viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Qué hacer cuando agreden tu fe en redes sociales?

Algunas preguntas y consejos al respecto
¿Qué hacer cuando agreden tus creencias en redes sociales?

Esteban Pittaro, aleteia
En torno a distintos tipos de historias que involucran a la Iglesia, en portales católicos, cristianos en general o generalistas, suelen generarse comentarios de usuarios que van desde la simple provocación de quienes cuestionan la espiritualidad cristiana, a acaloradas discusiones. Algunas preguntas y consejos al respecto.

¿Pueden entenderse las redes como un atrio para la discusión respetuosa sobre la fe?

Como punto de encuentro entre quienes comparten la fe en Cristo y quienes no, ciertamente el mundo de internet es un lugar privilegiado. No hay duda.

Pero también los estadios que acogen eventos deportivos pueden servir para dar razón de tus creencias. O los medios de comunicación tradicionales. O la mesa familiar con el primo segundo que hace años no veías.

Todo depende de la disposición de los actores y la coyuntura. Pero así como en la mesa familiar y en el estadio de fútbol la prudencia es la que ordena cuándo proponer el diálogo y cuándo involucrarse en él, lo mismo debe ocurrir en las redes.

Un usuario que no conozco agrede los fundamentos de mi fe. ¿Qué hago?
Todos tenemos derecho a sentirnos agraviados y lastimados. Y contamos con la libertad de responder a quien queramos cuando queramos. Nadie, a menos que por obediencia en su vida de fe deba consultar con sus superiores si los tuviese, da ni quita la posibilidad de emprender un diálogo con el agresivo.

Sin embargo, la imposibilidad de la agresión física no anula la posibilidad de agresión verbal. Sepamos que si hay usuarios que no conoces dispuestos a insultar a tu religión, probablemente estén dispuestos a insultar a quienes la profesan.

Y sepamos que así como en el diálogo personal cuando las pasiones dominan a la razón se pueden decir o hacer cosas imprudentes, también ante un teclado y una pantalla se pueden cometer errores. Ante todo, piensa. Nadie te obliga a una respuesta inmediata.

Si un conocido cuestiona mi fe, e incluso le falta el respeto. ¿Qué hago?
Si conoces al otro, es familiar o amigo, y crees que está equivocado y lo quieres y amas y te preocupas por su vida de fe, ante todo puedes rezar por él. Si quieres sumarte al diálogo, tienes que comprender el contexto en el cual se da. Quizá sea una buena opción la conversación privada, e incluso personal en otra circunstancia.

Más aún, si sabes que el otro puede arrepentirse, no hagas que el otro escriba en público cosas que después queden en la nube sin posibilidad de eliminarse.

¿Puedo convencer al otro con mis argumentos?
Ante todo, el que llama al corazón del hombre es Dios. Que los hombres son instrumentos, y a veces de manera misteriosa, no hay dudas.

Claro que se puede evangelizar y despertar inquietudes en las redes. Pero así como en las discusiones acaloradas entre personas el corazón se clausura a nuevas dimensiones, lo mismo sucede en redes sociales.

Es tan importante el argumento como el modo. Y el acompañamiento del gesto, el tono, la mirada, el tacto, la sonrisa, que nos acompañan y apoyan en nuestro diálogo personal, no lo tenemos en las redes. Con más razón, cuida al extremo la utilización de las palabras y los modos verbales.

La desinformación sobre mi fe se viraliza, ¿cómo hago para responderla?
Que todos los curas son pedófilos… Que la idolatría… Que la cita bíblica dice tal otra cosa… La desinformación, aun sin el agravio del insulto, nos duele. Y así como en el diálogo personal, a veces podemos sentirnos en condiciones de responder y estar en condiciones de responder. Y a veces ni sentirnos en condiciones ni estar en condiciones.

La desinformación en un comentario a un artículo en redes no tiene el valor que tiene la voz de un periodista de un medio masivo. Que puede ser fuente del periodista y que puede viralizarse, sin duda, pero ni todo se viraliza ni todo está legitimado.

Aun así, si sientes que debes responder, asegúrate de que tienes la información precisa para responder, y que haya actitud del otro lado para recibir la respuesta.

Si la discusión se prolonga, sepas que el Señor invitaba también, en algunos casos, a sacudir el polvo de las sandalias y buscar otros sitios…

Un creyente de buena voluntad desinforma, ¿qué hago?
Chiara Lubich decía que la Iglesia es como un gran jardín en el que se abren todas las flores de la compasión cristiana. A veces la flor que nosotros más conocemos y más queremos no es la única flor. La Iglesia es muy rica en expresiones culturales y espirituales legítimas, que muchas veces son desconocidas por los propios creyentes.

Sé respetuoso de las diferencias y ten la seguridad de que lo que el otro expresa sea un error antes de señalarlo.

Si estás seguro, por ejemplo, que tu hermano está compartiendo una información falsa, como varias de las versiones tergiversadas de comentarios de los Papas que circulan, amablemente indica con un vínculo preciso dónde se puede encontrar la verdadera información o contextualización.

¿Y si lo que señalan duele, lastima, pero es verdad, como cuestiones de abusos?
Nunca negar y exponer como falsa una afirmación que sea verdad, por más que duela. Es probable que esa misma afirmación al otro también le duela, y eso explique su enojo. Aun atendiendo a que la información puede estar descontextualizada, no negar lo verdadero.

Si se quiere responder y corresponde, mostrar esa otra faceta de la Iglesia peregrina, la floreciente, la bella, la que conmueve. Son esas dimensiones las que dan cuenta de tu fe, y explican por qué crees.
Si crees que puedes y debes responder e involucrarte en estas discusiones, aquí está el gran consejo:


Dimensionar la discusión y, humildemente, rezar pidiendo por la templanza y sabiduría para involucrarte de la mejor manera.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Los Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel Y Rafael

Celebramos hoy la fiesta de los Santos Arcángeles



Sus nombres significan "¿quién como Dios?", "fortaleza de Dios" y "medicina de Dios"

Si nuestro futuro está en lo cielos, ¿por qué no anticiparlo lo más posible? ¿Por qué no vivir en la tierra como si ya estuviéramos en el cielo? Si hemos de vivir para siempre en el cielo con nuestros hermanos, ¿por qué no entrenarnos ya ahora con verdadero amor?.
¿Por qué, durante nuestra jornada terrena, no buscamos más espacios para conversar con Jesús y con la Virgen María? ¿Por qué no cultivamos una amistad más íntima con nuestros santos predilectos? ¿Por qué no tenemos más familiaridad con los ángeles? Y esto, no para desentendernos de nuestros compromisos temporales, sino para ser más responsables.
Miguel significa "¿quién como Dios?". Fue su divisa de guerra contra Lucifer y los ángeles rebeldes cuando quisieron igualarse con el Creador. Miguel es el jefe de la milicia celestial, es el príncipe de la luz. Es el defensor de la justicia, por lo que se le representa con una balanza. Es el protector y defensor de la Iglesia. Es la fiesta más antigua en honor de los ángeles. Es patrono de radiólogos y de los policías.
Gabriel significa "fortaleza de Dios". Es el anunciador, el gran mensajero celestial. A Daniel le anunció la venida del Mesías. A Zacarías le anunció el nacimiento del precursor de Jesús, Juan el Bautista. Y seis meses después se presentó en Nazaret y trajo a María la noticia más grande y feliz de todos los siglos: el Amor eterno la había escogido para ser madre del Redentor. Es patrono de las comunicaciones y de los filatelistas. El embajador san Gabriel es también patrono de los embajadores.
Rafael significa "medicina de Dios". Curó a Tobit y acompañó a su hijo Tobías en el viaje que emprendió enviado por su padre. Curó también a Sara, la mujer de Tobías. Es el acompañante fiel y portador de salud. Es patrono de los novios y de los esposos. Le tienen también por patrono los caminantes, los marineros, los ciegos, los enfermos de peste, los farmacéuticos y los médicos.
Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org


Evangelio de la Fiesta 
 Lectio Divina Jn 1, 47-51
  • Lectio Divina

    👼🏻 Invocamos al Espíritu Santo
    Espíritu Santo llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén
    📕 Lectura, ¿Qué dice el texto?
    Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?"
    Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
    Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?
    📗 Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
    He tomado dos partes de este texto para meditar, en la primera es una clara expresión de PREJUICIO y MENOSPRECIO, a veces creemos que lo mejor y lo bueno debe venir de donde hay las mejores capacidades, abundancia, etc. pero tengamos en cuenta unos aspectos: El Hijo de Dios, nació en una familia pobre y humilde, estuvo en un pesebre, nunca tuvo una vida muy prominente en lo económico y cuando escogió a los apóstoles, eran personas que conocían muy poco de la Palabra de Dios o la "Torah". Tomando esto en mi vida personal, muchas veces he hecho prejuicios y cuando me ha tocado compartir o acercarme con quien tengo esta actitud, me doy cuenta que en muchas de las veces, debo pedir perdón por esta falta, ¿Soy de las personas que tiene PREJUICIOS Y MENOSPRECIA a cualquier persona o situación?, ¿Cuando he prejuiciado o menospreciado, pido perdón por mi falta?. Y el segundo párrafo, es un acto de "FE" muy similar al de Tomás "Por qué vio, creyó", todos sin lugar a duda hemos tomado esta actitud "Hasta no ver, no creer", ¿Soy como Tomás y Natanael?, ¿Cómo es mi actitud ante los planes de Dios para conmigo?, ¿La "Fe" la mido por lo que el Señor me complace o por lo que el me da?
    Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
    📘 Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
    Señor, cuanto he aprendido de la vida y lo que me falta por aprender, pero me doy cuenta que la HUMILDAD Y AMOR son la base de ella, no es necesario tener riquezas, o lo mejor de la cosas en la vida, sino saber disfrutar y gozar lo que tu nos das; es cierto que en muchas veces eso que tu me das no me complace, no satisface mis necesidades, pero después me doy cuenta que sólo tu sabes el porque, el que y el como; ahora solo espero que me des y me lleves por el camino de la "Fe", me des la fuerza desde el corazón, es decir a ciegas para creer en ti y no sólo por las cosas que veo que se cumplen; te pido también comprendas mi humanidad, me perdones por tantas faltas, que a veces ni cuenta me doy, te necesito mi Señor y nunca me abandones. Y hoy en día que celebramos a los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, pidamos que intercedan por nosotros para cumplir esto que hoy el Señor nos dice.
    Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?
    Cada uno pone sus intenciones.
    Amén.
    📙 Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
    "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía"
    (Repetimos)
    "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía"
    "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía"
    Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?
    🏃🏻⛪️ Acción, ¿A que me comprometo con Dios?
    1. Es bueno identificar nuestros PREJUICIOS y nuestras actitudes de MENOSPRECIO, con nuestro prójimo, con la gente, con los demás, en las situaciones.
    2. Con la FE, comprendamos que se basa en lo que el Señor nos da y no en lo que queremos que nos complazca, así pues a la luz de este texto, vayamos poco a poco cambiando estas actitudes y ser humildes de corazón.
    Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Por qué el cerebro humano necesita silencio?

Lo que las tradiciones contemplativas han sabido desde siempre, confirmado por la ciencia

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Daniel R. Esparza, aleteia
El silencio no es un lujo del que sólo puedan (o deban) disponer los anacoretas. La regeneración de las células cerebrales, sugieren estudios recientes, podría estar relacionada con el silencio.

Un estudio hecho en 2013 publicado en la revista especializada Cerebro, Estructura y Función reveló los efectos que distintos tipos de sonido causaban en los cerebros de los ratones en el laboratorio.

Cuando los ratones no estaban expuestos a esos sonidos, los científicos encontraron lo que no estaban buscando:durante el tiempo en el que los ratones descansaban de la exposición al ruido (dos horas diarias de silencio), los científicos descubrieron que los ratones desarrollaban nuevas células en el hipocampo, el área del cerebro asociada con la memoria, el aprendizaje y las emociones, sugiriendo que quizá sea por eso por lo que, instintivamente, buscamos lugares callados y tranquilos para estudiar.

Si bien es cierto que no necesariamente el desarrollo de nuevas células se traduce directamente en beneficios para la salud, en el caso de los ratones expuestos a este estudio, las nuevas células se desarrollaron hasta convertirse en nuevas neuronas.

Así, en sentido estricto, podríamos afirmar que el silencio hace que tu cerebro “crezca”.



martes, 27 de septiembre de 2016

UNA AMBULANCIA AL PIE DEL ABORTORIO




Ambulancia Vida es un proyecto de Derecho a Vivir para rescatar del aborto a los hijos y a sus madres, con un recurso que se ha revelado extraordinariamente eficaz para salvar vidas: la ecografía


Ambulancia Vida es un proyecto para salvar vidas. Cada día, en los centros abortistas de España, como Dator, 300 bebés son extirpados del seno materno.

Ambulancia Vida pretende rescatar en las mismas puertas de los abortorios a esas madres que están a punto de buscar la salida del aborto ante un embarazo no deseado y explicarles, por medio de una ecografía, la vida que late en su interior.

Porque una madre que escucha la verdad del latido del corazón de su hijo en su interior, difícilmente abortará. 

Con una vida humana que salvemos, este proyecto habrá merecido la pena.







Venezuela: Urosa rechaza “condiciones indebidas” del Revocatorio

El arzobispo invita los venezolanos a “defender pacífica pero firmemente sus derechos”

Venezuela: Urosa rechaza “condiciones indebidas” del Revocatorio


Ramón Antonio Pérez, aleteia
Los obispos venezolanos en diversas oportunidades hemos manifestado que, ante la gravísima crisis política del país, el referéndum es la solución menos traumática y más conveniente. Estoy convencido de que de no darse el referéndum la crisis se hará cada vez peor. Por eso es muy importante que se realice el referéndum”.

Así lo expresó el cardenal Jorge Urosa Savino, al ser consultado en torno a la decisión del Consejo Nacional Electoral, que el pasado 21 de septiembre estableció los días 26, 27 y 28 de octubre para la recolección del 20% de firmas de electores necesarias para convocar un referéndum revocatorio del mandato de Nicolás Maduro.

Celebro que el CNE haya por fin fijado las fechas para ese acto necesario para la convocatoria del referéndum”, expresó Urosa; no obstante, deploró “que lo haya hecho tan tardíamente, cuando debería haberlo hecho hace más de un mes”.

¿Qué opinión le merecen las condiciones fijadas para ese acto previo al referéndum?
Sin duda exigir carácter estatal al 20% de las firmas es nulo de nulidad absoluta, porque va en contra del artículo 72 de la Constitución. Es totalmente injusto e ilegal; es absurdo y además inconstitucional.

El presidente Maduro fue electo en circunscripción nacional. También, para el referéndum del año 2004 el 20% requerido fue de circunscripción nacional. ¿Por qué ahora ese cambio absurdo y antidemocrático?”.

Otra cosa: postergar el posible referéndum al año 2017 es totalmente negativo, por injustificable.

Técnicamente hay tiempo de sobra para que en noviembre o a principios de diciembre se realice esa consulta electoral legítima y exigida por la mayoría del pueblo venezolano.

Me parece, pues, algo contrario a los intereses del país, que desea la solución de la grave crisis política que estamos viviendo.

La crisis alimentaria y de salud se agrava cada día, pues no hay producción. La gente está angustiada y muy  molesta.

El CNE está jugando con fuego. Cualquier cosa podría provocar un conflicto gravísimo entre los venezolanos. Tiene pues sobre sus hombros el CNE una gravísima responsabilidad.

¿Qué le diría usted a las Rectoras del CNE?
Las invito muy respetuosamente a corregir esas decisiones. 20% en circunscripción nacional, y referéndum este año.

Pero además: que no maltraten al pueblo venezolano poniendo centros de recolección de firmas con pocas máquinas, en lugares apartados, de difícil acceso, o de inseguridad y peligrosidad política.

¿Y al pueblo venezolano?
Invito a todos los venezolanos a mantener la calma y evitar la violencia, y a defender pacífica pero firmemente sus derechos.
Y un llamado desde ya a la Fuerza Armada Nacional para que garantice la seguridad durante los días de recolección de firmas, para que no haya violencia en contra de los firmantes.

¿Algún mensaje final?
Sí. Invito a todos los venezolanos a pedir a Dios que podamos resolver nuestros conflictos de manera pacífica, sin violencia.

A los líderes políticos de ambas partes los invito a buscar el bien común, el bien del pueblo, y no los intereses personales de cada uno. Dios bendiga a Venezuela. Y que todos trabajemos por la paz.

Hasta este 26 de septiembre, la Mesa de la Unidad Democrática –MUD-, no había fijado posición sobre la decisión del CNE, lo cual hizo una vez consultadas varias personalidades y organizaciones, entre estos el arzobispo de Caracas, dando a conocer el comunicado “El pueblo obligará al régimen a acatar la Constitución”
.
La MUD insiste que el referendo revocatorio se hará este año. No hay razones técnicas ni jurídicas para que no sea así.
El objetivo y foco estará en levantar el 26, 27 y 28 de octubre los millones de manifestaciones de voluntad que Venezuela necesita para superar ampliamente el requisito establecido” para activar el revocatorio.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Un ex protestante cuenta sus dificultades para acoger a María, rezar el Rosario y cómo las superó


Un ex protestante cuenta sus dificultades para acoger a María, rezar el Rosario y cómo las superó



Para alguien que viene del protestantismo, la centralidad de la devoción mariana que implica el rezo del rosario puede ser una dificultad. Es el caso de David Michael Phelps, casado, padre de cuatro hijos, profesor de literatura, productor de documentales y escritor.

Un ex protestante cuenta sus dificultades para acoger a María, rezar el Rosario y cómo las superó

Pero además se encontró con un obstáculo muy común a católicos de cuna. Recientemente explicó en Crisis Magazine cómo superó estos impedimentos:

En estos diecisiete años desde que fui acogido en la Iglesia mi relación con el rosario ha tenido bastantes altibajos. Todo empezó con mis dificultades con María.
 
Decidí convertirme al catolicismo antes de sentirme plenamente cómodo con la "cuestión de María". (Este es el término educado que la versión protestante de mí mismo empleó después de reducir mi actitud desde un "fuertemente sospechosa" a la más manejable "incómodamente tolerante"). Como evangélico protestante, sólo veía a María en el periodo navideño, e incluso en esta ocasión no la consideraba como algo especial. Ella era algo así como la prima tímida y distante que aparece sólo en la comida de Navidad y que se sienta en silencio en una esquina de la mesa de los niños. Tal vez la reconoces, pero no recuerdas si has hablado alguna vez con ella.

En algunos ambientes protestantes, explica David, la Virgen María
solo aparece al llegar la Navidad, y en un lugar secundario.

Cuando me convencí de la verdad de la fe católica y de la función protectora de la Iglesia, estaba deseando admitir que mi incomodidad con la "cuestión de María" no era motivo para mantenerme alejado de la Eucaristía. Esto se resolverá solo, me decía a mí mismo. Y prácticamente ha sido así.
 
La dificultad y las frustraciones del rosario
A pesar de que la dificultad inicial hacia María se transformó, en los años siguientes, en afecto y, posteriormente, en amor, no conseguía cogerle el tranquillo al rosario.

Intelectualmente entendía los beneficios de su método y perspectiva. Comprendía que muchos santos lo ofrecieran como una manera preeminente de oración cristiana, de crecimiento, de florecimiento espiritual y de conciliación. Comprendía su carácter físico, es más, apreciaba mucho este aspecto.

Pero a pesar de todo esto, seguía siendo algo que no acababa de comprender. ¿Cómo podía dirigirme a una persona, hacer una serie de invocaciones, mientras meditaba acerca de los eventos de la vida de otra persona, sin confundirlas y no prestar atención a ambas? Sentía como si mi espiritualidad me obligase a estar repicando y a la vez en la procesión. Mi atención estaba siempre dividida y, por consiguiente, dispersa. Me encontraba siempre distraído. Al final optaba por dejar el rosario. De usarlo tan poco, el rosario que llevaba en el bolsillo acabó teniendo la forma de un nudo enmarañado. Una imagen perfecta de mi vida de oración.
 
A muchos católicos de cuna les puede resultar difícil comprender por qué la espiritualidad mariana es tan incómoda para los conversos del protestantismo. Pero en la vieja escuela del fundamentalismo, la invocación de los santos y el honor especial otorgado a María eran cosas que pertenecían a los cuentos del hombre del saco. Se nos decía con toda claridad que estos engaños papistas eran errores de los que los católicos se arrepentirían en el infierno durante toda la eternidad. Considerando el ambiente cultural en el que crecí, incluso cuando estas actitudes difamatorias no se explicitaban, es fácil entender por qué, a pesar de que la mente rechace estos disparates, el corazón recuerda sus miedos de juventud.
 
Estos fueron los obstáculos que durante más de quince años hicieron que el rosario fuera para mí una práctica más incumplida que observada. Pero recientemente he tenido tres revelaciones -embarazosas de lo simples que han sido- que me han ayudado, por fin, a entender un poco el fundamento. Y no tienen que ver en absoluto con María, o con el rosario, ni tan siquiera con la oración general. Empiezan con Cristo.
 
El camino que Cristo ha pisado
Como muchos conversos, inicialmente llegué a la fe católica a través del estudio. Me gusta leer, estudiar, escribir y hablar sobre el Evangelio… todas ellas actividades mucho más fáciles que vivirlo. A fin de cuentas, ser crítico es mucho más cómodo que estar en el escenario. Prefiero no arriesgarme en primera persona. Es mucho más fácil escribir palabras acerca de la vida cristiana que encarnar la Palabra.
 
Pero la vida cristiana no es una vida de palabras incorpóreas, sino de encarnación. La vida cristiana es el Camino (tomo prestado el término de Jesús y de sus primeros discípulos) y, por lo tanto, las prácticas de espiritualidad no son pequeñas islas de actividad que salpican el resto de nuestras actividades diarias, formando (es lo que esperamos) algún tipo de perceptible archipiélago de santidad. Se nos pide que recemos siempre, lo que significa que la vida espiritual es una infusión, una saturación. La ortodoxia es inseparable de la ortopraxis.
 
Cuando Cristo llamó a sus discípulos no les anunció un plan de salvación y de pureza doctrinal en doce pasos. No, Él dijo: "Venid y veréis" y "Seguidme". Para recalcar lo que quiero decir, un modo de decirlo ahora sería: "Eh, tú, ven aquí. Quiero mostrarte algo".

Orar no es sólo hablar: es también imitar al Maestro.

Cuando un rabino se hacía cargo de sus estudiantes, no esperaba que ellos llegaran y simplemente escucharan lo que les tenía que decir. Se esperaba de ellos que observaran cómo vivía y que empezaran a vivir así, que comieran lo que él comía, que se lavaran las manos como hacía él. El objetivo de  "seguirle" era seguirle mimando todo lo que hacía. El objetivo no era únicamente transferir la información de su cabeza a la de ellos. Y esto era aún más verdad en los que seguían al Verbo Encarnado.
 
Este principio es verdaderamente importante cuando lo aplicamos a nuestra oración. En su pequeño y magnífico libro El RosarioHans Urs von Balthasar escribe que "la oración cristiana puede llegar a Dios sólo siguiendo el camino que Dios mismo pisó; en caso contrario, precipita fuera del mundo y cae en el vacío, presa de la tentación de considerar este vacío como Dios o de considerar a Dios la nada en sí misma.… El camino entre Dios y nosotros ha sido pisado en ambas direcciones. 'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida'".
 
Tras leer esto me di cuenta, por primera vez, de que mi oración personal no era una cuestión de iniciativa personal. Era algo totalmente distinto.
 
La oración es un servicio de obediencia
La oración es, de hecho, un servicio de obediencia. El padre Jacques Philippe, en su conmovedor libro Tiempo para Dios, nos dice que nunca es buena idea utilizar nuestro deseo personal de rezar como una motivación para rezar (y, por consiguiente, aceptar la reticencia a rezar como una razón para no hacerlo). "Hay otro motivo para ir al encuentro de Dios en una oración mental que es igualmente significativa y mucho más profunda y constante: Él nos invita a hacerlo". Lo que debe ser nuestra guía, dice este padre, es "la fe y no… nuestro estado de ánimo subjetivo". Rezamos por obediencia.
 
La obediencia tiene una mala connotación para la mente liberada, como es la sensibilidad protestante (consideren el significado del término protestante). Ser obediente es, de alguna manera, tirar por la borda la libertad y la sinceridad. La obediencia es vista como una situación de poder dentro de las relaciones. Obedecer puede ser mejor que sacrificarse, pero ambos tienen que ser sin esfuerzo y libremente, ¿no?
 
En la vida cotidiana la obediencia es también una muestra de confianza.

En la oración no es distinto: el mérito procede del amor.


Para la mentalidad católica, la obediencia no es una cuestión de poder o de comodidad, sino de confianza. La obediencia es la manera de vivir la confianza. Obedeces a la persona en quien confías. Desobedeces a alguien cuando quieres confiar más en ti mismo que en la persona que te pide docilidad. Puede haber ocasiones en que hacer esto sea prudente, pero no cuando se trata del Hijo de Dios.
 
Esto hizo que me planteara de nuevo la cuestión de la oración. Si la oración es una cuestión de obediencia, entonces es un modo de seguir a Cristo en su Camino… quizá la primera forma de hacerlo. Por lo tanto, no rezar es declarar que confío más en mí mismo que en Cristo, el Camino. Es caminar por un camino que yo he trazado.
 
Pero incluso si decidía obedecer, confiar, aún tenía desafíos a los que enfrentarme.
 
Ella, la que muestra el Camino
Cuando rezamos estamos, obediente y confiadamente, viviendo con Jesús, siguiéndole, mirando lo que Él hace para hacer nosotros lo mismo. Pero al dirigir nuestra mirada a esta labor nos damos cuenta inmediatamente de que no vemos muy bien. Consideremos, como prueba de ello, todos los "modos" contradictorios con los que los cristianos han intentado vivir una vida cristiana… las diversas sectas, cismas, heterodoxias, heteropraxis y herejías. La complementariedad es una cosa, pero la contradicción es otra y si los cristianos viven de manera contradictoria es razonable concluir que algunas personas ven más claramente que otras.
 
Y aquí llegó una revelación clave para mi vida de oración, un modo de comprender a María que hizo huir a mi fantasma protestante: María es la lente correctora. A través de sus ojos podemos ver a Jesús mejor porque ella no tiene las cataratas del pecado. Ella posee la mejor vista del drama del Evangelio y posee la visión más clara del mismo. A través de esta lente Dios enfoca su luz. Por este motivo el lugar de María es difícil de ver y por eso a menudo es un lugar escondido: para servir como lente Ella debe ser translúcida. Así lo expresó Hopkins: "A través de Ella le podemos ver a Él / de manera más dulce, no más tenue /y la mano de ella abandona su luz / tamizada para adecuarse a nuestra vista".
 
Al comprender a María de este modo fue más fácil para mí comprender el rosario. Como servicio de obediencia desde la posición ventajosa de María, el rosario, como expresa Von Balthasar, nos ofrece la oportunidad de rezar dentro de la unión que María comparte con Cristo. Si "la oración cristiana puede llegar a Dios sólo siguiendo el camino que Dios mismo pisó, ¿cómo nos ha alcanzado este Camino?", pregunta Von Balthasar, "¿cómo ha penetrado la 'Luz' dentro de nosotros? ¿Cómo ha vivido la 'Palabra' entre nosotros? … Alguien tuvo que recibir la Palabra de una manera tan incondicional para asegurar que tuviera un lugar en un ser humano y, así, poder convertirse en hombre, el Hijo de una Madre".
 
El Camino de Cristo, esta Palabra Encarnada, llega desde el Padre a través de su Madre y mientras Cristo vuelve al Padre, nosotros quedamos atrapados en la estela del movimiento de su amor. María vive y reza en el silencioso centro de este amplio movimiento y el rosario nos permite compartir su posición ventajosa, entrando en el Camino de Cristo junto a ella, que lo comparte íntimamente. Esta posición ventajosa es, al fin y al cabo, una posición de participación, no un mero punto de observación. María observa el drama desde el escenario. Al ver la Luz, ella brilla con la Luz. Tomando prestada una frase del dramaturgo Eugene O’Neill, viendo el secreto ella se convierte en secreto.
 
Esta realidad adopta una forma conmovedora en el motivo iconográfico llamadoOdighitria, la que muestra el Camino.

El icono Odighitria u Hodegetria, en pintura de Berlinghiero Berlinghieri.

En este icono, Nuestra Señora tiene en brazos al Niño Jesús, al que señala. Este es el Camino, está diciendo. Él es vuestro fin, vuestro significado, vuestra alegría.  A través de su mirada, en este icono y en el rosario, no sólo vemos, sino que también vivimos el misterioso Camino de Cristo de una manera más perfecta. También nosotros, viendo el secreto, nos convertimos en secreto.
 
Por lo tanto, no hay que tener miedo al rosario, no es algo añadido que debe ser incómodamente tolerado. Es un paso del Camino, un movimiento musical, la gramática en el discurso de la gracia. Es una puerta abierta a las profundidades del Sagrado Corazón que canturrea con los ecos de los misterios que hay detrás. Ojalá seamos capaces, sobre todo los conversos, de aprender a abrir esa puerta con algo más de prontitud.
 
Publicado en Cari Filii.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares) para Cari Filii.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Niña muere de hambre en Venezuela, uno de los países más ricos del mundo

Stephanie, dos engaños y una omisión

Niña muere de hambre en Venezuela, uno de los países más ricos del mundo

Hace unos días enterramos a Stephanie. Tenía año y medio. Es la niña que aparece sentada en la foto junto a uno de sus hermanos. Murió por hambre en uno de los países con más recursos naturales del mundo. El dolor de la familia y de la comunidad se ahondó porque la burocracia estatal obligó a que su cuerpecito estuviese cinco días descomponiéndose en la barraca en la que vivía junto a su mamá y los otros niños que se ven en la imagen.

La falsa conciencia burguesa no se sentirá interpelada por este asesinato, diluyendo su responsabilidad en la inconsciencia de los progenitores de Stephanie por haber tenido demasiados hijos. Sin embargo, en la muerte de Stephanie todos, especialmente los cristianos del bien-estar, tendremos que dar cuentas ante el Señor Juez de la historia. Mientras transportábamos el féretro blanco de Stephanie al cementerio en un automóvil prestado, no podía dejar de pensar en que sus famélicos restos nos evidenciaban dos mentiras asesinas y una gravísima omisión.

El primer engaño es el cometido por la narcodictadura chavista que ha frustrado las esperanzas de tantos empobrecidos venezolanos, manipulando su rabia por tantas injusticias padecidas para atornillar en el poder a grupos delictivos que están saqueando Venezuela en proporciones nunca vistas.

El segundo engaño es el del sistema capitalista, que domina el mundo desde hace más de un siglo y que solo se ha interesado por esta patria hermosa para saquearla, apoyándose en la oligarquía criolla, generando índices de desigualdad y explotación asombrosos.

Es el mismo imperialismo internacional que ahora se quiere presentar como solución con los espejismos de siempre: «Inversión extranjera, acceso al crédito, competitividad…», pero que solo significan barra libre para comprar lo poco que queda de Venezuela a precio de gallina flaca. Pero a Stephanie también la mató una omisión. La de los católicos. Los de aquí y los de allá, que apenas hemos cultivado la caridad política, a pesar de que el Magisterio no se cansa de exigirla.

Es evidente que mayoritariamente nos hemos dejado permear por un espiritualismo escapista neoprotestante. Preferimos una fe acomodaticia y tranquilizadora antes que la militante, la que se trasluce en las bienaventuranzas. El resultado está ahí: miles, cientos de miles de Stephanies sacrificadas cada día. 

Ten misericordia, Señor. Perdóname, Stephanie.

Carlos Ruiz
Misionero en Venezuela.
Movimiento Cultural Cristiano
Artículo originalmente publicado porAlfa y Omega

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Yo, católico practicante, fui infiel a mi pareja, ¿cómo pudo pasarme?

La infidelidad, una pendiente resbaladiza por la que cualquiera puede caer si no pone los medios para evitarlo
Yo, católico practicante, fui infiel a mi pareja, ¿cómo pudo pasarme?


Soy abogado, mi antigua secretaria renunció y, en vez de prudentemente contratar a una persona de criterios correctamente formados y comprobada eficiencia (a quien ya había entrevistado), me decidí por una escultural joven de cabello rubio y graciosos hoyuelos en las mejillas.

Lo hice según yo, para crear un ambiente más juvenil en mi despacho y de paso alegrarme el ojo con su presencia, que ya era una forma de ser infiel, y lo sabía.

La verdad es que honestamente pensé que la cosa no pasaría de ahí, me sentía inmune a cometer un error mayúsculo, como quien puede meter la mano en el fuego sin quemarse.

Mi nueva contratación resultó muy eficiente, tanto que tomó rápidamente el control de mi oficina… también el de mi vida; haciéndome pensar lo contrario, terminé subyugado por sus encantos.

Fue así como comencé con la infidelidad en mi matrimonio, tratando de convencerme de que solo sería una experiencia pasajera que habría de terminar sin dejar rastro, terminaríamos como y cuando ambos lo decidiéramos.

Con una buena formación moral, espiritual, y vida de sacramentos, era lo que menos se podía esperar de mí. Así que cuando la conciencia me molestaba fuertemente, me proporcionaba yo mismo pinchazos de anestesia, para insensibilizarla.

Cada pinchazo me introducía ideas como:
  • Una cana al aire cualquiera, solo es “un detalle”.
  • Mi esposa nunca se enterará: corazón que no ve, corazón que no siente.
  • Mi “aventura” sabe que soy casado, no estoy engañando a nadie, ella está actuando libremente, es adulta, muy discreta y se cuidará de un embarazo.
  • Es tan atractiva, tan angelical, irresistible.
  • La vida es para vivirla, ahora que estoy aún joven.
  • En todo caso, sé que estoy viviendo en pecado, pero igual, será pasajero.
Enfermo de pasión, me hacía un auto lavado de cerebro a base de estupideces, tratando de hacer laxa mi conciencia.
Me convertí en un granuja, que en “su conquista”, actuaba para que pareciera que lo más natural en mí era ser tierno, amable, comprensivo; lo que, según yo, aumentaba mi atractivo. Con mi esposa, me esmeraba más que nunca en aparecer con un porte exterior que hablara de la paz y el orden de espíritu de un buen cristiano. Ella creía en mí.

Fui actor en un triste papel a costa de una verdadera identidad, de mí ser personal. Al hacerlo, di al traste con mis virtudes, alegría de vivir,  mi autoestima, afectando el desarrollo de mis talentos y con ello mi eficiencia profesional.
Obsesionado, me fui alejando de amigos de vida recta, de grupos de cristiandad, de los sanos compromisos sociales, ni que decir de la vida de sacramentos, porque entre no corregir mi vida y atender a mi conciencia, seguía eligiendo la anestesia.

Finalmente, mis cálculos acerca de una experiencia pasajera sin mayores riesgos, resultaron erróneos, pues a medida de que pasaba el tiempo, mi amante comenzó a adquirir poder y control sobre mi vida.

Resultó que ella también había actuado con su propio papel de seductora, el cual dejó a un lado para mostrar su lado exigente, intolerante, egoísta… ¡Qué esperaba yo!

Así, al tiempo que vivía afanándome en ocultar ciertos gastos, cuidar señales en mi ropa, borrar llamadas del celular, whatsapp, correos; vivía también con temor al enojo suyo, una reacción por la que hiciera algo que me delatara. Callaba impotente ante sus desplantes en los que me llegó a injuriar. Había abierto las puertas a una doble vida de esquizofrenia; de conquistador, pasé a ser esclavo servil y temeroso.

El destino me alcanzó cuando ella se encargó de que mi esposa lo supiera. Tristemente, eso me permitió, ya sin nada que ocultar, terminar con la ilícita relación.

Mi esposa no me pidió la separación, y guardando silencio me ha hecho sentir una dolorosa soledad. Concluyendo me dijo que si las cosas no me hubieran salido mal, yo aún seguiría engañándola. Tuvo razón, no fui yo quien corrigió voluntariamente, lo hice a reacción y obligado por las circunstancias, cobardemente. Esta verdad acabó de rematar mi autoestima.

Así las cosas, libre de una pasión, sin anestesia en la conciencia y sin esperar perdón de nadie, empecé a dudar de mí mismo como persona. Una duda tal, que pensé en alejarme dejándolo todo, y huir sin saber a dónde. Quería buscar la paz en algún lugar fuera de mí, en vez de en mi interior.

Desesperado, estaba reaccionando a lo Judas, sólo me faltaba colgarme.

Luego, me acordé de Pedro, de sus traiciones, de la mirada de Jesús sobre él, con la que se sintió absuelto, de su vuelta a la vida. De cómo dio la cara por sus hermanos después de llorar a moco tendido, como los hombres.

En mi mente empezó a tomar cuerpo la idea de que mi alma necesitaba una “extracción de muela”;  que debía de ir a confesión. Pensé primero ahorrarme la humillación haciéndolo en el anonimato de cualquier confesionario, pero decidí ir con aquel sacerdote que tan buen concepto ha tenido de mí, y soltar el “sapo gordo”.  Así lo hice.

Luego lloré a lo Pedro y también decidí dar la cara por mi error. Mi esposa me ha vuelto a contestar con un silencio que ha de ser mi expiación, pero sé que tengo la oportunidad de ahogar con bien todo el mal que pude haberle hecho y conservar la esperanza de su perdón.

A la relación extramarital se llega por un camino empedrado de infidelidades de diferente índole, lamentablemente son errores a los que se les da tono de naturalidad por quienes presumen de “amplio criterio”.
Algunos ejemplos:
  • Compartir confidencias con alguien del sexo opuesto.
  • Convivir a solas, aunque sea en lugar público, con alguien del sexo opuesto.
  • Trabajar junto a alguien por quien se siente atracción.
  • Mirar con deseo lo corporal.
  • Miradas impropias, a los ojos.
  • Ver pornografía.
  • Lecturas obscenas.
  • Asistir a espectáculos inmorales.
  • Coquetear con amistades o desconocidos.
  • Viajar “por negocios” con la sola en compañía del (la) asistente.
  • Amistades del sexo opuesto, no compartidas con el cónyuge.
  • Vestir sin recato para llamar la atención.
La fidelidad es una conquista del auténtico amor, un amor pleno y total.

Por Orfa Astorga de Lira, Máster en matrimonio y familia, Universidad de Navarra.