Acepta el desafío. ¡Quítate estos tres vicios y descubre cómo mejora tu día a día!
¿No sabes por qué tus buenas intenciones matinales se van al garete tan rápidamente? Aquí descubrirás tres maneras en que quizás estés saboteando tu propio día desde la misma línea de salida:
Vicio 1: Mirar los correos electrónicos y las redes sociales
Tu smartphone te ha facilitado adquirir este hábito poco saludable: en cuanto te despiertas, revisas la bandeja de entrada de tu email, tus mensajes de texto, los muros de Facebook y Twitter y las demás redes sociales que tengas. ¿El problema de este vicio? Sencillo: empiezas a conectarte con las vidas de los demás y con el trabajo ¡antes incluso de conectar contigo mismo! Permites que una oleada súbita de elementos externos den comienzo a tu día por ti, arrastrándote en una corriente desbocada, en vez de ser una persona que tiene el control, que empieza el día pacíficamente, con una oración de agradecimiento o una ofrenda matutina, sintiendo el sol y la brisa de la mañana (aunque sea a través de la ventana), saludando a tu familia con una sonrisa y un beso, desayunando sano… y luego, sí, preparándote para un día de trabajo productivo y edificante.
Vicio 2: Leer o ver malas noticias
Ya eres consciente del hecho de que los medios siempre dan una posición de honor a lo que sea que atraiga al público general. Por norma, eso implica apelar a emociones fuertes y a los instintos humanos más básicos, que son los más sencillos de hacer detonar, así que lo que más público recibe es, con más frecuencia, las noticias negativas: tragedias, crisis, escándalos, violencia, divisiones, peligro, amenazas, cotilleos… Por supuesto, tenemos que ser conscientes de los problemas que existen en el mundo, entendiendo que debemos usar ese conocimiento para ayudar a solucionar los problemas y evitar que sucedan más, no solo para poder quejarnos y lamentarnos.
Sin embargo, el primer momento de la mañana no es la mejor ocasión para ponerte al día con noticias de este tipo. Las malas noticias inspiran ira y miedo, y estos sentimientos liberan cortisol, la hormona relacionada con el estrés. Así que, sin duda, esa dosis de cortisol que podrías evitar fácilmente es una de las cosas que no necesitas para empezar el día con buen pie. ¡Respeta la paz y la armonía del inicio de tu día!
Sin embargo, el primer momento de la mañana no es la mejor ocasión para ponerte al día con noticias de este tipo. Las malas noticias inspiran ira y miedo, y estos sentimientos liberan cortisol, la hormona relacionada con el estrés. Así que, sin duda, esa dosis de cortisol que podrías evitar fácilmente es una de las cosas que no necesitas para empezar el día con buen pie. ¡Respeta la paz y la armonía del inicio de tu día!
Vicio 3: Preocuparte por las tareas futuras
Apenas has empezado el día y ya te estás preocupando; estar “pre-ocupado” significa (desde su etimología) “ocuparse de antemano”, en este caso, anticipas y te aferras mentalmente a un torrente de ocupaciones, tareas, responsabilidades, a las que no puedes dedicarte productivamente en ese momento. Esto genera ansiedad y una falta de concentración durante los primerísimos minutos del día. Es mucho mejor idea “llenar tu depósito” con paz al inicio del día porque, en nuestro horario, deberíamos tener “un lugar para todo y todo en su lugar”. Aprende a vivir el momento presente. Si, durante el desayuno, solamente piensas o hablas sobre lo que tienes que hacer durante tu día de trabajo, ni estás trabajando ni estás teniendo un buen desayuno.
Cambiar estos tres hábitos no es tan complicado y pueden suponer un gran cambio en nuestra actitud a la hora de afrontar el día desde el principio. Empezar la mañana con optimismo, positividad y concentración puede hacer que todo tu día sea diferente. ¡Pruébalo y seguro que estás de acuerdo con nosotros!
Este artículo se publicó originalmente en la edición portuguesa de Aleteia y ha sido traducido y/o adaptado aquí para los lectores hispanohablantes.
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