domingo, 15 de septiembre de 2019

La ciencia dice que el matrimonio te salva. Entonces, ¿por qué la gente no se casa?

El matrimonio te fastidia en tu propio egoísmo y tu propia incapacidad
para cambiar tus prioridades y abrazar a alguien más, y así te hace mejor persona

MAŁŻEŃSTWO CZY KONKUBINAT
Un nuevo estudio muestra una vez más que el matrimonio es muy, muy bueno para ti. Entonces, ¿por qué cada vez se casan menos personas?
Mi teoría: estamos viendo una disminución récord de matrimonios por la misma razón que estamos viendo una disminución récord en las compras en tiendas de barrio, de pasar el rato en los bares del vecindario y de hablar con la gente cara a cara.
Tenemos tanto miedo de las partes impredecibles de la relación humana que nos perdemos todos los beneficios.
Es sorprendente cuánto el matrimonio mejora tu vida.
Un estudio de la Universidad de Michigan publicado el 28 de julio revela un último beneficio del matrimonio para la salud: las personas casadas tienen menos probabilidades de desarrollar demencia.
Añade eso a la lista. El Dr. Robert H. Shmerling MD, de la Escuela de Medicina de Harvard, señala que las personas casadas:
  • viven más tiempo
  • tienen menos derrames cerebrales y ataques cardíacos
  • sufren menos depresión
  • son más propensas a diagnosticar el cáncer temprano y sobrevivir más tiempo al cáncer
  • Sobreviven a las operaciones graves con mayor frecuencia.
También es sorprendente lo aterrador que es el matrimonio de cerca.
Siempre ha habido chistes sobre el matrimonio, como el de una boda irlandesa, donde el padrino anuncia: “Me gustaría que todos los hombres casados se pararan al lado de la persona que ha hecho que valga la pena vivir” … y el camarero casi muere aplastado.
La diferencia ahora es que los chistes son reales. El hashtag #whyimsingle recopila algunas de las razones que dan las personas para no casarse:
“Valoro más “mi” tiempo” que “nuestro” tiempo”.
“Así nunca tengo que compartir el control remoto”.
“Me gusta dormir en diagonal en mi cama y no quiero que me molesten”.
Lo que los chistes y estas razones no muestran es que, precisamente, las partes difíciles del matrimonio son lo que lo hacen tan beneficioso. El matrimonio te fastidia en tu propio egoísmo y tu propia incapacidad para cambiar tus prioridades y abrazar a alguien más, y así te hace mejor persona.
Estás acostumbrado a mimar tu ego. El matrimonio lo endurece.
Un libro reciente señala que el mimo nos destruye y la confrontación puede salvarnos.
En Coddling of the American Mind, los autores Greg Lukianoff y Jonathan Haidt argumentan que proteger a las personas de las dificultades, en realidad las debilita:
  • Los niños cuidadosamente expuestos a las nueces tienen muchas más probabilidades de superar sus alergias que los niños cuidadosamente apartados de ellas.
  • Los niños que juegan al aire libre pueden combatir a los microbios mucho mejor que aquellos que se quedan en casa.
  • Y los niños que interactúan principalmente a través de las redes sociales son más estresados y propensos al suicidio que los niños que interactúan con otros niños en persona a través de deportes u otras actividades.
Seguramente esto también es cierto para los adultos.
Los que viven solos pueden construir defensas a su alrededor para que nadie desafíe sus suposiciones o invada su espacio, y por lo tanto, nunca tienen que desarrollar las herramientas que lidian con las inevitables dificultades de la vida. ¿No es posible que una de las razones por las cuales las personas casadas sean menos propensas a tener demencia es la confrontación constante con la realidad que el matrimonio da a sus cerebros?
Para obtener beneficios del matrimonio, hay que abrazar sus pequeñas pero constantes dificultades.
La canción Being Alive del musical Company nos enseña esta lección. Todos necesitamos a “alguien que me necesite demasiado, alguien que me conozca demasiado bien, alguien que me detenga en seco, y que me haga pasar por el infierno”.
Pero Jesucristo lo enseña mejor.
Bienaventurados los que son molestados y baqueteados por otros en la vida, dijo: los mansos y los misericordiosos, los que lloran y los que son perseguidos. Amémonos como él nos ama, soportando el rechazo, el malentendido y el trato injusto. Y ama a tus enemigos, dijo: observa cómo bendice a los justos e injustos bajo su techo, y haz lo mismo por los justos e injustos bajo el tuyo.
No me malinterpreten: no estamos obligados ni es bueno permanecer en una relación abusiva; eso no nos hará felices o sanos. Pero soportar la ingratitud y las irritaciones cotidianas, y las alegrías y los momentos buenos del matrimonio, sí lo harán.
Así que deja que el mundo sepa lo que el matrimonio hace por ti.
Es un entrenamiento emocional que te hace más fuerte. Es una aventura que pide pequeños sacrificios pero que ofrece grandes ganancias.
En nuestros días, es posible vivir solo, pero omitir las dificultades a corto plazo solo traerá problemas a largo plazo.
Tom Hoopes, Aleteia 

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