Método de trabajo y fases
Aunque el Sínodo es una institución de carácter permanente, sus funciones y su concreta colaboración no tienen tal carácter. El Sínodo de los Obispos se reúne y actúa solo cuando el Santo Padre considera necesario y oportuno consultar al episcopado, el cual durante un encuentro sinodal expresa su opinión “sobre argumentos de gran importancia y gravedad” (Pablo VI, Discurso a los Cardenales, 24 de junio de 1967).

Trabajo del Sínodo
El trabajo del Sínodo se lleva a cabo en sesiones a las que asisten todos los Padres sinodales en el Aula del Sínodo, llamadas Congregaciones generales, que dan comienzo con una relación ante disceptationem preparada por el Relator General del Sínodo. En resumen, el Sínodo de los Obispos se divide en tres fases.
Presentación
Durante la primera fase cada miembro presenta a los demás la situación de su Iglesia particular. Este rico intercambio de experiencias de fe y cultura sobre el tema del sínodo contribuye a ofrecer una primera imagen de la situación de la Iglesia que, no obstante, debe ser profundizada y perfeccionada.
Círculos Menores

Los informes de cada grupo se leen en Asamblea Plenaria. En esta ocasión, los Padres sinodales pueden pedir aclaraciones sobre los temas presentados y hacer sus comentarios.
Votación
En una tercera fase, los Círculos se dedican a hacer sugerencias y observaciones en forma precisa y definida de tal manera que en los últimos días la asamblea pueda proceder al voto de proposiciones concretas. El trabajo inicial de los Padres sinodales, reunidos en los círculos, se encamina hacia la formulación de diferentes proposiciones sobre la base de la discusión en el aula del Sínodo y en la Relaciones de los Círculos Menores. En los Círculos Menores, los Padres sinodales pueden votar una proposición con el “Placet” (apruebo) o “non-placet” (no apruebo).
Enmiendas

El Relator General y el Secretario Especial dan su opinión sobre estas enmiendas colectivas y deciden si deben ser incorporadas o no en la lista final de proposiciones y, en caso de rechazo, deben explicar la motivación en un documento llamado: Examen de las enmiendas.
La lista final de las proposiciones se presenta después en sesión plenaria y se somete al voto de cada padre sinodal, que puede decidir a favor o en contra de la proposición.
Al final de una Asamblea General del Sínodo, el Secretario General archiva todo el material en la Secretaría General y elabora el informe final del trabajo para presentarlo al Santo Padre.
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