Trabajo en equipo, gestión del cambio, comunicación…dominas todas las técnicas. Dios te ha dado grandes talentos, sé consciente de ellos.
Sofía Gonzalo, aleteia
“Las capacidades, las habilidades profesionales…se pueden trabajar en una escuela de negocios, pero donde realmente se aprenden es en la familia”. Así de claro se expresa el consultor y formador Jaime Noguera Tejedor en su libro “Sólo hace falta ser humilde. Guía con 22 sugerencias para el mundo del trabajo y para la convivencia social”.
“Las capacidades, las habilidades profesionales…se pueden trabajar en una escuela de negocios, pero donde realmente se aprenden es en la familia”. Así de claro se expresa el consultor y formador Jaime Noguera Tejedor en su libro “Sólo hace falta ser humilde. Guía con 22 sugerencias para el mundo del trabajo y para la convivencia social”.
Es cierto, la familia es la mejor escuela. Y quien está al frente de ella se licencia cada día en un conocimiento más. Así que hoy, mujer, me gustaría que fueras consciente de los grandes talentos que Dios te ha dado.
Como razona Jaime Noguera, es en el propio hogar “donde te ofrecen un “on hans master” (master “con las manos en la masa”). Sé consciente, Día Internacional de la Mujer, que tú dominas cada una de estas técnicas.
Trabajo en equipo
“¿Alguien se puede imaginar una familia, con varios hijos, sin trabajar en equipo? De forma natural hay que identificar los puntos fuertes de cada uno para que puedan responsabilizarse de aquellos trabajos para los que están más capacitados”.
Piénsalo madre, esposa…¿quién sino tú sabe perfectamente a quién encargar cada responsabilidad necesaria en una casa? Tú eres una jefa excelente. Con dulzura y acierto, conoces mejor que nadie de la familia quién puede hacer mejor los encargos para que vuestra empresa funcione. No lo dudes, eres quien de manera magistral dirige a este equipo.
Empezaste a graduarte en ser una excelente coach familiar el día en el que viste por primera vez a vuestro primer hijo, sin olvidar el día en el que con un “Sí, quiero” te convertiste en la otra mitad de tu amado esposo. Él es tu tándem, tu socio, tu baluarte fiel que Dios pensó para ti para construir un destino juntos aquí y en la Eternidad.
Comunicación
¿Es posible sacar adelante a un equipo sin hablar? Hablar, hablar, hablar. Este es uno de los secretos del éxito de una familia y/o empresa. Comunicación individual y grupal. Tanto la salud de la familia como la del trabajo se fortalece cuando la conversación ocupa un lugar destacado”.
Y ahora piensa, ¿acaso no eres tú quien mejor sabe iniciar las tan necesarias conversaciones en vuestra familia? ¿Quién es la que se sienta en un lado de la cama y le pregunta con mirada tierna y alma de acogida a vuestra hija por qué se le cayeron aquellas lágrimas en el pasillo que pasaron inadvertidas al resto? ¿No eres también tú quien en la mesa plantea cualquier tema tan sólo para que el resto se acostumbre a tener un momento de comunicación global en vuestra familia?
Gestión del cambio
“Sin avanzar, la familia no madura. El que no avanza, retrocede. Te quedas en el pasado. Ver las cosas sólo con la perspectiva propia cierra el obturador. Por eso es necesario ir adaptándose a las nuevas circunstancias sin perder de vista lo esencial, los valores, la cultura”.
Tú eres una mujer decidida, una directiva con amplitud de miras, alguien que sabe apostar por los buenos proyectos familiares y desecha los que son imposibles de asumir. Tienes una mirada realista, pegada a vuestras circunstancias, pero que nunca deja de innovar, de crear, de robustecer. Nunca te han dado miedo los cambios ni las inversiones. Sabes que tienes el mejor capital, el humano, y conoces bien el material del que está hecha tu familia. No puedes negarlo, eres la mejor inversión que tu familia podría haber hecho.
Negociación
“No requiere explicación. Anota tu lista de cosas que tienes que negociar en casa (saldría más corta la lista de las cosas que no tienes que negociar)”.
Nadie como tú sabe manejar un conflicto de intereses con “socios” de cualquier edad, es decir, tus hijos. Sabes perfectamente cómo y cuándo distribuir los dulces, decretar la mejor hora de vuelta a casa y distribuir los gastos para satisfacer los intereses de todos los que formáis esa preciosa familia que diriges con tu esposo.
Sin embargo, nadie puede negar que sólo hay algo que no tiene explicación: ¿Por qué nunca te reservas algo para ti? ¿Por qué siempre eres la última en obtener beneficios? ¿Por qué en el reparto de beneficios nunca aparece tu nombre?
Desarrollo de colaboradores
“¿A que eres el pequeño? Se te nota, se te ve espabilado”. Frase típica en familias numerosas. Es normal, los mayores enseñan a los pequeños. En las empresas lo llamamos desarrollo de colaboradores. Enseñas a los mayores y ya no tienes que hacer casi nada. Ellos serán los maestros de los demás. Una formación en cascada que funciona. Y no se trata de quitarte obligaciones, sino de delegar para que el aprendizaje fluya… Sentirse “mentor” promete mucho”.
¿Y quién es la mejor maestra, formadora, entrenadora y consultora en vuestra casa? No lo dudes, eres tú. Y lo eres las 24 horas y los 7 días de la semana.
Tú enseñaste a tu hijo con muy pocos años a atarse las zapatillas de fútbol que tanto te pidió y con las que estaba convencido que metería muchos más goles en el recreo. Le enseñaste a tu hija adolescente que el esfuerzo en los estudios tenía su recompensa. Y a día de hoy, sigues respondiendo al teléfono cuando tu hija, que acaba de casarse, te pide la receta de ese bizcocho que sólo a ti te sale tan esponjoso. No puedes negarlo, como instructora te has llevado ya todos los títulos posibles.
Por último
“En casa es el único sitio en el que no le van a hacer un ERE nunca. Aprovéchelo”.
Y eso ocurre porque tú siempre mantienes abiertas las puertas de tu casa. Tú siempre te has fijado en María. Conoces su corazón dispuesto, y siempre has pensado que el tuyo debía ser como aquel que un día le dijo “Sí” al Señor. Te fías y eso te hace ser una gran esposa, una excelente madre, una magnífica mujer que puede sentirse satisfecha de estar al frente de la mejor empresa: tu familia.
Día Internacional de la Mujer, dale gracias a Dios por haberte creado y repasa de nuevo aquellas virtudes de la Virgen que nos hacen, a cada mujer, sentir que tenemos un gran modelo a quien seguir.
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