miércoles, 13 de septiembre de 2017

“Jamás serás famoso… y eso es bueno”

Ante los éxitos deslumbrantes, Emily Esfahani propone encontrar la felicidad en una "vida con sentido"

Jaime Septién, aleteia
Emily Esfahani Smith es editora del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford y escribió el libro “The Power of Meaning: Finding Fulfillment in a World Obsessed With Happiness” (El Poder del Sentido: Encontrar la Realización en un Mundo Obsesionado con la Felicidad) en el que habla, entre otras cuestiones, del ansia que han traído los triunfadores de las redes sociales, estilo Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, a los jóvenes universitarios de nuestro días.
En un reciente artículo, reproducido por The New York Times en Español, Esfahani Smith retoma las ideas centrales de su texto y subraya que en este tiempo “los estudiantes universitarios intentan, desesperadamente, cambiar al mundo y buena parte de ellos cree que tener una vida exitosa significa hacer algo extraordinario y que llame la atención, como convertirse en una celebridad en Instagram, crear una empresa exitosísima o acabar con la crisis humanitaria”.
Los casos de estas obsesiones –producto de las nuevas tecnologías y la capacidad de innovación que estas traen consigo—hacen creer a muchos jóvenes y adultos que tener una vida extraordinaria es la norma. Así lo aprenden en internet. Esto no solo es una ilusión, sino que puede llevar a muchos males.

Vivir con dignidad

La autora del artículo relata que en los últimos cinco años ha entrevistado a decenas de personas en Estados Unidos acerca de lo que le da significado a su vida y ha leído “miles de páginas de libros de psicología, filosofía y neurociencia para poder comprender qué es lo que proporciona satisfacción a las personas”.
Quizá la conclusión a la que ha llegado parezca a muchos una verdad de Pero Grullo. Pero es importante. Y es esta: “que las vidas con más significado no siempre son las más extraordinarias; lo son las vidas normales que se viven con dignidad”.
A continuación Esfahani Smith relata una novela de George Eliot llamada “Middlemarch: un estudio de la vida en provincias”, la cual le parece la mejor descripción de esta sabiduría; “un libro que considero que todo universitario debería leer”. ¿Por qué? Porque encierra el concepto de lo que es una vida con significado: “conectarse y contribuir con algo más allá de uno mismo sin importar la forma que esto adopte”.

Encontrar el propósito en lo sencillo

Es verdad que muchos jóvenes adultos no serán famosos ni alcanzarán las metas que se proponen. Pero eso no debe ser causa ni de extrañamiento ni de ruptura con el mundo. No ser el próximo Mark Zuckerberg, “no significa que su vida carecerá de propósito y valor. Todos tenemos un círculo de personas en cuyas vidas podemos influir y ayudar a mejorar, y es ahí donde podemos encontrar nuestro propósito”, dice Esfahani Smith.
Más adelante relata que el reciente campo de la psicología dedicado a la investigación y el estudio del “significado de la vida” confirma la sabiduría presente en la novela de Eliot: el sentido de la existencia no se encuentra en el éxito y el glamour, sino en lo cotidiano. “Quienes ven sus ocupaciones como una oportunidad de servir a su comunidad más cercana tienen la percepción de que su trabajo es más significativo, sin importar que se trate de un contador que ayuda a su cliente o del trabajador de una fábrica que alimenta a su familia con su salario”, dice la autora del artículo en The New York Times en Español.
Y remata: “Ahora que los estudiantes vuelven a la escuela deberían reflexionar sobre lo siguiente: no es necesario que cambies al mundo ni que descubras un propósito único para tener una vida con significado. Una buena vida es una existencia llena de bondad y eso es algo a lo que todos podemos aspirar, independientemente de nuestros sueños o circunstancias”.



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