martes, 15 de enero de 2019

No Tengas Miedo. Emprende el camino. Ánimo. Jesús irá contigo. (Un testimonio bellísimo)


Fui a Misa por la tarde. Las Eucaristías son momentos especiales para mí. A veces cierro los ojos y trato de escuchar cada palabra porque les encuentro miles de significados. Llevo años asistiendo a misa y cada vez escucho algo nuevo que me conmueve el alma y me acerca a Dios.
Esta tarde me encontraba en el Santuario Nacional del Corazón de María, con mi esposa Vida. De pronto le pedí un lapicero y tomé la hoja dominical y la usé para anotar algunas ideas que me llegaban a raudales.
En la palma de mi mano escribí estas palabras para ti: “No temas.  Todo va a salir bien”.
No te conozco. No sé quién eres. Pero sí sé que Dios tiene una preferencia especial por ti.
De alguna forma que no comprendo Dios quiere consolarte, que sepas que está contigo.
Perdona si escribo estas cosas, pero es imperativo que lo sepas: “Dios te ama”.
Una vez me ocurrió que sentí igual, era como una inquietud, pero no le di sentido y lo olvidé. Al tiempo de nuevo e hice igual, lo dejé olvidado. La tercera vez me ocurrió una madrugada. Me desperté inquieto, no podía dormir y le escribí a una persona que conocía y vivía en otro país. Le dije que todo saldría bien, que no se preocupara por lo temporal, sino por su alma, que era preciosa a los ojos de Dios. Que hiciera una buena confesión sacramental, pidiera consejos al sacerdote y asistiera a misa.
Le sugerí también que leyera libros de espiritualidad como Historia de un Alma” de santa Teresita del Niño Jesús, o Imitación de Cristo de Tomás de Kempis. Nada hace tanto bien al alma como la lectura de buenos libros. Le envié la carta.
A los meses mi mamá viajó y se encontró con ella. Le pregunto:
¿Cómo sabía Claudio que pasaba un mal momento? Su carta me reconfortó en la prueba”.
¿La verdad? No lo sabía. No tenía idea. Sencillamente sentí “algo” en mi interior que me movía a escribirle. Y ahora me mueve a decirte: “No tengas miedo. Dios va contigo”.
¿Sabes?… cuando tengo una gran dificultad o atravieso un momento desagradable suelo ir al sagrario. Me quedo un buen rato con Jesús. Le cuento todo y le pido la gracia y fortaleza espiritual que requiero para continuar.  Te lo garantizo, Él siempre escucha, y siempre responde. Es el mejor de los amigos. Un gran amigo. No te va a dejar desamparado(a).
¡Ánimo! ¡No te rindas! ¡Dios te ama!
 Claudio de Castro, Aleteia



















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