martes, 4 de agosto de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Yo nunca hablo en vano

Es como si conversara contigo...                                                                                             

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'


1467. 4 de octubre de 1945.
Yo acababa de terminar un trabajo delicado y caí en la cuenta de que había que empezar de nuevo, debido a un error.
El: ¿Acaso no Me decías durante el trabajo que nada te importaba esto o aquello, puesto que todo era por Mí? Demuéstrame ahora que eso era cierto y que eres capaz de hacer y deshacer por amor Mío. Hazme ver que eres dócil en Mi Mano y que si lo que estabas construyendo se viene abajo, tú sigues estando alegre en Mí, porque Me miras a Mí y no te tienes en cuenta a ti misma.
A veces Me complazco en poner a prueba a las personas que amo.
Las pruebas son necesarias en la vida espiritual y deben comprenderlo. Porque la vida sobre la Tierra no es todavía la del Cielo. Es el principio del amor y el amor crece en la prueba. Pero el amor no percibe su propio crecimiento y por eso sus deseos son insaciables. ¡Qué gozo para Mí el de poder ayudaros! Marcha conmigo. Hablaremos, Me oirás y te aplicarás humildemente Mis Palabras.
Yo sé bien cómo apoderarme de un alma. Yo nunca hablo en vano; pero a ti te toca responder, pues te llevo al Padre. Y Mi pequeña crecerá no por sí misma, sino por Mí. Continuo creándote y, ¿no Me dirás hoy, en la intimidad recogida que precede al sueño, la suave gratitud de tu corazón?
ReL

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