lunes, 21 de agosto de 2023

11 breves consejos para que la comunicación con los hijos siempre fluya y sea muy enriquecedora


 

Tener una buena comunicación con los hijos es una de las grandes preocupaciones que tienen la mayoría de los padres. ¿Hay alguna clave para que la conversación fluya y sea lo más enriquecedora posible?

La Revista Misión publica las claves de Fernando Alberca, neuropsicólogo y autor entre otros libros de Guía para ser buenos padres (Toromítico, 2006), para conseguir que los hijos escuchen y los padres no desfallezcan en el intento:

1-Hablar mucho con tus hijos:

Es fundamental que nuestras conversaciones no se limiten a esas órdenes o recomendaciones que queremos transmitirles. Debemos encontrar tiempo, quitándoselo a otras cosas importantes si es preciso, para conversar con ellos.

Y que no sea siempre sobre temas vitales, hay que hablar también de cosas triviales, de la actualidad, de la vida, que no cuesten ni conlleven riesgo a discutir. Quien habla a menudo de cosas aparentemente superficiales, encuentra modo y tiempo para decir lo importante.

2-Escucharles cuando ellos quieren hablar:

No podemos pretender que ellos nos escuchen si siempre que acuden a nosotros, por nimia que sea su ocurrencia, les damos de lado y no escuchamos lo que nos quieren decir. Como siempre en educación, el ejemplo es fundamental. Alberca señala que "debemos callar durante el 50 % del diálogo con ellos".

3-Responder siempre a sus preguntas:

Lo que sepamos y lo que no sepamos. Si es el caso, podemos buscar con ellos la respuesta que desconocemos o emplazarles a otro momento con la promesa de informarnos debidamente sobre el tema.

4-No enjuiciarles por lo que dicen:

Debemos intentar comprender por qué dicen lo que dicen o han hecho lo que han hecho. La mejor manera es poniéndonos en su lugar.

5-Preguntar sus opiniones:

Aunque muchas no sean experimentadas, es importante que sepan que los tenemos en cuenta. Eso les hará sentir que son interlocutores válidos para sus padres.

6-Atender a todo lo que están expresando:

Primero atiende a sus sensaciones (lo que sienten sus sentidos, como las miradas críticas de los demás, por ejemplo), luego presta atención a sus emociones (las reacciones a esas emociones como deseo de vergüenza, por ejemplo) y, sólo en tercer lugar, escucha las ideas que intenta transmitir.

7-Demostrar agrado por su forma de contar las cosas:

Deben saber que estamos orgullosos de que sean capaces de hablar con nosotros y que los tomamos en serio, digan lo que digan.

8-Hablar de todo, sin preocupación y en serio:

No debemos evitar temas o utilizar eufemismos ni tabúes. Además, debemos huir de las ironías y escucharlos como si lo que nos dicen siempre fuera importante. Los niños deben sentir que pueden hablar cualquier cosa con sus padres sin tabúes y de tú a tú.

9-Callar cuando hablen y dejarles terminar las frases:

Aunque muchas veces sabemos mejor que ellos lo que nos van a decir o sabemos cómo van a terminar una frase, no debemos adelantarnos ni corregirles constantemente. De hecho, Alberca recomienda no corregirles más de dos veces cuando están hablando.

10-Atender plenamente:

Cuando un hijo habla, siempre que podamos debemos sentarnos a su lado, en silencio, prestando atención y mirándoles la mayor parte del tiempo a los ojos, sin distracciones. Si no es posible en ese momento, se les emplaza a otro momento o lugar para seguir la conversación.

11-Hablarles como si tuvieran dos años más:

Esto estimula su inteligencia, su autoestima, su madurez y su responsabilidad, además de que nos permite acertar con más probabilidad con la edad real, porque a menudo a los hijos se les considera menores de lo que realmente son.>

G. de A., ReL

Vea también    Gravissimum educationis - sobre la
educación cristiana


















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