Una mujer octogenaria y con Alzheimer se rebela contra la inyección. Aun así, se la inyectan y muere
Álvaro Real, aleteia
A una mujer octogenaria, que padecía Alzheimer se le inyectó una dosis letal. Se le practicó el suicidio asistido sin su permiso. Así lo afirma la Comisión para la Eutanasia en Holanda, que explica que aunque el doctor consideró que la mujer vivía en “sufrimiento innecesario”, por encontrarse “triste” (padecía alzheimer), ella misma había pedido que se le administrara cuando “encuentre el momento adecuado para solicitarlo”.
A una mujer octogenaria, que padecía Alzheimer se le inyectó una dosis letal. Se le practicó el suicidio asistido sin su permiso. Así lo afirma la Comisión para la Eutanasia en Holanda, que explica que aunque el doctor consideró que la mujer vivía en “sufrimiento innecesario”, por encontrarse “triste” (padecía alzheimer), ella misma había pedido que se le administrara cuando “encuentre el momento adecuado para solicitarlo”.
Según explican, mientras estaba durmiendo el doctor intentó inyectarle una dosis, pero ella le empujó mostrando una actitud negativa. Aún así, el doctor continuó con el proceso y la mujer falleció.
La Comisión añade que nada hacía suponer que la paciente quisiera morir en ese momento y califican el proceso de “traumático”.
En Holanda la Eutanasia es legal desde el año 2002 y requiere de unos requisitos: la autorización expresa y voluntaria y la opinión de tres médicos. No siempre se cumplen.
El miedo a recibir la eutanasia sin consentimiento también llegó a Canadá. Allí Christine Nagel, una abuela de 81 años de Calgary acaba de tatuarse en su brazo la frase ‘Don’t euthanize me’, es decir, ‘No me eutanasiéis’. No le faltaba razón.
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