viernes, 12 de enero de 2018

La curva del diablo le devolvió la vida

Impresionante experiencia de salvamento extremo de un joven durante la tragedia de Pasamayo

Muchos piensan que se lanzó por la ventana. Pero lo cierto es que salió expulsado por la fuerza del impacto hacia el abismo. Se trata de un joven de 24 años que se aferró a la vida segundos antes de que el ómnibus de transporte interprovincial se volcara al abismo en el trágico accidente que enlutó a Perú al inicio del año 2018.
La hazaña temeraria de Máximo Jiménez Vilcayauri se viralizó en las redes sociales. Y es que de los 48 fallecidos solo 6 volvieron a nacer. “Lo que mi hijo vivió fue un milagro”, comentó el padre del ingeniero sanitario Felis Jiménez para la prensa peruana. “El bus pasó encima de Máximo con todos los pasajeros adentro”.
Al borde del abismo. Atrapado en el acantilado. Así quedó Máximo. Tras la volcadura del vehículo de transporte, las primeras informaciones señalaban que una persona había logrado salvarse al arrojarse desde una ventana. Un hecho insólito, pero que realmente sucedió.

¿Por qué es del diablo?

Colgado de una soga, el joven peruano salvó su vida al escalar el empinado acantilado. Un paso en falso pudo haberle costado la vida. Con 22 kilómetros y 52 curvas el serpertín de Pasamayo que une el distrito de Ancón con la provincia de Chancay es también conocido como “la curva del diablo”.
El serpentín del Pasamayo existe desde 1940. Desde entonces ha registrado innumerables accidentes. La intensa neblina que se apodera de este tramo cada cierto periodo, se acentúa entre los meses de abril a diciembre. Por esos meses la carretera se torna resbaladiza.
Sin embargo durante los minutos de peligro el joven de 24 años logró sostenerse con las palabras de aliento de los transeúntes que a esa hora pasaban por el lugar
A través de una resolución Directorial El Ministerio de Transportes y Comunicaciones restringió por seis meses la circulación de buses que brindan el servicio de transporte de personas por todo el tramo del denominado serpertín de Pasamayo.
Esther Núñez Balbín, aleteia


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