jueves, 30 de agosto de 2018

¿Son verdad las acusaciones de monseñor Viganò contra el papa Francisco?

Nuevas revelaciones permiten comprender mejor la crisis que vive la Iglesia

(Nota: Generalmente no nos metemos en cuestiones de acusación en .la Iglesia. Esta vez compArtimos  este artículo porque trae información aclaratoria)
La carta del arzobispo Carlo Maria Viganò, antiguo nuncio apostólico en los Estados Unidos, publicada entre el 25 y 26 de agosto, con la que pide la renuncia del Papa Francisco, ha sido una bomba para los católicos del mundo.
Miles de artículos, publicados en los días sucesivos, han servido para arrojar confusión, pero también para añadir datos nuevos, incluso auténticas revelaciones, que ayudan a comprender mejor el valor de la misiva.
Ofrecemos a continuación algunas conclusiones que en el momento actual es posible sacar a la luz de las informaciones publicadas y verificadas.

La presunta aprobación de Benedicto XVI, “fake news”

Periodistas y otras personas que antes de la publicación estaban en contacto con el arzobispo Viganò han afirmado públicamente que la información de la carta había sido revisada y contaba con la aprobación, antes de su publicación, del Papa emérito Benedicto XVI (Cf. New York Times,  27 de agosto de 2018).
Estas informaciones han sido desmentidas por el secretario personal del papa Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein: “La afirmación, según la cual, el Papa emérito había confirmado esas declaraciones carece de fundamento. ¡Noticias falsas!”.
En declaraciones al periódico alemán Die Tagespost, el prelado alemán aclara: “El papa Benedicto no ha hecho comentarios sobre el ‘memorándum’ del arzobispo Viganò y no los hará”.

Preguntas que quedan por responder

Monseñor Viganò pide la renuncia del papa Francisco porque no respetó las supuestas “sanciones canónicas”, que en privado habría emitido el papa Benedicto XVI contra el antiguo cardenal Theodore McCarrick, de 88 años, que en estos momentos es acusado de abusos sexuales acaecidos en el pasado.
En su misiva, Viganò afirma que esas sanciones, por las que el papa Benedicto pedía a McCarrick retirarse en una vida de oración y penitencia, le fueron comunicadas oralmente a él mismo, en noviembre de 2011, por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, en el contexto de su nueva misión como nuncio apostólico en Washington.
Surge entonces una pregunta central: ¿Cómo es posible interpretar la participación de monseñor Viganò en un homenaje público al antiguo cardenal McCarrick, el 2 de mayo de 2012, en el Pierre Hotel de Manhattan?
Según recogió entonces Catholic New York, periódico de esa arquidiócesis, monseñor Viganó participó en la entrega al entonces cardenal McCarrick de la medalla con las llaves de San Pedro, que constituye el símbolo del Papa.
El acto estaba organizado por las Obras Misionales Pontificias que, como su nombre indica, dependen del Sumo Pontífice.
En este Tweet, por ejemplo, puede verse una foto de la ceremonia: 
Hasta ahora, nadie ha confirmado que el papa Benedicto XVI emitiera esas sanciones en privado contra McCarrick.
El directo interesado en la  aplicación de estas disposiciones, su sucesor en la arquidiócesis de la capital estadounidense, el cardenal Donald Wuerl, ha afirmado públicamente que desconoce su existencia, hecho confirmado por la archidiócesis.
El mismo papa Benedicto XVI parece que no pudo respetar sus disposiciones, en caso de que las hubiera emitido, pues como se ha documentado ampliamente por varios medios de información, participó en actos celebrativos públicos junto a McCarrick, posteriores a su supuesta decisión.  
A modo de ejemplo, en este video es posible ver el saludo fraternal, en el Vaticano, el 28 de febrero de 2013, por tanto, dos años después de las presuntas medidas ordenadas por él mismo contra McCarrick.
La carta del arzobispo Viganò pide la renuncia del Papa por no haber respetado esas presuntas sanciones contra el antiguo cardenal, sanciones que él mismo desafió con un homenaje público pontificio y que -si se confirmaran como reales- no pudo respetar ni siquiera el mismo papa Benedicto XVI.
La misiva plantea una segunda pregunta a la que tendrá que responder monseñor Viganò. ¿Cómo es posible justificar la violación del secreto pontificio, que demuestra la carta, al que está obligado un nuncio apostólico?
Cuando el arzobispo Viganò se comprometió a representar al papa Benedicto XVI en los Estados Unidos, se asumió la responsabilidad de mantener el secreto pontificio, en particular sobre el nombramiento de obispos, como establece “Secreta continere”, la instrucción sobre el secreto pontificio emanada con la aprobación de Pablo VI en 1974.
El documento en latín especifica que el secreto pontificio, en estos cargos, debe ser mantenido “dado que se trata de la esfera pública, que afecta al bien de toda la comunidad religiosa”.
Por tanto no se trata de algo que pueda violarse “según el dictado de la propia conciencia”, como parece justificar Viganò con esta publicación.
Se trata del acto de infidelidad más grave que puede cometer un nuncio apostólico en su servicio al Papa.
Ya en el pasado monseñor Viganó había violado el secreto pontificio en sus filtraciones en el caso de Vatileaks.
Es importante aclarar que en este caso el secreto pontificio no tiene nada que ver con el secretismo utilizado para ocultar los crímenes cometidos por sacerdotes.
Con esta pregunta en ningún momento nos permitimos juzgar la pureza de intención de monseñor Viganò.

Más clericalismo…

La publicación de la carta ha llevado a algunos obispos estadounidenses a adoptar dos posiciones: la de quien da crédito al arzobispo Viganò y la de quien ataca en bloque o en parte sus acusaciones.
En general, estas posiciones representan las dos tendencias más representativas en el episcopado de este país.
De este modo, se ha abierto una nueva diatriba entre sucesores de los apóstoles, en la que hay mucho de “política” eclesial entre dos bandos enfrentados.
La carta ha abierto una nueva polémica entre clérigos (clericalismo) que no ayuda a la reflexión objetiva y sincera sobre la búsqueda de las causas que han llevado a una crisis tan horrorosa.

¿Y las víctimas?

Del mismo modo, toda esta polémica ha puesto en segundo plano la obligación de la Iglesia de reparar el terrible daño cometido por clérigos contra las víctimas de los abusos.
Las víctimas deberían ser la prioridad en toda esta reflexión, tal y como ha declarado el cardenal Di Nardo al comprometerse a ir a ver al Papa y tomar medidas para atajar todavía más contundentemente este asunto.
El importante gesto de reparación que presidió el papa Francisco en la misa conclusiva de su visita a Irlanda quedó totalmente ofuscado por la publicación de la carta.
Dos periodistas italianos que han colaborado en la difusión de la misiva han explicado que la elección de esa fecha fue explícitamente acordada con Viganò.
Y en todas las polémicas de estos días las víctimas han dejado de estar en el centro: más bien, en las argumentaciones, parecen servir a los intereses de la política eclesiástica.
Más allá de las intenciones, esta es la imagen que la Iglesia está transmitiendo.

Necesidad de una investigación creíble sobre el caso McCarrick

Pero en toda esta polémica, hay una exigencia que une a todas las partes implicadas: la necesidad de realizar una investigación creíble que permita responder a una tremenda pregunta: ¿Cómo es posible que McCarrick, de quien hemos sabido recientemente que era conocido por su historial de abusos, hubiera podido ser nombrado arzobispo de Washington e incluso cardenal por Juan Pablo II?
No serán los testimonios personales, como el de Viganò, los que darán una respuesta creíble ante la Iglesia y el mundo.
Como ha explicado el presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos, el cardenal Daniel N. DiNardo (después de haber consultado a la Santa Sede), sólo una investigación independiente, de la que forme parte una comisión de laicos, podrá ser capaz de esclarecer la verdad y de devolver la credibilidad que hoy falta.
Sólo “la verdad os hará libres” (Juan 8:31-38). Este es el único camino, propuesto por Jesús, para superar ese enfermizo clericalismo y superar la crisis que afronta la Iglesia
Y todos los creyentes, desde el Papa hasta los cardenales, pasando por obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, hasta llegar al último laico, en medio de esta sensación de hundimiento de su barca, que es la Iglesia, gritemos en oración, como lo hicieron los apóstoles de Jesús: “¡Sálvanos, Señor, que nos hundimos!” (Mateo, 24-26).
Quienes hayan leído el Evangelio, ya conocen la respuesta que dio el Maestro.
JESÚS COLINA, ALETEIA












miércoles, 29 de agosto de 2018

Asesinaron a 62 familiares suyos en Burundi... ahora cuida y enseña el perdón a 50.000 niños

Maggy Barankitse, es una heroína y un modelo de reconciliación en Burundi




Maggy es tutsi y la muerte llegó a su familia. Murieron en la guerra a manos de los hutus más parientes de lo que humanamente es posible entender y aceptar.
Ahora la llaman “loca”, otros “Maggy, la buldócer” y 
otros simplemente el “ángel de Burundi”. Esta es su historia. 

Más de 50.000 niños atendidos
Murieron 62 familiares suyos en manos de los hutus, y apoyada
únicamente en su fe en Dios, en plena guerra civil, comenzó una obra
para la reconciliación entre las etnias en Burundi. Esto implicó un camino
de muerte y vida, de dolor y esperanza que hoy se traduce en más de
50 mil niños atendidos
 que han comprendido que el perdón y el amor
es el único camino para la paz.

Matan delante de ella a 70 hutus
Marguerite Barankitse nació en una aldea de Burundi, de etnia tutsi. Antes
de que comenzara la guerra de 1993 entre las dos etnias, ya había adoptado
a 7 niños, cuatro hutus y 3 tutsis.
 Y cuando el conflicto estalló nadie quiso
saber nada de ella, incluida su familia. No tuvo más remedio que refugiarse en
el obispado
. A ella se unieron más de 70 hutus y una mañana, mientras
preparaba la comida, un grupo armado de tutsis irrumpió en el obispado y
mató delante de ella a todos los adultos.


Salvar a 25 niños a cambio de 11.000 dólares
Para salvar a los 25 niños que custodiaba les ofreció los 11 mil dólares que tenía consigo. Tras la matanza acudió a la capilla del obispado a reclamarle a Dios donde estaban sus hijos, pues no se encontraban ni entre los muertos ni entre los vivos. De repente escuchó la vocecita de alguno de ellos, se habían escondido en la sacristía.

Un proyecto de educación para la paz
Armada únicamente de su fe en Dios ha logrado captar la atención de muchos periodistas y antiguos amigos que viven en Europa y conseguir los fondos suficientes para iniciar su proyecto la “Casa Shalom”, la casa de la paz, en donde recoge a niños huérfanos de Burundi, el Congo, Ruanda y Tanzania.

Su proyecto consiste en crear una red de aldeas en el que las casas se entregan a los mayores de 16 años, los cuales una vez formados ‘adoptan’ a los niños más pequeños para permitir que éstos puedan criarse en familias interétnicas que les acepten, les quieran y los valoren como personas.

Es fundamental que sean educados para la paz y el perdón. A la vez hay una línea de apoyo laboral y de estudios, consiguiendo enviar incluso a muchos de estos chicos y chicas a Europa o Estados Unidos a estudiar carrera universitaria que posteriormente desarrollarán en Burundi.

El 60% del presupuesto de Burundi al Ejercito
Y todo esto en un país que dedica más del 60% de su presupuesto al ejército y sólo un 2% a la educación; uno de los más pobres del mundo con más de 700.000 huérfanos, viviendo miles de ellos en las calles y en donde el sida campa a sus anchas. De hecho un gran número de los niños que tiene acogidos son seropositivos o ya han desarrollado la enfermedad.
En tierra de nadie...
Marguerite explica que ella se encontraba entre dos fuegos: por un lado los tutsi, su etnia, y por otro los hutus, sus hermanos en la fe católica. Para unos era una traidora, para los otros una espía.

Durante la guerra fratricida ella salvó a muchos hutus, sus hermanos en la fe, los cuales habían matado a su familia biológica, los tutsi. Y justamente éstos fueron los que mataron a los hutus que ella había salvado: “Si yo no fuera cristiana, me habría suicidado”, comenta.

Irradiar el amor de Dios
Su punto de partida es muy claro, explica en una conferencia que impartió hace un tiempo en España a los Combonianos: “Mi convicción es que todos somos creados por el amor de Dios, somos hermanos, príncipes y princesas. Somos hijos de Dios, ciudadanos del mundo, del paraíso. Debemos irradiar la gloria de Dios. Es la única vocación humana y por lo que he venido aquí. Me enfado cada vez que veo a mis hermanos con cara triste porque pierden su vocación de príncipes y princesas”.

“Soy tutsi –continúa-, en mi familia he perdido a 62 personas. Sin embargo, nunca he querido ver en mi hermano hutu a un criminal. Porque el bautismo que he recibido me ha convertido en hija de Dios y hermana de todo el mundo”.

Tras la matanza en el obispado dijo: “Señor, me has dado estos niños, enséñame a educarlos con amor”. Ahora muchos de ellos son médicos, maestros, políticos…

“Si uno cree, es capaz de desplazar el odio y el miedo y puede ser el dueño del mundo (…) El que hoy es criminal podrá hacer cosas maravillosas mañana, ya que Dios lo ha salvado. Y la imagen de Dios nunca se nos quita. Somos nosotros los que hacemos que nuestros hermanos se convierten en malos. Si cada vez que nos encontramos con nuestros hermanos vemos en ellos la imagen de Dios, el mundo cambiaría”.


Un niño le apunta con un arma
Viajando un día en su coche se encontró en la selva a un joven de 17 años con un arma que la obligó a detenerse y pidió que se arrodillara. Entonces ella le dijo: “No, hijo mío, ninguna madre en el mundo se arrodilla delante de su hijo, menos aún cuando tiene un arma”. Y añadió: “Vete a preguntar a la persona que te dio el arma dónde están sus hijos. Están estudiando en el extranjero, quizás en Bruselas, Montreal o en París”. Lo miró y vio que estaba llorando: “Tira este arma y ven conmigo, te voy a dar una identidad, una dignidad, y serás mi chófer”. Hace diez años que es su chófer, es padre de familia, está casado y tiene dos hijos.

Su conferencia a los combonianos concluyó así: “He venido a dar testimonio de que el amor siempre triunfa. No hay nada que pueda impedir que amemos. Recuperemos nuestra identidad de hijos de Dios y triunfará la alegría en todo el mundo”.
Fernando de Navascués, ReL




















¿Cómo entrenar a tu cerebro para dejar de quejarte por todo?

Esta técnica cambiará literalmente tu cerebro... y tu vida

WOMAN,COMPLAINING
Yo solía ser la campeona de los quejicas.
En aras de la honestidad (y también porque mi madre y mi hermana probablemente van a leer esto), sigo siendo una quejica sin rival. Pero me esfuerzo mucho, de verdad, por no quejarme, sobre todo desde que una de mis mejores amigas cambiara mi forma de pensar sobre las quejas.
El primer verano que vivimos en Florida, me quejé literalmente del calor, de la humedad, de los mosquitos y de los aligátores cada vez que la veía. Ella sonreía y reía y luego cambiaba de tema, lo cual pensé que era raro porque era su primer verano en Florida también y, viniendo de Maine, el cambio era mucho más drástico que mi transición desde Texas.
Me dijo que hace unos años que había tomado la decisión de dejar de quejarse. “Quejarse no cambia nada”, me dijo. “Solamente os hace a ti y a todos los que te rodean más conscientes de las cosas desagradables de la vida”.
Me quedé perpleja (y, siendo sincera, un poco molesta). ¡Lo que ella decía era tan sensato y a la vez tan contraintuitivo! Pero aseguraba que dejar de quejarse había cambiado su vida, le había hecho más feliz y hacía que cosas como el calor o el cansancio fueran menos molestas.
Mi amiga no era una Mary Poppins nata, en realidad había alterado su cerebro al cambiar su comportamiento, un fenómeno científico conocido como plasticidad. En Run Wonder se publicó hace poco un artículo que explicaba la ciencia detrás de cómo quejarse cambia la plasticidad del cerebro al crear bucles de retroalimentación negativa.
Si permitimos que conductas perjudiciales, como quejarse, se repitan continuamente en el cerebro, es inevitable que alteremos nuestros procesos de pensamiento. Los pensamientos alterados conducen a convicciones alteradas, lo cual conlleva un cambio en el comportamiento.
Nuestro cerebro posee algo llamado sesgo de negatividad. En términos sencillos, el sesgo de negatividad es la tendencia del cerebro a centrarse más en las circunstancias negativas que en las positivas. El doctor Rick Hanson, neurocientífico y autor de El cerebro de buda: la neurociencia de la felicidad, el amor y la sabiduría, explica el sesgo de negatividad: “Los estímulos negativos producen una mayor actividad neuronal que los positivos de igual intensidad. También se perciben con mayor facilidad y rapidez”.
La repetición es la madre de todo aprendizaje. Cuando nos enfocamos repetidamente en lo negativo al quejarnos, estamos activando y volviendo a activar las neuronas responsables del sesgo de negatividad.
Tiene sentido que los estímulos negativos produzcan más actividad neuronal que los positivos; después de todo, estamos conectados evolutivamente para reaccionar más intensamente a las experiencias negativas, para poder sobrevivir.
Ahora bien, cuando esas experiencias negativas no ponen en peligro la vida (como la humedad y los mosquitos), el hecho de mortificarnos con ellas vuelve a conectar el cerebro para percibir lo negativo más fácilmente que lo positivo. En mi caso, al obcecarme con la parte negativa de vivir en Florida, en realidad conseguí ignorar cualquier percepción de los múltiples aspectos positivos.
Tardé unos años antes de decidir seguir el consejo de mi amiga y dejar de quejarme. Cuando lo hice, la diferencia fue notable.
En vez de sentirme miserable cuando la humedad ambiental estaba (siempre) a un pegajoso 85%, empecé a apreciar lo bueno que era que mis hijos nunca necesitaran un calzado diferente de sandalias. Cuando mis amigos más al norte comenzaron a lamentarse por la ropa para la nieve y los meses de temperaturas bajo cero, no respondí con mis propias quejas por estar atrapada en interiores porque llovía todas las tardes. En su lugar, me permití estar agradecida por el hecho de que nunca teníamos que estar encerrados durante semanas por culpa de la nieve. De hecho, nunca nos veíamos obligados a estar en interiores más de unas pocas horas. 
El clima, combinado con nuestra pequeña ciudad (otra causa previa de queja) hizo posible cosas muy agradables, como desplazarnos en carrito de golf. Podíamos caminar a todas partes, todo el año, o usar el carrito de golf. Podíamos parar nuestros carritos en la calle y charlar con un vecino o enviar a los niños al supermercado en sus bicicletas cuando nos faltaba algún ingrediente a la hora de cocinar.
Había muchísimas cosas maravillosas en vivir donde vivíamos y realmente creo que nunca las habría notado y apreciado si no hubiera seguido el consejo de mi amiga y dejado de quejarme.
Así que la próxima vez que tengas la tentación de quejarte por el clima, por tu trabajo o incluso por una factura de electricidad por las nubes, tómate un segundo y pregúntate si hay algo positivo por lo que puedas estar agradecido. Puede ser que descubras que si te concentras en los cambios positivos en lugar de en los negativos, quizás además de tu estado de ánimo, lo que cambie sea tu vida entera.












martes, 28 de agosto de 2018

Cómo usar el estrés para mejorar nuestra salud

En realidad, sólo hay un caso en el que el estrés puede perjudicarte

MAN STRESS
El estrés forma parte de la vida, pero parece ser una parte cada vez más desproporcionada de la vida moderna.
Parte de ello, sin duda, se debe a la conectividad – en la era de los teléfonos celulares, no hay forma de dejar el trabajo en el escritorio.
Pero otra parte es nuestro enfoque desproporcionado en el estrés en sí… particularmente en el impacto negativo que tiene sobre nuestra salud.
“El estrés te matará” es una frase ampliamente aceptada como la verdad del evangelio, de manera que por todas partes se venden innumerables formas de vencer el estrés, desde comerciales hasta en tu feed de noticias de Facebook.
¿Pero el estrés realmente no te mata? ¿Y si el estrés no tuviera impacto medible en tu salud, a menos que creas que lo tiene?
Según el New York Times, un estudio de 2012 de la Universidad de Wisconsin-Madison descubrió que tener mucho estrés en la vida no estaba relacionado con la muerte prematura.
Pero tener mucho estrés en la vida y creer que esto está afectando a la salud, aumentó el riesgo de muerte prematura en un 43%. Sucede que cuando se trata de estrés, el efecto que éste tendrá está todo en la cabeza.
“Con el estrés, la mente y el cuerpo están intrínsecamente ligados. Puedes ver el estrés como algo que está causando estragos en tu cuerpo (y los puede causar) o como algo que está dándote fuerza y energía para superar la adversidad…
La psicóloga de Stanford Kelly McGonigal ha sido una pionera en repensar el estrés, observando que una buena aproximación al mismo pueden volverte más inteligente y más fuerte.
“Lo que aprendí con los estudos, investigaciones y conversaciones realmente cambió la manera como pienso en el estrés’” escribe McGonigal en su libro The Upside of Stress: Why Stress Is Good for You, and How to Get Good at It. “La mejor manera de gestionar el estrés no es reducirlo o evitarlo, sino repensarlo e incluso abrazarlo”.
El estrés es una respuesta biológica destinada a ayudar a nuestro cuerpo a prepararse para el desafío que tiene delante.
El pico de adrenalina, el aumento de la respiración y la frecuencia cardíaca más rápida son formas como nuestros cuerpos se movilizan para mejorar nuestro tiempo de reacción, limpiar nuestro pensamento y preparar nuestros músculos para moverse.
Esto es realmente útil en una situación de exigencia física. Por ejemplo, el breve momento de estrés que siento antes de una competición solía asustarme, pero me di cuenta de que es una parte esencial de la preparación de la mente y del cuerpo para responder bien. Si yo me confiara demasiado y no experimentara esa sacudida de estrés, inevitablemente pierdo la competición cometiendo errores.
Pero en una situación mental, la sacudida del estrés puede parecer una desventaja. Es difícil mantener la calma en una situación emocionalmente cargada cuando tu corazón está acelerado, y el estrés puede hacer que pierdas el control.
Pero esa misma respuesta al estrés también acelera tu pensamiento y puede darte el espacio mental para aceptar el estrés, respirar profundamente y pensar con claridad. Sólo tienes que abrazar el estrés que estás sintiendo y usarlo para tener la ventaja para la que está destinado.
Al abrazar el estrés y usarlo en tu beneficio, no sólo pensarás que estás respondiendo mejor a todos los estresores diarios de la vida, sino que también te librarás de las consecuencias negativas para la salud asociadas al estrés.
No puedes controlar lo que te estresa, pero puedes – y debes – controlar cómo lidias con ese estrés.

 Calah Alexander, Aleteia












domingo, 26 de agosto de 2018

Un extraordinario video que me enseñó cómo es el amor de Dios


Dios Padre
El video que les presentamos hoy retrata la relación filial entre un padre y su hija adolescente. Los protagonistas parecen tener una relación cercana y pasan tiempo juntos en su vida cotidiana. Sin embargo, aunque la hija sepa que su papá está con ella, lo siente ausente, ocupado, y casi desinteresado. Hacia el final del video, descubrimos que la realidad era muy distinta…
Acá te dejamos algunos elementos apostólicos que encontramos en el video. ¿Qué otros encuentras tú?

La importancia de la presencia activa del padre en la familia

Aunque en el video, vemos a un padre de familia que -en medio de la vida diaria intenta pasar tiempo con su hija- esto, lamentablemente, no es un escenario común en nuestra sociedad. Como explicó el Papa Benedicto XVI durante una audiencia general en el 2013:
«No es siempre fácil hablar hoy de paternidad. Sobre todo en el mundo occidental, las familias disgregadas, los compromisos de trabajo cada vez más absorbenteslas preocupaciones […]: son algunos de los muchos factores que pueden impedir una serena y constructiva relación entre padres e hijos. La comunicación es a veces difícil, la confianza disminuye y la relación con la figura paterna puede volverse problemática; y entonces también se hace problemático imaginar a Dios como un padre, al no tener modelos adecuados de referenciaPara quien ha tenido la experiencia de un padre demasiado autoritario e inflexible, o indiferente y poco afectuoso, o incluso ausente, no es fácil pensar con serenidad en Dios como Padre y abandonarse a Él con confianza».
Así, el Papa emérito Benedicto XVI nos insta a reflexionar en el rol que juega la figura paterna no solo en el desarrollo de los hijos, sino en su propia vida espiritual y en la relación que éstos tendrán con Dios Padre. Estas palabras cobran especial importancia si consideramos que casi el 50% de matrimonios terminan en divorcio, lo que resulta -muchas veces- en padres ausentes e hijos sin bases. Si somos o queremos ser padres en el futuro, hemos de tomar conciencia de nuestro papel en la salvación de las almas de nuestros hijos. Como cristianos, debemos ser Cristo no sólo en nuestros centros de estudios o trabajo, sino principalmente, debemos pedir la gracia del Padre para ser Cristo en nuestras propias familias.

Confianza en Dios Padre, saberse hijo amado de Dios

La figura paterna en este video puede ser también traducida al plano espiritual, y ver en ese personaje a Dios Padre.
¿Cuántas veces las circunstancias de la vida, el desasosiego, el miedo parecieran empujarnos a dudar del amor de Dios? La tentación de este pensamiento en un día normal, cuando las cosas van aceptablemente bien puede parecernos inofensiva, pero qué rápido esta tentación cobra fuerza cuando nos encontramos en medio de la angustia, en medio de un problema que parece irresoluble… Puede ser desde algo relativamente simple, como cuando la hija adolescente está en el escenario petrificada por el miedo, hasta alguna tragedia dentro de nuestra familia. Sin embargo, son estos mismos momentos de noche oscura, de sufrimiento, de angustia que pueden convertirse en verdaderos aliados de nuestra alma, pues nos ayudarán a cimentar nuestra confianza y a purificar nuestro amor por el Padre. Como decía el recientemente beatificado Padre Oscar Romero:
«Pasarán estos sufrimientos. La alegría que nos quedará será que, en esta hora de parto, fuimos cristianos». Qué dichosa será aquella alma que, a pesar del miedo y la incertidumbre, se supo asir del amor de nuestro Dios, aprendió a amarlo no por lo que pudiera recibir de Él, sino por Él mismo. Aprender a buscar más que su favor y sus bendiciones, buscar Su rostro… todo esto es ganancia.

Dios es fiel. Su amor y su presencia no nos abandona

Como hijos de Dios estamos llamados a confiar en el Padre, pues si hay algo de lo que podemos estar seguros es que Dios es fiel (1 Cor 10, 13). Por supuesto, esto es más fácil de decir que de vivir pues hasta nuestro mismo Señor en la cruz experimentó la soledad y el desconsuelo, producto de hacerse pecado por nosotros. El Padre Hurault lo explica de la siguiente forma: «El mismo Jesús, el propio Hijo de Dios, tuvo el sentimiento de llamar en vano a su Padre, que calla y priva a su Hijo de toda consolación celestial. Tal fue la prueba suprema, a la cual Jesús quiso someterse para cargar con nuestros pecados. Pero, en medio de estas tinieblas tremendas, hay en lo más profundo del alma de Jesús una luz que no vacila. Sabe que, a pesar de su silencio, el Padre está siempre con Él…».
También, aunque -como en el video o en la cotidianidad de nuestra vida- nuestro Padre parezca a veces ausente, hemos de tener la certeza que siempre estuvo ahí. Es un Padre que no solo nos escucha y se interesa por nosotros, sino que nos ha amado desde el principio de los tiempos. Un Padre que verdaderamente se duele con nosotros y está atento a cada uno de nuestros pasos. Si hemos comprendido esto, diremos como en el salmo: «¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él cuides?» (Sal 8, 5). Más aún, nuestro Señor lleva esta enseñanza a su culmen cuando nos confirma: «No teman, hasta los cabellos de sus cabezas están contados» (Mt 10, 30). ¿Cómo dudar entonces de un Dios tan tierno que se inclina hacia nosotros, de un Padre que no se cansa de comunicarnos su amor?
Si abrimos nuestros ojos a la realidad de ser hijos de Dios, practicaremos lo que San Josemaría Escrivá llamaba “filiación divina”. El sabernos hijos amados de Dios Padre transformará nuestro actuar, seremos verdadero testimonio y podremos evangelizar a los demás con nuestra propia vida, pues: «Evangelizar no es hacer propaganda para el Evangelio, sino demostrar la fuerza que tiene para sanar a los hombres de sus demonios» (Padre Bernardo Hurault). Seamos pues luz y testimonio en medio de este mundo tan necesitado de cristianos comprometidos, de verdaderos seguidores de Cristo, que junto a Él se saben hijos amados del Dios vivo -fuente de su alegría- y que se comportan en coherencia a tamaña dignidad.

Solange Paredes, facebook






sábado, 25 de agosto de 2018

Carta abierta a todas aquellas mujeres que están embarazadas o que ya son madres

mamá

«Cuando quedé embarazada y aún no había terminado la universidad ni mucho menos me había casado, varias personas me dijeron: “Tantos sueños que tenía por cumplir”, “se dañó la vida”, “tantas ganas de viajar”, “tantas oportunidades que se echaron a perder”. Unos lo dijeron en voz alta, otros lo dijeron con miradas, y a otros, el silencio les gritaba desde el corazón. Hoy, al graduarme de la universidad, tengo un logro en cada mano, uno más importante que el otro. Juan José es sin duda lo mejor que me ha pasado en la vida, convertirme en mamá me impulsó a ser mejor ser humano, mejor mujer, mejor hija, mejor hermana, mejor sobrina, mejor prima, mejor nieta, mejor amiga, mejor profesional.
Hoy tengo el corazón lleno de amor y orgullo porque no he llegado aquí sola, Dios y María Santísima jamás me abandonaron, estuvieron ahí en cada paso. Mis padres han sido siempre mi pilar y he contado con su apoyo incondicional aún sin a veces merecerlo. Hoy puedo sonreír con el alma, puedo besar a mi hijo y saber que fue él quien me ayudó a exigirme más, a ser más fuerte.
Y si tal vez estás leyendo esto y estás embarazada, me gustaría empezar diciéndote que eres muy afortunada, porque no todas las mujeres cuentan con la dicha de convertirse en madres. Probablemente no te sientes digna ni de una felicitación por el hijo que llevas en el vientre, porque aun eres muy joven, porque aún no estás casada, porque tu pareja te abandonó y quedaste en ridículo delante de todos y ahora te das golpes de culpa en el pecho por haber confiado en ese hombre que te juro estar siempre ahí. Probablemente no te sientas feliz, porque no sabes cómo vas a darle la noticia a tus padres, porque no sabes qué va a decir todo el mundo, porque simplemente un bebé no estaba dentro de los planes más cercanos o tal vez nunca deseaste ser madre.
No sé cuál sea tu historia, no sé si lo planeaste o no, no sé si aún eres demasiado joven y ni siquiera debías tener relaciones sexuales. No sé si estas arrepentida de lo que hiciste o si por el contrario estás saltando en una pata de la felicidad, tampoco sé de qué país eres, no sé si cuentas con el apoyo de tu pareja o familia, no sé en qué circunstancias quedaste embarazada. Pero si se otras cosas, sé que estás llena de miedo, sé que si ya se lo comentaste a los demás has tenido que soportar las miradas y los murmullos, sé que la gente es indiscreta y algunas veces no tiene tacto para expresar su opinión, sé que te han mirado con ojos de decepción o de rabia, sé que te han preguntado: ¿en qué estabas pensando? Sé que más de uno te ha sugerido un aborto porque ahora no existe algo más sencillo que abortar.
Puede que tengas 18 años o 35 y aun así la gente te juzgue por la decisión que tomaste de traer a un bebé a este mundo. Sé que tal vez casada la soledad te abruma, se además que amas a ese hijo que llevas en el vientre aunque no lo hayas dicho en voz alta, sé que la felicidad te embarga por instantes pero se opaca fácilmente por las palabras hirientes que salen de la boca de otras personas. Por eso hoy te escribo esta carta a ti, dos años después de dar a luz a mi hijo, el mismo que soportó mis variantes estados de ánimo durante el embarazo.
Hoy me dirijo a ti para decirte que debes ser valiente, que debes sacar fuerza de donde ya no la hay porque serás el ser más importante en el mundo para ese bebé que viene en camino. Porque nueve meses después lo podrás cargar, lo verás a los ojos y sabrás que la opinión de los demás jamás debió importarte. Me gustaría limpiar las lágrimas de tu rostro y decirte que nunca vas a estar sola, porque aun si no tienes pareja o si todos te dieron la espalda, Dios jamás te olvidó.
Hoy quiero decirte que un hijo no se tira las cosas, no obstaculiza los sueños, no te amarra o se convierte en una carga; porque la decisión está en ti misma, la decisión de seguir adelante solo está en tus manos y solo tú te encargas de trabajar por alcanzar lo que anhelas. Las críticas de los demás no deben convertirse en un camino que nos lleve al fracaso. Eres responsable de tu futuro y de llevar a cabo esas metas con las que siempre soñaste. No renuncies, no dejes a un lado tu carrera o tu trabajo, no te rindas.
Cuando dijeron mi nombre en la ceremonia del grado para entregarme el diploma, recordé lo duro que fue llegar hasta donde estaba, recordé cada palabra que me lastimó pero que me hizo más fuerte, recordé a mis padres y la decepción que sintieron al saber que no había hecho las cosas al derecho, recordé sus ojos cargados de tristeza al pensar que había terminado con mi carrera, recordé los golpecitos de lastima en la espalda que me dieron muchos. Pero también recordé la indescriptible alegría que se apoderó de mí cuando tuve por primera vez a Juan José en los brazos, recordé la primera vez que me dijo mamá y la primera vez que río a carcajadas. Recordé sus abrazos y sus mejillas rojas de tanto correr, recordé a todos los que me dijeron que siguiera adelante y le di gracias a Dios porque fue Él quien me lleno de fuerza para jamás rendirme y fue María Santísima quien me consoló en medio del dolor.
Hoy quiero decirte que no es el fin sino el comienzo de una nueva vida, de una nueva forma de asumir las oportunidades y los obstáculos. Ser mamá no es fácil, no todos los días son de alegría, no juegas todo el tiempo con tus hijos perfectamente arreglada como lo muestran en los comerciales. A veces lloras, a veces ríes y a veces haces las dos cosas al tiempo. Te frustrarás pero volverás a sentirte bien poco después, te despeinarás y no te verás igual al espejo, aprenderás a cantar y a leer cuentos inventando voces y sonidos, no dormirás y tendrás ojeras de mapache. Ya no necesitarás despertador y valorarás más el tiempo y las cosas simples, descubrirás de nuevo el mundo a través de sus ojos y un día lo tendrás en  brazos y pensarás –¡qué rápido pasa el tiempo!–, sonreirás y te sentirás orgullosa de ser madre, no cada segundo de la vida, pero sí todos los días.
Hoy quisiera decirles a todas esas mujeres embarazadas que se sienten solas o tristes, que si se puede, que se puede llegar lejos y que los sueños se cumplen de manera extraordinaria en compañía de un hijo».

Nory Camargo, CatholicLink