miércoles, 2 de mayo de 2018

El mayordomo de Juan Pablo II cuenta un milagro por intercesión de Wojtyla

En una entrevista, Angelo Gugel narró cuando presenció el exorcismo que el Papa santo realizó en la Plaza de San Pedro 

JOHN PAUL II
“Juan Pablo II ha hecho un milagro para mi y para mi familia”, cuenta Angelo Gugel, mayordomo que ha prestado servicio directo a tres papas en el Vaticano: Luciani, Juan Pablo II y Ratzinger. 
En una entrevista realizada por Stefano Lorenzetto, en Il Corriere della Sera, Gugel, narra que tuvo entre sus brazos a Juan Pablo II durante el atentado en la Plaza de San Pedro por mano de Ali Agca, el 13 de mayo de 1981, además de ser la primera persona al mundo en figurar en el Anuario Pontificio en la lista de “Familiares del Papa”. 
Gugel, ayudante en los aposentos papales por 28 años, hoy a la edad de 80 años, narró que tras el atentado en Plaza de San Pedro, una piedra blanca ha sido incrustada cerca la columna de Bernini para recordar el atentado y narró “algo poco conocido”, existe otra igual con el “escudo pontificio” que se encuentra colocada en el atrio de los Servicio sanitarios del Vaticano, donde ese fatídico día, se recuerda al Papa tumbado en el suelo, antes de ser llevado en ambulancia al Políclinico Gemelli. La hemorragia interna era tan grave que perdió tres litros de sangre. El mayordomo no abandonó el hospital hasta que los médicos dieron de alta al Papa. 
Luego, cuenta de un milagro realizado por el Vicario de Cristo, salvado por la Virgen de Fátima, hecho a pedido de María Luisa Dall’Arche, esposa de Gugel desde el año 1964. La hija de la pareja nació muerta. “Hicimos el voto de poner como segundo nombre María a todos los hijos que la Virgen nos concediera”.  Así, nacieron tres hijos: Raffaella, Flaviana y Guido. La cuarta se llama “Carla Luciana Maria en honor a Karol y al Papa Luciani. “Ella nació en 1980 por la intercesión de Wojtyla”, expresó. 

El Milagro

“Hubo serios problemas con el útero. Los ginecólogos de Policlinico Gemelli excluyeron “que el embarazo pudiera continuar. Un día, Juan Pablo II me dijo: “Hoy celebré la Misa por su esposa”. Era el 9 de abril, María Luisa fue llevada al quirófano para una cesárea. 
Después de la operación, el médico le comentó al esposo preocupado: “Alguien debe haber rezado mucho”. En el certificado de nacimiento, escribió “7.15 a.m.”, el momento en que Juan Pablo II presidió la misa de la mañana “en el Sanctus”. 
Durante el desayuno, la hermana Tobiana Sobotka, superiora de las religiosas en servicio en el Palacio Apostólico, informó al Pontífice que Carla Luciana Maria había nacido. “Deo gratias”, exclamó Wojtyla. Y el 27 de abril él quería bautizarla en la capilla privada”.

El exorcismo

En otro momento de la entrevista, el ex mayordomo contó que Arturo Mari, fotógrafo del “Osservatore Romano”, le confirmó que había presenciado un exorcismo de Wojtyla después de la audiencia general del miércoles en Plaza de San Pietro. Ambos rememoraron ese episodio vivido en común.
“Yo estaba allí también. Una joven estaba maldiciendo con espuma en la boca. La voz era cavernosa. Un obispo huyó con miedo. El Santo Padre oró en latín, sin alterarse. Al final tocó su cabeza e inmediatamente el rostro de la endemoniada se relajó en una expresión de paz. Lo vi realizar un rito similar en una sala de estar del aula de Nervi, siempre después de una audiencia”.
 Ary Waldir Ramos Díaz, aleteia




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