Reflexión sobre el grabado
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San Juan de
Damasco (c. 676-749), sacerdote y doctor de la Iglesia, ocupa un lugar
destacado como uno de los primeros y más significativos defensores de las
imágenes sagradas, lo que le convierte en uno de los santos más importantes
para las artes. No es de extrañar que figure entre mis santos favoritos.
También
conocido como Juan Damasceno, fue un distinguido teólogo y monje cuya
principal contribución al pensamiento cristiano fue su apasionada defensa
de la veneración de las imágenes sagradas. Su obra más conocida es Sobre
las imágenes divinas. Apología contra quienes desacreditan las
imágenes sagradas), escrito durante el apogeo de las controversias
iconoclastas en el Imperio bizantino. En este tratado, San Juan argumentó
elocuentemente contra la destrucción de las imágenes religiosas, afirmando
su papel como herramientas para facilitar la contemplación y la devoción,
más que como objetos de culto en sí mismos. Su razonamiento teológico
estaba profundamente arraigado en la encarnación: puesto que Dios se hizo
visible en la persona de Jesucristo, es permisible y beneficioso
representar a Cristo y a otras figuras sagradas en forma visual. Como Dios
nos creó a su imagen, Dios mismo utilizó imágenes y, por tanto, nosotros
podemos hacer lo mismo, participando así del gozoso espíritu creador de
Dios.
Los escritos
de San Juan sentaron las bases intelectuales para la afirmación del arte
sacro por parte de la Iglesia en el Segundo Concilio de Nicea en 787, donde
se ratificó formalmente la veneración de los iconos. Su defensa de la
imaginería sagrada no sólo preservó una tradición de devoción visual, sino
que allanó el camino para el florecimiento del arte cristiano en los siglos
posteriores. No es exagerado afirmar que sin San Juan de Damasco nunca
habríamos visto la grandeza de las catedrales góticas, las obras maestras
de Miguel Ángel o las innumerables obras de arte sacro que han inspirado a
generaciones.
Nuestro
grabado es obra de André Thevet (1504-1590), sacerdote, explorador,
cosmógrafo y grabador francés, conocido sobre todo por su labor de
documentación de los pueblos y lugares del Nuevo Mundo y otras regiones a
través de relatos de viajes e ilustraciones. Aunque se le reconoce
principalmente como escritor y cosmógrafo, la relación de Thevet con el
grabado está estrechamente ligada a las representaciones visuales de estos
lugares. Pero también grabó bellos retratos de profetas del Antiguo
Testamento y de sus santos favoritos, entre los que se encontraba San Juan
de Damasco.
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by Padre
Patrick van der Vorst
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Vea también Las Imágenes Sagradas en el Culto y en la Fe
de la Iglesia católica
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