El grupo cantor, uno con cerveza en mano, no pudo contenerse
Zoe Romanovsky, aleteia
Imagina oír las voces de un coro angelical mientras esperas al próximo tren. Gente vestida de manera casual, uno con una cerveza en mano y otro con los pies descalzos.
Eso fue lo que los viajeros vieron y oyeron en una estación de tren alemana cuando el grupo de folk islandés Árstíðir regresaba a su hotel tras finalizar su concierto en Wuppertal, Germany.
Deslumbrados por la increíble acústica de la estación de Wuppertal Hauptbahnhof, con arquitectura de catedral, el grupo no pudo contenerse para cantar. Transeúntes se quedaron para escuchar el himno antiguo llamado Heyr himna smiður, que se remonta al 1208 aproximadamente.
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