Buscando enriquecer nuestro mundo emocional para enfrentar los momentos de vacío
El vacío emocional es una sensación que no se la puede llenar con compras o salidas, y que requiere de un trabajo interior. Es posible tener en cuenta algunas claves útiles para dar un paso que nos ayude hacer la diferencia en esos momentos.
Identifica pensamientos negativos
Así como todos los días revisamos el correo electrónico y enviamos a la papelera lo que no nos interesa, intentar crear el mismo hábito con los pensamientos es muy positivo. El revisarlos nos permite asegurar su calidad y así, las emociones que estos puedan despertar.
No sólo es importante identificar los pensamientos negativos, sino también aprender a incorporar algunas estrategias para no crearlos como por ejemplo no sacar conclusiones precipitadas hasta no tener más datos que nos permitan confirmarlas, o no maximizar lo negativo al extremo provocando un desborde emocional.
Otra de las trampas de la mente es generalizar los hechos, como cuando pensamos que si tuvimos una mala experiencia, volveremos a tenerla una y otra vez. Poder desactivar algunas de estas trampas puede ayudarnos a crear pensamientos más funcionales que nos permitan pararnos en la realidad y buscar soluciones reales.
Aprende a hacerte preguntas
Quizás lo más importante no es esa extraña e incómoda sensación que puede despertarte el vacío emocional, sino pensarlo como una especie de “alarma”. En lugar de hundirnos en el vacío, podemos en lo profundo aprender a hacernos preguntas para ser felices.
Solemos rehuir del silencio, nos preguntamos menos cosas y la sensación de funcionar en automático es mucho más alta dejando de interrogarnos acerca de nuestra felicidad o la de las personas que nos rodean. Al ser una decisión que se toma todos los días, la felicidad requiere el generar espacios de reflexión y hacerse preguntas.
Date un espacio para disfrutar
Es importante que en nuestro día tengamos una conexión con el disfrute de las cosas cotidianas, con la alegría o la risa que nos motivan y dan bienestar a nuestra salud emocional.
Crear una lista de cosas que tenemos que hacer identificando lo que es urgente y lo que es importante puede ser de gran ayuda. Ver qué cosas podríamos dejar de hacer o enfocarlas de otra manera para poder incluir aquellas que nos gustan y que, aunque sean importantes, posiblemente hayamos postergado.
Fortalece tu autoestima
La autoestima es como el sistema inmunitario de nuestra vida emocional. La falta de valoración de uno mismo hace que nuestras defensas emocionales bajen y dejemos de creer que existen o merecemos cosas buenas. Una buena autoestima nos ayuda a hacer frente los desafíos de cada día.
Para trabajar la autoestima, es clave aumentar las técnicas de autoconocimiento. No podemos querer algo que no conocemos. Profundizar en quiénes somos, nos permite determinar fortalezas y defectos que nos centran en enfocarnos en lo que aceptamos, lo que nos gustaría mantener y en cómo podemos mejorar desde el amor.
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