
Santa Catalina de Siena, además de ser copatrona de Europa e Italia y Doctora de la Iglesia, es también un modelo de cómo la humildad puede ser la base de un liderazgo transformador. A pesar de su escasa formación académica.
Catalina se convirtió en una figura clave de su tiempo, influyendo en papas, reyes y comunidades enteras. Su vida ofrece lecciones profundas para las mujeres católicas de hoy que buscan vivir una fe auténtica y ejercer un liderazgo que nace del servicio.
Dicho esto, te compartimos las mejores lecciones de santa Catalina de Siena para poner en práctica durante tu vida.
1Humildad radical como fundamento del liderazgo

Catalina no buscó el poder ni la notoriedad. Vivió en pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y a la oración constante. Su humildad era tan profunda que se sometía a penitencias severas y servía a los más necesitados sin esperar reconocimiento. Esta actitud le permitió ganarse la confianza de personas de todas las clases sociales, desde príncipes hasta prisioneros.
2Mediadora con criterio
Fue consejera espiritual, mediadora en conflictos políticos y defensora de la unidad de la Iglesia. Su influencia no provenía de cargos oficiales, sino de su integridad, sabiduría y amor por la verdad.
3Comunicación que transforma
A través de sus más de 400 cartas y su obra El Diálogo, Catalina comunicó con claridad y valentía. Denunció la corrupción eclesiástica y exhortó a la conversión, utilizando su palabra para sanar y guiar.
Su ejemplo muestra cómo la comunicación, cuando es auténtica y guiada por el Espíritu Santo, puede ser una poderosa herramienta de transformación.
4Vida espiritual profunda
Su vida de oración la impulsó a actuar. Catalina entendió que la fe debe traducirse en acciones concretas: trabajar por la conversión de las almas, tal como se lo pidió su esposo místico, quien es Jesús.
Empezó por su propia familia, así como también al cuidar a los enfermos, interceder por los presos, mediar en conflictos y aconsejar a líderes.
Su espiritualidad era profundamente encarnada, mostrando que el liderazgo cristiano se basa en el servicio y la cercanía con los demás.
5Modelo para las mujeres

Santa Catalina de Siena es una inspiración para las mujeres que buscan el bien de su familia y de la Iglesia. Su vida demuestra que el liderazgo femenino debe estar en fidelidad a Dios, valentía para hablar la verdad y amor por el prójimo.
Su ejemplo impulsa a las mujeres a asumir roles de liderazgo en sus comunidades, familias y lugares de trabajo, siempre desde la humildad y el servicio.
Karen Hutch, Aleteia
Cómo ser una persona discreta, según santa Catalina de Siena
El Diccionario de la Real Academia Española define la “discreción” como “sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar”. Para santa Catalina de Siena, esto se logra conociéndose a uno mismo a través de la humildad y discerniendo lo que lleva a Dios.
Catalina dedica a la discreción un tratado de su libro El Diálogo. También escribe muchas veces sobre ella en sus cartas.
Para esta Doctora de la Iglesia, cuando alguien reconoce su propia pequeñez y el lugar de cada persona y cada cosa respecto al Todo, puede expresarse con agudeza y oportunidad.
Esa sabiduría da reserva y prudencia y lleva a respetar profundamente a los demás desechando la vanidad.
Discreción y humildad

"La discreción recibe vida de la humildad y da a cada uno lo que le es debido", escribe santa Catalina.
En cambio, la persona sin discreción roba a Dios el honor y se lo atribuye a sí misma para su propia reputación -añade-. Y lo suyo se lo atribuye a Dios "quejándose y murmurando de los misterios que se obran en ella y en las otras criaturas".
Esta laica terciaria dominica invita a la discreción en todos los aspectos de la vida, también al relacionarse con los demás o al disponerse a encontrarse con Dios.
Respecto a la penitencia, Catalina dice que la prudencia lleva a que se haga siempre como un medio para unirse más a Dios y no como un objetivo fundamental, sin excederse, sin llamar la atención.
"El afán de Catalina es matar el amor propio, que es la raíz de todo pecado: la vanidad, el orgullo, la fama de santa, el amor vistoso…", explica a Aleteia la estudiosa de santa Catalina, sor Teresa Cadalso.
Santa Catalina invita a discernirlo todo. "Se trata de preguntarse en cada cosa si se hace para que se vea y se reconozca o porque amamos gratuitamente", añade esta dominica del convento femenino de Caleruega.
Del pensamiento a la acción
De esta manera, Catalina une misticismo y moralidad, mostrando la miseria del pecado y la necesidad de la acción moral para la salvación.
"Es la discreción la que une la comprensión mística de Dios como Ser verdadero y bueno con la comprensión ética del hombre", afirma Grazia Mangano Raggazi en su tesina sobre la discreción en los escritos espirituales de santa Catalina de Siena.
En este sentido, el mayor estudioso de santa Catalina en español, Salvador y Conde, afirma que la discreción se basa en la razón pero pasa a la práctica porque discierne los medios que llevan a Dios.
La indiscreción, lejanía de Dios
"Conociendo la grandeza de Dios y la nada de la criatura resulta fácil diferenciar los caminos que llevan a Dios de los que de Él nos apartan", escribe este dominico en su libro Doctrina espiritual de Catalina de Siena.
Y sobre lo que aleja de Dios, Salvador y Conde recoge una cita iluminadora de esta mística diplomática que aconsejó a Papas y medió a favor de la paz en lo que hoy es Italia:
"¿Sabes dónde tiene sus raíces este árbol [el pecado-árbol de la muerte]? En el engreimiento de la soberbia, a la que alimenta el amor propio sensitivo. Su médula [de la soberbia] es la impaciencia y su hija la indiscreción".
Patricia Navas Aleteia
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