¿Se imaginan un viaje a través de la Pasión y Muerte de Jesús, desde la perspectiva de las mujeres que lo acompañaron en esos momentos tan decisivos? Es lo que se ha propuesto la joven Carlota Valenzuela en su libro El Vía Crucis de las Mujeres (Albada Editorial). Una bella obra que se publicó el pasado dos de mayo y que ya se puede conseguir en las librerías.
Este vía crucis, con prólogo de Marta Rodriguez Díaz (del Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum), cuenta la experiencia personal de Carlota Valenzuela, quién dejó atrás su vida profesional para peregrinar a pie de Finisterre a Jerusalén. Al llegar a Tierra Santa, Carlota no puede evitar ponerse en la piel de la Santas Mujeres, aquellas que acompañaron a Jesús durante su pasión.
Orar con el corazón de las mujeres
Cuando todos huyeron, fueron ellas quienes permanecieron. María, su madre; sus amigas de Galilea: María la Magdalena, Salomé… y aquellas mujeres que se unen en Jerusalén en las horas más duras de Jesús. A través de su escritura, la autora nos sumerge en la importancia del papel de María y de las mujeres que la siguieron durante la Pasión de Cristo, destacando su fortaleza, esperanza y amor inquebrantables incluso en los momentos más oscuros.
El libro no solo ofrece una reflexión profunda sobre el significado espiritual de la Pasión de Cristo, sino que también aborda los desafíos contemporáneos que enfrenta la Iglesia. En un mundo marcado por la incertidumbre y el escándalo, El Vía Crucis de las Mujeres; nos invita a encontrar esperanza y orientación en el ejemplo de estas mujeres valientes y fieles.
Carlota Valenzuela comparte sus propias reflexiones sobre el impulso que la llevó a embarcarse en este proyecto, destacando la importancia de que la Iglesia ore con el corazón de las mujeres fuertes que aparecen en las páginas de su libro. Unas letras que van acompañadas de las ilustraciones de Bea Trigo (@triguete), que ayudan a comprender mucho mejor el camino de Jesús y la mujeres.
Carlota Valenzuela (Granada 1992) es graduada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Granada y MBA en Comercio Exterior por ICEX CECO. Tras un recorrido laboral en relaciones institucionales, banca y recursos humanos, salió del mundo corporativo para responder a una llamada y lanzarse a la aventura: peregrinar a pie de Finisterre a Jerusalén.
En 2022 recorrió a pie los más de 6.000 km que separan el "fin del mundo" del lugar "donde todo comenzó". Actualmente, Carlota contagia su entusiasmo por Cristo allá donde va a dar su testimonio. También se ha involucrado en proyectos audiovisuales como HallowApp o la serie Hagan Lío que busca documentar la belleza oculta de la Iglesia.
Carlota Valenzuela atiende a ReligiónEnLibertad para hablar de cómo se imaginó la Jerusalén de la Pasión, del papel de María y de las mujeres en la muerte y Resurrección de Jesús, y de temas como el de la sensibilidad femenina a la hora de abordar los Evangelios.
-¿Cómo nace la idea de escribir este libro?
-Al llegar a pie a Jerusalén, tras haber recorrido los más de 6.000 km que lo separan de Finisterre, no pude evitar ponerme en la piel de las mujeres que acompañaron a Jesús durante la Pasión, sus momentos más duros. Estar físicamente en el lugar desde el que María vio morir en la cruz a su hijo despertó en mí este vínculo con ella y con las Santas Mujeres, que, con el tiempo, acabó por convertirse en un libro.
-¿Cuál sería la idea principal de esta obra?
-Me fascina el hecho de poder vivir la Pasión desde el corazón femenino, desde la piel de una madre, desde la piel de una amiga y discípula, me encanta poder conversar con ellas como hago en el libro. Creo que tanto a hombres como a mujeres les va a nutrir mucho poder recorrer las calles de Jerusalén junto a estas mujeres fieles y valientes.
-¿Cómo te imaginabas la Jerusalén de la Pasión?
-Al caminar por los lugares donde se desarrolló la Pasión, me aturdió mucho el gentío, el ruido y el tránsito de gente. Pensé: así no puedo meditar la Pasión. ¡Ah,no! Así es como sucedió la Pasión. Nadie hizo silencio para que Jesús pudiera sufrir tranquilo. Los olores de los vendedores, el sonido de los rezos, el empedrado blanco de Jerusalén me introdujeron en el libro de forma natural.
-¿Cómo te ayudó escribir este libro en tu propio camino de fe?
-No sé si este libro ayudará a alguien, pero desde luego me ha ayudado a mí. Cada estación del Via Crucis fue rezada durante una semana hasta comenzar a escribirla. Si para algo ha servido este proyecto, es seguro para mi fe. Para entrar en intimidad con María y las mujeres y descubrirme a mí misma en ellas, bajo los pies de la cruz, con su sangre cayendo sobre mi rostro, para saber cuánto me ama.
-¿Cuánto supone la figura de María en este libro?
-María es el ejemplo y es el espejo, si miro mi vida sobre ese espejo, sé hacia donde debo ir y cómo. María fue valiente: no se apartó del cortejo y vio con sus propios ojos la mayor brutalidad hacia su propio hijo. María fue fiel: permaneció cuando todos huían. María amó, guió y acompañó, primero a las mujeres y a los discípulos, y ahora a toda la Iglesia.
-¿Crees importante esta sensibilidad femenina para acercarse al mensaje de Jesús?
-Es curioso esto de la sensibilidad femenina, porque representa el 50% del mundo y no está en los altares comentando el Evangelio. Pero sí en las casas, sí en las madres, en las abuelas que enseñan a los niños a rezar. La sensibilidad femenina es maternal y acogedora, y, a su vez, pasional y valiente. Está debajo de la cruz adorando y está en la puerta del sepulcro en el amanecer para recibir la mejor noticia del mundo.
-¿Qué enseñanzas se pueden extraer de las mujeres que acompañaron a Jesús?
-Las mujeres que le acomapañaron en la Pasión tienen muchísimo que enseñarnos a los cristianos, sobre todo el "mojarse". Ellas quedaron señaladas públicamente sin miedo, porque sabían que el aplauso del mundo no les interesaba, sabían dónde estaba la Gloria. Algo curioso es que ellas quedaban impuras si tocaban a Jesús y no podrían celebrar la Pascua al día siguiente, y yo me imagino: ¿crees que eso les pararía de querer embalsamarlo y cubrirlo para la sepultura? Como dice el Papa "no balconearon la vida, saltaron a la calle".
»Mirando a las Santas Mujeres me pregunto: ¿nos estamos perdiendo la sensibilidad femenina al meditar el Evangelio? ¿estamos escuchando a las Santas Mujeres que mantuvieron la esperanza cuando el mundo la había perdido? ¿Dónde están sus voces? ¿Dónde han estado todo este tiempo? Y la respuesta que recibo es: "Me has visto salir del sepulcro victorioso, ¿a qué esperas para contárselo al mundo"?
-¿Cuál de estas mujeres te ha sorprendido más?
-Mi descubrimiento al escribir ha sido Salomé, que el Evangelio sitúa en la Pasión. Ella era la madre de Santiago y Juan, dos de los discípulos más cercanos. He ahondado mucho en el libro en cómo ella pudo acompañar a María: de madre a madre. Me resulta muy curioso pensar que, de los discípulos, un hijo suyo sería el primero en morir, después de Jesús, (Santiago) y, el otro, el último (Juan).
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La presentación del libro en Pamplona será el viernes 10 de mayo a las 19h en la Librería Troa Universitaria (Avda. Sancho el Fuerte, 24). Contará con la presencia de Bea Trigo (@triguete), ilustradora del libro.
También se presentará en Madrid el viernes 24 de mayo junto con Anne Igartiburu, actriz y periodista; y en Granada el 20 de mayo.
Juan C., ReL
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