martes, 3 de diciembre de 2019

Estoy a tu puerta y llamo: ¡Oh! Sirve a Dios!

Es como si conversara contigo

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'

1039. 15 de diciembre. “Servir. Servir a Dios. Lo sirves cuando oras. El necesita que ores para repartir Sus Gracias. Y Lo sirves cuando haces todos tus trabajos del día con la intención de honrarlo; cuando Lo adoras y Lo amas. El lo aprovecha todo. ¡Oh! Sirve a Dios."
1040. 19 de diciembre. Hora Santa. "No te canses de Mí. No te canses... Yo Me voy, pero vuelvo a vosotros. Y cuando Me vaya, permaneced cerca de Mí. No seáis como esas almas que en los momentos de aridez Me huyen y Me abandonan. Es que no conocen a su Salvador. Si Me escondo es porque os amo; tengo que poneros a prueba. Aun cuando haya tinieblas en vuestro corazón y parezca que Mi Voz se ha callado para siempre, pensad: 'El me ama y se entregó por mí.

"No es posible que comprendas lo que ese entregarme significó para Mí. Habría que
conocer la crueldad de Mis verdugos para comprender el valor que Me fue necesario y que procedió de Mi Amor. Os amé, a cada uno en singular, hasta el extremo de esos sufrimientos.
Entonces, no dudéis de Mí jamás; Soy el Infinito."
Yo: "Señor, ven en ayuda de nuestra Fe, aumenta nuestra Esperanza y enciéndenos la Caridad." El: "No tengas en ti confianza ninguna, ni esperes nada de tus cortos recursos; entonces te ayudaré, pues si estás vacía de ti misma, Me es posible llenarte.

Convén en que eres nada y en que Yo Soy el Todo. Yo obraré en ti y por tu medio. Deposita a menudo tu pequeñez en Mis Manos poderosas. Tengo la Potencia de un Padre, de un Esposo. Es algo en verdad grande, hija Mía. ¡Cuánto te alegrarás más tarde de habérmelo dado todo, todo lo que Yo antes te había dado! Tú Me lo das con el deseo único de agradarme y de trabajar por Mi Gloria. Desarrolla en ti ese deseo, que crezca hasta la pasión y encamina a ese fin todas tus acciones, como esas flores que miran siempre al sol hasta que mueren y caen. Agradarme y aumentar Mi Gloria. Siempre Yo, nunca tú. Y si realmente llegas a olvidarte y a recordarme hasta ese punto, ¿cómo podría Yo resistir al encanto de Mi creatura? La colmaré muy por encima de sus necesidades y en ella resplandecerá Mi Gloria. ¡Cuánta desproporción hay entre vuestras obras y la recompensa que les doy! Pero necesito ese impulso de abandono por parte vuestra; que salgáis de vosotros mismos para entrar en Mí.
Y si lo haces con humildad y con gozo, ¡qué alegría tan grande Me procuras! Olvido entonces los sufrimientos que otros me causan y Me refugio con todos Mis Favores en vuestro corazón.
Estamos en casa y allí, en tu corazón, tengo donde reclinar Mi Cabeza."


No hay comentarios:

Publicar un comentario