jueves, 15 de noviembre de 2018

¿Es normal sentirme llamado a ser sacerdote?

¿Está loco Dios?

YOUNG,MAN,MOUNTAIN
Que Dios llame a alguien al sacerdocio me parece algo inesperado. No se puede exigir. Es sólo gracia. Una vocación. La mía, la de tantos.
Sé que cualquier vocación vivida con alegría en esta tierra es un motivo de acción de gracias.
Dios se ha fijado en los pequeños. Dios me ha mirado a mí que soy pequeño.
Está loco Dios, me decía una persona. Es cierto. Se ha fijado en mí. Ha puesto su mano sobre la mía. Querrá hacer sus obras.
El peligro lo tengo cuando me olvido de lo que soy. Soy sólo su instrumento, sólo barro. No soy yo, es Él en mí. Su voz en mis labios. Sus caricias en mi piel. Su amor en mi sangre.
¡Cómo no agradecer por tomar prestada su omnipotencia! No soy yo poderoso. Pero veo milagros hechos con mis manos.
No me olvido que es Él. Agradezco siempre de rodillas el don que no es derecho.
Y acaricio la cruz que me pesa en los brazos. Apenas la sostengo torpemente. Él carga en mí con ella. Para que no me pese.
¡Cómo voy a dejar de agradecer todo lo que no es mío! ¡Cómo no saltar lleno de alegría por aquellas cosas que me suceden y que no entiendo! Y por esas otras que suceden sin que yo lo espere.

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