martes, 17 de septiembre de 2019

Papa Francisco: Es un suicidio separarse de la tradición

Hace unos días, durante el vuelo de regreso de África, Francisco habló de las críticas que recibe y a una pregunta sobre las tentaciones cismáticas respondió que sigue la tradición, y recordó la doctrina social de la Iglesia que aplica y que tiene raíz en el magisterio de Juan Pablo II



“Para ser modernas, algunas personas piensan que es necesario desprenderse de las raíces de la tradición”, expresó el papa Francisco en la audiencia a los participantes en el 186º Capítulo General de la Orden de los Agustinos Descalzos este jueves 12 de septiembre de 2019 en la sala Clementina del Vaticano.
Francisco indicó que desprenderse de las raíces de la tradición “es la ruina, porque las raíces, la tradición, son la garantía del futuro”. Y animó a los frailes a continuar a buscar la humildad como regalo de Dios. “La humildad es algo que no se puede agarrar: se tiene o no se tiene, es un don. No se puede agarrar”. 
Cabe recordar que, hace unos días, en la conferencia de prensa durante el vuelo de regreso de África, Francisco habló de las críticas que recibe y a una pregunta sobre las tentaciones cismáticas respondió que sigue la tradición, y recordó la doctrina social de la Iglesia que aplica y que tiene raíz en el magisterio de Juan Pablo II
“Rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo. Este es un resultado del Vaticano II, no de este o aquel Papa. Por ejemplo, las cosas sociales que digo son las mismas que las de Juan Pablo II, ¡las mismas! Lo copio. Pero dicen: el Papa es comunista… Las ideologías entran en la doctrina y cuando la doctrina se desliza en las ideologías, existe la posibilidad de un cisma”. 

Tradición 

Respecto a la “verdadera tradición”, aseguró en su encuentro con los frailes, esta mañana, que “no es un museo”, y las “raíces son la tradición que da la savia para que crezca el árbol, que florezca, que de frutos. Nunca se separen de las raíces para ser modernos, es un suicidio”.
En este sentido, Francisco recordó hoy la larga tradición religiosa iniciada por san Agustín, y pidió a los religiosos de la Orden de cuidar de sus raíces, de la tradición de los Agustinos Descalzos.  
“La oración y la penitencia no dejan de ser las piedras angulares sobre las que se asienta el testimonio cristiano, un testimonio que en algunos contextos va completamente en contra de la corriente, pero que, acompañado de la humildad y de la caridad, sabe hablar al corazón de tantos hombres y mujeres, incluso en nuestro tiempo”, dijo Francisco a los frailes de la Orden masculina. 
Les animó “a amar y a profundizar siempre de nuevo estas raíces, -ir a las raíces- buscando sacar de ellas, en la oración y en el discernimiento comunitario, la linfa vital de su presencia en la Iglesia y en el mundo de hoy”. 
La orden a nivel internacional contaba en 2015 con unos 33 conventos que con la calificación de “descalzos” expresa “la necesidad de pobreza, de desprendimiento, de confianza en la Divina Providencia”.

Humildad 

En particular, se refirió al “voto de humildad”, el cuarto voto que caracteriza a los Agustinos Descalzos, instituto centralizado, cuyo gobierno general lo ejerce el prior general.
“Les felicito por esta elección”: este “voto de humildad es una “llave”, una llave que abre el corazón de Dios y el corazón de los hombres. Y abre ante todo sus corazones para ser fieles al carisma original”, de ser “discípulos-misioneros, disponibles a las llamadas de Dios”. “La humildad es algo que viene por sí misma. Gracias a Dios, pero viene, no se puede medir”. 
En su discurso a los agustinos descalzos que se dedican a la vida contemplativa, aunque ejercen actividades pastorales, por medio de la animación parroquial, juvenil y educativa, Francisco animó a seguir el “Espíritu Santo” que “es el viento que sopla y hace avanzar a la Iglesia, con esa gran fuerza de evangelización”. Y estar siempre listos para la misión de Evangelizar.
También recordó a los misioneros agustinos que dieron su vida por el Evangelio en diferentes partes del mundo. Los religiosos del instituto, en 2015, eran unos 220 religiosos, de los cuales 139 eran sacerdotes.
Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia

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