lunes, 7 de agosto de 2017

La milagrosa historia que esconde el signo Chi-Rho explicado por Philip Kosloski, aleteia

...y el papel que Constantino desempeñó al difundirlo por todo el Imperio romano

Uno de los símbolos más comunes del arte cristiano es el crismón, que se crea al superponer las dos primeras letras (X y P) del nombre de Cristo en griego: ΧΡΙΣΤΟΣ.
Este monograma, o cristograma, representa principalmente a Jesucristo, aunque también se utiliza para simbolizar el momento de la crucifixión. Es un monograma similar al estaurograma (T y P superpuestas), aunque la procedencia es distinta.
Es posible que antes del Cristianismo los escribas utilizaran dicho símbolo para abreviar la palabra chrēstos, que significa bueno o útil, pero fue a partir de la época de Constantino cuando recibió un significado mucho más profundo.
De acuerdo con el historiador Eusebio, el emperador Constantino tuvo una visión celestial mientras rezaba:
 Mientras esto imploraba e instaba perseverante en sus ruegos, se le aparece un signo divino del todo maravilloso en las horas meridianas del sol, cuando ya el día comienza a declinar, dijo que vio con sus propios ojos, en pleno cielo, superpuesto al sol, un trofeo en forma de cruz, construido a base de luz y al que estaba unido una inscripción que rezaba: CON ESTE SIGNO VENCERÁS. El pasmo por la visión lo sobrecogió a él y a todo el ejército, que lo acompañaba en el curso de una marcha y que fue espectador del portento.
Lo más interesante de este relato es que el milagro no se produjo estando a solas, sino que todo el ejército fue testigo. Constantino incluso prestó juramento respecto a los hechos que se sucedieron. Es más, en esta época, el Emperador todavía no había sido instruido en la fe cristiana, y este acontecimiento incentivó su interés para profundizar en el Cristianismo.
La visión se confirmó esa misma noche, cuando Jesucristo apareció ante Constantino y “le ordenó que crease una imagen del mismo símbolo que había visto en su visión y que la utilizase como defensa en todos los encuentros con sus enemigos”.
Tras su visión, Constantino cumplió rápidamente con dicha orden y dio a su ejército instrucciones para que creasen la siguiente imagen basada en la visión.
 Una larga lanza, revestida de oro, formaba la imagen de la cruz por medio de una barra transversal colocada sobre ella. En lo más alto del conjunto fue fijada una corona de oro y piedras preciosas; y dentro de ésta, el símbolo del nombre del Salvador, dos letras indicando el nombre de Cristo por medio de sus iniciales, la letra P cortada por la X en su centro: y estas letras son las que el Emperador tuvo costumbre de llevar en su casco en un período posterior. El Emperador hizo uso constantemente de este signo de salvación como defensa contra cualquier poder adverso y hostil, y ordenó que otros similares a él deberían ser portados a la cabeza de todos sus ejércitos.
Si bien algunos historiadores debaten sobre la autenticidad de este relato, lo cierto es que tras este acontecimiento el símbolo del crismón se propagó como la pólvora y se utilizó en el arte cristiano durante todo el periodo del Imperio romano. Incluso actualmente se observa en las iglesias de todo el mundo y sigue representando al Dios victorioso que ha vencido el pecado y la muerte.

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