya sea que estén casados o solteros. Los casados están llamados a vivir la castidad conyugal; los demás practican la castidad en continencia "(CCC, n. ° 2349).

Que Jesús conceda que nuestros corazones ser conscientes que l mora en nosotros con el Padre y el Espíritu, quenuestro corazón pueda convertirse en el lugar donde compartirmos la vida con la Santísima Trinidad en amistad.

Día 7 - Novena por la Pureza

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Querido Jesús, sé que cada regalo perfecto, y especialmente el de la castidad, depende del poder de tu providencia. Sin ti, una simple criatura no puede hacer nada. Por lo tanto, te ruego que defiendas con Tu gracia la castidad y la pureza de mi cuerpo y de mi alma. Y si alguna vez he imaginado o consentido algo que pueda manchar mi castidad y pureza, bórralo, Señor Supremo, de mi ser, para que pueda avanzar con un corazón puro en Tu amor y servicio, ofreciéndome en el altar purísimo de Tu divinidad todos los días de mi vida.

En un estado completo de vulnerabilidad e intimidad, Señor, te ofrezco ... (Menciona tus intenciones).

Escritura para recordar:

"Si un hombre me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestro hogar con él" (Juan 14:23).

Confío las intenciones de este día a la intercesión de la Santísima Virgen María y de Santo Tomás de Aquino, mientras rezo:

Dios te salve María llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. 

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en  principio ahora, y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Lirio escogido de inocencia, Santo Tomás puro, que mantuviste casta la túnica del bautismo y te convertiste en un ángel en la carne después de ser guiado por dos ángeles, te imploro que me recomiendes a Jesús, el Cordero sin mancha, y a María, la Reina de las Vírgenes. Buen protector de mi pureza, pídeles que también pueda compartir tu pureza, y que después de imitarte en la tierra, al fin pueda ser coronado contigo entre los ángeles. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias por orar con nosotros!

Dios te bendiga,


(cfr. Combate de Guerra Angélica)

 castidad





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