Hoy tuve una encuentro que me llenó de mucha alegría: Un taxista que acogió hace varios años la Buena Noticia del Amor de Dios y experimentó un cambio en su vida y en su familia. Además se ha convertido en taxista misionero. Me contó cómo sigue dando su testimonio y como las personas cambian.
¿Se dan cuenta cómo un humilde testimonio puede transformar a las personas? Es Dios que actúa en el corazón del hombre utilizando nuestras pobres palabras. A nosotros no toca dar testimonio.
Por eso es necesario que usted despierte y colabore con el Señor para que puedan escuchar los demás que Dios los ama y los espera en el sacramento de la confesión para perdonar los pecados y en la eucaristía para hacernos uno con Él.
Ayudaría a los hermanos taxistas si nos envía su testimonio de cómo Dios está actuando en su vida de cristiano o de taxista misionero católico.
O ¿sigue usted como Gigante dormido en la Iglesia Católica?
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