lunes, 2 de diciembre de 2019

Estoy a tu puerta y llamo: El cántico del Amor

Es como si conversara contigo

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'


1037. 8 de diciembre. En medio de la multitud, durante la Procesión con el Santísimo Sacramento, Jesús me dijo, desde el ostensorio que llevaba monseñor Villepelet: “Toma tu alma y entra en Mí. Mírame únicamente a Mí. Es así como quiero vuestros corazones: enteros.”
1038. 12 de diciembre. Hora Santa. Yo oraba por las pobres mujeres inglesas cautivas y las que tenian que dejarlo todo; y pedía que esta prueba sirviera para su conversión al Catolicismo. Me dijo: "Ofréceme al Padre junto con esta oración. Yo estuve prisionero, ligado con cuerdas; fui arrebatado de los que Me amaban y de cuyo afecto gozaba, para sufrir malos tratos, odios groseros y sutiles desprecios. Todo lo quise sufrir para haceros posible el encontrarme a medio camino en cada uno de vuestros sufrimientos. Salgo siempre a vuestro encuentro para sosteneros y daros la alegría de sufrir conmigo, vuestro Esposo."
Yo: "Señor, además hay todas esas muchachas de las casas malas. Yo quisiera que algunas pudiesen escaparse de esa horrible existencia. Cada domingo paso delante de esas puertas, para que Tú, que estás en Mi, les mandes alguna Gracia."
El: "Recuerda algo que varias veces te he dicho: ‘Cuando tú no puedas entrar en alguna parte, tu oración entrará'. No hay pecado que Yo no pueda absolver; no hay alma, por miserable que sea, que Yo no pueda curar. En el Evangelio se cuenta cómo algunos se escandalizaban de Mí. Y Yo sigo siendo el mismo; Mi Corazón busca a los más miserables. "No recortes pues tus oraciones: atrévete a esperarlo todo. Mientras más Gracias Me arranques, más tendré Yo todavía para ponerlas a tu disposición. Me encanta que Me pidáis continuamente.
¿Cómo podría Yo dar mucho si vosotros Me pedís poco? Piensa que una cosa en apariencia muy difícil, o casi imposible, no es nada para Mi Omnipotencia. Y la plegaria está plenamente en los dominios de Mi Amor. Yo lo puedo todo, y concederte lo que pides está en el dominio de Mi Amor.
"Nunca abandones al Amor. Es del todo sencillo comunicarte con tu Dios. Y, ¿qué otra cosa cabe entre dos íntimos? Y además, todo tema viene finalmente a dar en el cántico del Amor y esto, sin cansancio, en una vida cada día más ardiente. Hija, que el cántico de tu vida suba siempre nuevo cada día; y tu cántico no tendrá fin, porque tú lo cantarás todavía en la Eterni-dad, con una saciedad inenarrable. Ama desde ahora, ama mucho. Tú no sabes todo lo que puedes obtener, adquirir y transformar con tu amor sobre la Tierra. Pero Yo lo sé." Entonces Le dije: ''Señor, mi amor es tan pobre.” El: Toma el Mio, ya sabes que es tuyo, que es de todos vosotros. Ofrécelo al Padre con la certidumbre de tu poder y entonces, pide, pide y pide.

Hijitos Míos, revestíos en todo tiempo de vuestro Jesús como Jacob, que se revistió con las ropas de Esaú y pasó por él ante su padre. Entonces el Padre os hará entrar en la herencia de todos Sus Bienes. Y Yo, totalmente feliz de haber pagado con Mis lágrimas, con los golpes recibidos y con Mi Sangre. ¡Hijos Míos, tan amados!"


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