El Salmo 97 es un cántico lleno de festividad y alegría
por las maravillas que ha realizado el Señor
Mónica Andrea Vives Orozco, mejor conocida como Maía, sorprendió a millones al cantar en forma singular el Salmo 97 durante la primera misa que ofició el Papa Francisco en su reciente visita a Colombia. La artista se destacó por su fervor, potente voz y calidad interpretativa que emocionó y dejó boquiabiertos a millones de fieles que siguieron la misa en vivo por distintos medios audiovisuales y por las redes sociales.
Nacida el 16 de noviembre de 1982 en Puerto Colombia, Mónica Andrea adoptó el nombre artístico de Maía después de ganar el concurso “Colombia Suena bien” de Sony Music en el año 1998 a los 16 años. En menos de dos décadas, esta joven cantante y compositora colombiana ha logrado una exitosa carrera artística que incluye 4 producciones discográficas y 2 nominaciones a los premios Grammy Latinos, además de discos de oro.
Hasta la fecha, la fama de Maía como cantante de música pop y tropical se ha extendido por muchos países de habla hispana. Ha realizado más de 600 conciertos en diferentes países del continente, compartiendo escenarios con artistas de la talla de Juanes, Eliades Ochoa (Buena Vista Social Club), Cheo Feliciano, Maluma, Fonseca, Draco Rosa, Carlos Vives, Ricky Martin, entre otros.
Muchos de los 1,3 millones de personas que asistieron a la santa misa en el parque Simón Bolívar en Bogotá se sintieron tocados por la vibrante interpretación de Maía. Los medios de prensa también captaron sendos elogios a su actuación.
La artista marcó tendencia en Twitter siendo uno de los temas más hablado en el país. “Wow”, “Ese canto te salió del alma, Maía”. “Espectacular, un momento hermoso e inolvidable. Estuviste iluminada” “¡Tremenda! Felicitaciones”, “Creo que así volvería a misa”, fueron algunos de los comentarios. Entre otros, un artículo del periódico digital La Lengua del Caribe sostenía que: “la voz de la artista costeña llegó a lo más alto del cielo y fue escuchada por el mismísimo Dios”.
Entre muchas otras alabanzas, el Salmo 97 es un cántico lleno de festividad y alegría por las maravillas que ha realizado el Señor. Según una página de comentarios de los franciscanos sobre los salmos, la Biblia de Jerusalén pone a este salmo el título de El juez de la tierra. Es un himno escatológico inspirado en la última parte del libro de Isaías (cap. 56-66) y es muy afín al salmo 95.
Para Nácar-Colunga el título de este salmo es un alabanza a Dios después de la victoria. Una victoria del pueblo que sirve de ocasión al poeta para dirigir a todas las naciones una invitación para que vengan a cantar a Yahvé, reconociendo su poderío y su fidelidad a las promesas hechas a su pueblo. A pesar de su brevedad incluye este salmo dos fragmentos de distinta procedencia: acción de gracias por una liberación y anuncio del reino escatológico de Yahvé.
En el arreglo del salmo 97 preparado para la misa del Papa Francisco en Bogotá, no hubo mención al versículo 1. El cántico se inició con trompetas seguidas del versículo 2 que fue usado como antífona del salmo. En este versículo se destaca la manifestación de victoria de Dios que en definitiva se trata de liberación de la opresión del pueblo de Israel cuyo culmen es Jesucristo, autor de la Redención manifestada en su Misterio Pascual.
Durante la interpretación, Maía repitió tres veces la antífona del versículo dos para luego hacer referencia a la misericordia y fidelidad de Dios, tal cual se expresa en el versículo 3 del salmo. El cántico continuó con los versículos 4 y 5 cantados casi en forma literal, acompañados en el fondo por los coros Scholla Cantorum y Santa Cecilia. En la tercera y cuarta repetición de la antífona estos coros asumieron mayor protagonismo mientras, Maía realizaba dos diferentes líneas melódicas de acompañamiento. La interpretación del salmo terminó con las frases del versículo 6.
Además de la sobresaliente interpretación de la artista, cabe subrayar el extraordinario arreglo ejecutado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia que le dio especial realce a esta parte de la liturgia, en una de las misas más sentidas, concurridas y multitudinarias que el Papa Francisco haya celebrado en este 2017 en esta región del mundo.
Por Fabián E. J. Aguirre Nava
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