jueves, 25 de enero de 2018

Esta Novena para la Pureza se inspira en Santo Tomás de Aquino

Y el beato Pier Giorgio Frassati fue miembro de una hermandad que promueve esta serie de oraciones

Muchas personas recurren al beato Pier Giorgio Frassati como inspiración e intercesión para ayudarles a vivir la fe católica. Recuerdo escuchar hablar de él por primera vez estando de peregrinación en la Jornada Mundial de la Juventud. ¡Los jóvenes se embelesaban con él! Se morían de ganas por visitar la capilla con su reliquia y rezar allí por su intercesión.
¿Por qué? Para la Generación Y, él es tan hípster como san Juan Pablo II. Ambos hacen que el catolicismo parezca tan bueno como realmente es.
Ellos se aventuraron en los Alpes para experimentar la belleza y la grandeza de Dios y Su creación. Ambos rezaban el Oficio Divino en viajes de acampada y reflexionaban sobre lo que significa ser humano de verdad. Se sacrificaron por los demás, actuaron en favor de la paz y la justicia, pero nunca olvidaron la vida sacramental de la Iglesia y la función de la Santa Madre. A través de su testimonio y fe diarios, motivaron tanto a jóvenes como a mayores a ser valientes tanto en sus asuntos terrenales como en los celestiales.
Pier Giorgio también se unió a la Cofradía de la Milicia Angélica, lo cual muestra que se tomaba en serio su pureza y su castidad. Esta hermandad de hombres y mujeres se ha consagrado a buscar y fomentar la castidad bajo el poderoso patronazgo de santo Tomás de Aquino y la Santísima Virgen María. Pier Giorgio admiraba a santo Tomás como poderoso patrón de la castidad y la pureza, y con buen motivo.
Santo Tomás de Aquino es famoso por su compromiso con la virtud de la castidad. Es conocido por esta virtud a causa de algo que sucedió cuando intentó seguir su vocación y unirse a los dominicos. Sus padres se oponían a esta vocación tanto que incluso hicieron que sus propios hermanos lo capturaran y encerraran en un castillo familiar. Entonces, en un intento de forzar a santo Tomás abandonar su vocación religiosa, sus hermanos trataron de hacer que santo Tomás rompiera su voto de castidad. Enviaron a una prostituta a su celda de reclusión.
Pero el plan no funcionó como la familia esperaba. Santo Tomás expulsó a la mujer de la habitación y dio portazo detrás de ella. Inmediatamente, cayó de rodillas en gratitud a Dios y para suplicarle que conservara su castidad, pureza e intención de vivir la vida religiosa.
Los documentos de su canonización explican que, en ese momento, santo Tomás tuvo una visión: “Dos ángeles vinieron a él desde el Cielo y le ataron una cuerda alrededor de su cintura, diciendo: ‘En nombre de Dios, te ceñimos con el cíngulo de castidad, una cuerda que no destruirá ningún ataque’. (…) El regalo de los ángeles protegió a santo Tomás de la tentación sexual y le otorgó una pureza imperecedera que ennobleció todos sus pensamientos y acciones”.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, “la castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual”. Se vive según tu situación vital y te da libertad para poner tu corazón donde Dios lo desea.
El papa Pío XI escribió: “Si santo Tomás no hubiera resultado victorioso cuando su castidad estuvo en peligro, es muy probable que la Iglesia nunca hubiera tenido su Doctor Angélico”
Santo Tomás recibió la gracia de la castidad y la pureza. Al igual que hizo el beato Pier Giorgio Frassati, nosotros podemos buscar también la intercesión de santo Tomás para abrir esta increíble gracia. El Doctor Angélico sirvió de inspiración a la Orden de Predicadores para la hermandad de Milicia Angélica, que hoy incluye una inscripción formal, vestir un cordón y una medalla y oraciones diarias.
La Cofradía de la Milicia Angélica propone una Novena por la pureza. A través de la intercesión de santo Tomás de Aquino y María, la Madre de Dios, la novena nos invita a rezar por la purificación de nuestros sentidos y por la fortaleza de resistir la tentación.
Amanda Zurface, aleteia


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