sábado, 15 de julio de 2017

Alexis Viera, el futbolista que perdona a quien le dejó al borde de la muerte

El ex portero uruguayo perdonó en la cárcel a quien lo baleó y dejó en ese momento fuera de las canchas


Pablo Cesio, aleteia
En Uruguay y Colombia es conocido como “El Pulpo” y ha tenido un pasaje por varios equipos de gran prestigio en América Latina como Nacional de Montevideo y América de Cali de Colombia.
Su nombre es Alexis Viera, un experimentado jugador de fútbol de larga trayectoria, pero que se convirtió en exportero desde el momento en que fue víctima en agosto de 2015 de un atraco en Colombia a manos de un joven de 19 años.
Durante el intento de robo, que sucedió poco después de salir de una entidad bancaria y estar llegando a su residencia, Alexis recibió un impacto de bala cerca de la columna vertebral, aspecto que lo dejó al borde de la muerte, casi sin movilidad y de cara a varios meses de rehabilitación.
A pesar de lo complejo de la situación, una vez que se confirmó que el peligro de muerte era descartado, el tesón de este jugador se impuso sobre cualquier cosa y empezó a hacer lo imposible para salir adelante.  Su vida continuó alejado de las canchas, pero inmerso en entusiasmo por llevarle ánimo a otros a través de la motivación y su ejemplo. En septiembre de ese mismo año fue dado de alta y al poco tiempo volvió a caminar.
En los últimos días Alexis volvió a ser noticia, pero esta vez por un gesto que movilizó los corazones de todos, aún de aquellos con lo conocen y miran al fútbol desde lejos.  La noble acción de este exjugador de fútbol fue plasmada a través de una foto y un mensaje que conmovió también a las redes sociales.


Y también dio su testimonio a través de Twitter con un mensaje que a testimonio acerca de la importancia del perdón.


El guardameta rápidamente recibió un sinfín de apoyos luego de su noble gesto. “Ojalá todos aprendamos a perdonar y nos inclinemos hacia la paz”, dijo uno de los usuarios.


Lo que hizo Viera lo coloca en un lugar muy especial y tal vez difícil de asumir ante situaciones similares. Cómo no mirar este caso y no recordar a San Juan Pablo II, quien también visitó en una cárcel al agresor que intentó matarlo con un disparo allá por el año 1983.
Al igual que aquel histórico gesto -más allá de las diferencias bien marcadas-, éste quizás no tenga la misma repercusión, pero con su actitud demuestra que con el corazón también es posible dar un gran primer paso, ése que también cambia la propia vida y la de los otros: perdonar a quien te hizo mucho daño.

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